Cooperación internacional

El corazón de Maji ni Uhai sigue latiendo

10 de agosto de 2010

Borja, David, Quintín y yo llegamos a Mugumu el pasado lunes 2 de agosto. Este equipo se irá el día 16 de agosto, al tiempo que otros 5 voluntarios les reemplazarán. Beatriz, Patricia, Sonia, Nacho y Jesús son lo siguientes. Todos ellos, junto con los otros 12 que ya han pasado por aquí, son el verdadero motor del proyecto. El paso de tantas cabezas pensantes ha dejado una huella indeleble en el proyecto. Sus ideas, sus conocimientos y sus ganas de ayudar han convertido a Maji ni Uhai en un ejemplo de buenas prácticas, de innovación y de solidaridad.

¿Sabéis por qué hemos ganado el premio Europeo de Cooperación Internacional para el desarrollo sostenible? Porque Ferrovial es la única empresa en toda Europa que está haciendo algo así. Y eso es un orgullo, así como lo es saber que nuestros diseños de tanques de almacenamiento y sistemas de gravedad ya están siendo imitados en el resto de Tanzania, tanto por los gobiernos regionales como por otras ONGs. Y es que nuestros voluntarios marcan la diferencia.

¿Qué estamos haciendo ahora? Diseñando dos nuevos sistemas de gravedad, redimensionando otros 5 tanques de almacenamiento de agua de lluvia para aumentar su capacidad, excavando para la instalación de 12 pozos de anillos filtrantes y supervisando in situ todas las obras que están en ejecución. El próximo equipo de voluntarios se encargará de hacer una campaña de análisis de calidad de agua, de actualizar los mapas, de continuar con la supervisión de las obras y de identificar posibles nuevas infraestructuras.

El proyecto avanza. Tras dos años de ejecución, estamos entrando en la recta final. Y aunque aún nos queda un año más, algunos resultados ya son evidentes. En el hotel Giraffe siguen tardando una hora y media en traer la comida, los líderes locales siguen siendo un desastre en su gestión, el Distrito continua funcionando con escasos recursos, en definitiva, esto sigue siendo el Serengueti, pero con una diferencia. Ahora abrimos un grifo y sale agua a raudales, la gente de las comunidades beneficiarias nos sonríen aún más ampliamente que antes y cada vez creen más y más en nosotros. No sólo no hemos defraudado sus expectativas, sino que las hemos superado. No hay mejor premio que su gratitud.

Nos piden más. Más agua, más letrinas, más proyectos. Ahora que confían ciegamente en nosotros, nos piden que nos quedemos con ellos, que no les abandonemos, que continuemos ayudándoles porque siguen necesitándolo. Hemos hecho mucho, pero se puede hacer mucho más. Cuando el proyecto termine, en Julio de 2011, seguirá habiendo mucha gente sin acceso a agua segura. ¿Por qué no soñar con una cobertura de agua total? Ya que hemos ganado un premio europeo, ¿por qué no convertirnos en los primeros en alcanzar, e incluso superar los Objetivos de Desarrollo del Milenio? ¿Por qué no llevar nuestro compromiso con el Serengueti hasta el final?

Lo difícil ya está hecho. Hemos montado toda la estructura necesaria para ejecutar un proyecto de esta magnitud. Nos hemos ganado la confianza de la comunidad y de las autoridades locales. Hemos limado y ajustado los engranajes de la colaboración con Amref/Flying Doctors, quienes nos han permitido asumir el papel de actor directamente implicado y no el de mero donante. En Serengueti ya todo el mundo conoce a Ferrovial, nuestros voluntarios no son sólo bienvenidos, si no que son esperados como agua de mayo. Demostremos que con un verdadero compromiso se puede cambiar el mundo, porque sabemos hacerlo. Podemos hacerlo. ¡Hagámoslo!

Ya somos un ejemplo a escala europea. ¡Seámoslo a escala mundial! En el plazo de otros 3 años, con un pequeña pero constante inversión, los resultados podrían ser espectaculares; únicos a lo largo y ancho del mundo. Haciendo unas pocas infraestructuras más por año y enviando más voluntarios podríamos alcanzar la cobertura total en el Serengueti. Es un sueño, sí, pero un sueño calculado con la misma precisión con la que nuestros ingenieros han hecho realidad el acceso al agua en uno de los lugares más pobres del mundo.

Maji ni Uhai. ¡El agua es la vida!

Escrito por Roger Calabuig para el proyecto Maji ni Uhai.

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