Iba a subir, ante la insistencia de varias personas, una pequeña selección de fotos de mi viaje a Tanzania. Pero he preferido subir únicamente una, y dejar el resto para mañana.
No le doy relevancia a esta foto porque sea una gran foto (que no lo es) ni porque tenga una perfecta composición (que no la tiene) o un increíble juego de luces (que tampoco lo tiene). De hecho, simplemente está convertida a blanco y negro, y ni siquiera está trabajada la conversión. Siendo objetivo, he hecho fotos bastante mejores que ésta. Entonces, ¿porqué elijo esta foto en concreto? Por la historia que encierra detrás. Por la historia que hay detrás de cada uno de los detalles de la foto. Simplemente tenemos que pararnos a leer entre líneas. Ni siquiera voy a contar la vida de la mujer de la foto, ya podréis escucharla de viva voz en el documental de una hora que estamos preparando.
Lo que más me gusta de la foto, y que a la vez me horroriza, es la simbología que encierra. Ese niño, que descansa apaciblemente en los brazos de su madre, tiene por delante un futuro marcado por cubos de agua. Vacíos. Por detrás, acumula cubos de agua, también vacíos. Esa es la vida para millones de personas en Serengeti.
La mirada de la madre, dura, penetrante, llamando nuestra atención. Pero sin súplica, al contrario, llena de dignidad y fuerza. Su piel suave y brillante contrasta con su mano agrietada, encallecida, con las venas muy marcadas. Una mano dura, producto de años levantando cubos de agua de 20 kilos de peso. Las sandalias, que se está cambiando por otras que descansan detrás, quién sabe porqué. Estos son algunos de los pequeños detalles que encierran todas las historias, todas las fotos.
Siempre me han gustado las historias fuera de cuadro, lo que no se cuenta, lo que no se ve a simple vista. Cuando tu imaginación completa lo que te está mostrando la imágen. Por eso siempre me han gustado los microcuentos, porque la historia está fuera de lo escrito, igual que en éstas fotos la historia está más allá de lo que se ve. Hace poco se atribuyó a Hemingway el haber escrito el cuento más corto de la historia: «Se vende: zapatos de bebé. Sin usar» (For sale: baby shoes, never worn)
Siguiendo el ejemplo de Hemingway, podríamos decir: «Se vende: juguetes de niño. Sin usar». Que cada uno intreprete lo que crea. El cuento de Hemingway lo han nombrado el más corto en lengua inglesa; en castellano, seguimos con el de Monterroso. Y seguro que por ahí salen más. Será por lenguas y por escritores.
Escrito por Enrique Torralbo para el proyecto Maji Ni Uhai
6 comentarios
Sandra
02 de septiembre de 2008
Yo que he visto la mayoría de las fotos, he de decir que si bien no es la + perfecta en la técnica es de las que más me emocionaron...
Carmen Alquegui
02 de septiembre de 2008
Una bestia de foto por lo que se nos escapa al verla sin prestar verdadera atención. Gracias niño, ya te notaba yo algo especial hace años
Roja
03 de septiembre de 2008
Quique, hace dos días volví a ver a esa mujer. Subimos al manantial para hacer el levantamiento toográfico, y ella vino un poco más tarde, acompañada de una niña de unos 8 años, quien también llevaba un cubo vacío, uno de 20 litros. Al cabo de más de una hora, madre e hija volvieron a bajar, los cubos ya no estaban vacíos, ahora eran una carga de 20 kilos en la cabeza de una niña. Cuando terminamos nuestro trabajo, bajamos la montaña y el coche lo habían aparcado justo en la puerta de la casa de esa mujer. Conté 5 niños, entre ellos los dos bebes gemelos, y alguno faltaba. Me clavó esos ojos tan llenos de dignidad y dijo, karibu chakula! Nos estaba invitando a comer, ella, un ejemplo de pobreza. Por cierto, su hija subió otras dos veces a por agua. Una familia sin nombre, una historia al azar, una de tantas sin contar.
Luis
04 de septiembre de 2008
Me resisto a comparar esta foto con otras parecidas que haya visto antes en revistas, no quiero que esta foto sea una más, otra vuelta de hoja. Me siento mal.
Igan
04 de septiembre de 2008
Me gusta el nuevo diseño! aunque ya sabes lo que opino del negro... La foto es impresionante, sin más.
majiniuhai
04 de septiembre de 2008
Yo también prefiero el negro, más elegante y profesional, pero hay que adaptarse a lo que pide el público!!!! Sobre la foto, me alegro de que te guste, sabes que aprecio mucho tu opinión jefe.