5.30 AM en el Aeropuerto de Barajas. Poco a poco comenzaban a llegar mis compañeros. Sentía muchos nervios, emoción, inquietud… y también algo de sueño. Eso era lo que se palpaba en el ambiente el primer día de nuestro trabajo como Voluntarios Olímpicos.
Me encontré con muchas caras nuevas y algunas ya conocidas. Todos estábamos a punto de embarcarnos en una experiencia única: ser voluntarios en el Aeropuerto de Heathrow. El viaje en avión y después en autobús hasta la Academia de Voluntarios de Heathrow se hizo algo cansado aunque pudimos recuperar las fuerzas gracias al lunch que nos tenían preparado.
Allí escuchamos atentamente como Joan nos contaba en lo que iba a consistir el trabajo que desarrollaríamos en las siguientes semanas en la T-5 de Heathrow… y allí comenzó todo.
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