María Correa Copete, voluntaria olímpica en el Aeropuerto de Heathrow durante los JJOO de Londres 2012, nos cuenta su experiencia en las terminales del aeropuerto británico.
Mi paso como voluntaria olímpica en el aeropuerto de Heathrow de la mano de Ferrovial ha sido una experiencia única e inolvidable. Hemos tenido el privilegio de ayudar en todo lo que podíamos a los deportistas que día a día llegaban para competir en las olimpiadas.
A través de las terminales de este gigantesco aeropuerto llegaban a Londres los miembros de la Familia Olímpica. Si Heathrow ya es el aeropuerto internacional con mayor trafico del mundo, más exigente aún es un evento como los Juegos Olímpicos, que suponen un enorme reto operativo. Por eso, los voluntarios olímpicos tuvimos la tarea de ayudar en todo lo posible para que el proceso de bienvenida fuese lo más organizado y cordial posible, tanto para los pasajeros anónimos como para algunos de los deportistas más famosos del mundo.
La labor de los voluntarios del Team Heathrow comenzaba en el momento en que recogíamos del avión a los pasajeros olímpicos que se nos habían indicado. Desde ese momento nos encargábamos de acompañarlos hasta el medio de transporte elegido para cada equipo, previo paso por inmigración, recogida de equipaje, acreditación…
Para hacer todo esto, cada día acudíamos a la Heathrow Academy, donde nos daban el listado de los vuelos que llegaban. Así conseguíamos organizar nuestro tiempo de voluntariado cada día de forma clara. Mi trabajo habitual se integraba dentro de un equipo de seis voluntarios destinados en la Terminal 1. Nuestros pasajeros procedían de la India, Australia, Brasil, Polonia, Lituania, Grecia, Estados Unidos y otros destinos europeos o sudamericanos.
He de decir que la decoración en todas las terminales del aeropuerto era acogedora y divertida, ideal para convertir los Juegos Olímpicos en una fiesta para Heathrow. En este marco, y a lo largo de mi estancia, he podido conocer en profundidad cómo funciona un aeropuerto, conocer a los diferentes deportistas que llegaban… incluso tuvimos la oportunidad de darle la bienvenida a Pelé, el mejor jugador de la historia del fútbol. Cada día en el aeropuerto era diferente, pero ninguno menos especial que el anterior.
Parte de esta experiencia increíble fue también conocer a muchísimos compañeros de distintas partes de España. Pude convivir con ellos durante estas tres semanas, desde que nos levantábamos e íbamos a desayunar hasta que nos acostábamos cuando nos vencía el sueño después de un intenso día trabajando. Fueron días de charlas, películas, juegos de cartas… en los que también tuvimos tiempo para ver el ambiente de la ciudad en este momento tan importante como son los JJOO.
En definitiva, una experiencia única que sin duda no podre olvidar en toda mi vida. Gracias a Ferrovial y a Heathrow por haber hecho posible todo esto.
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