Un verano en Tanzania

Este verano he tenido la oportunidad de colaborar en el proyecto que Ferrovial está desarrollando junto con ONGAWA en la región tanzana de Same. Lo cierto es que fue una grata sorpresa descubrir que formaría parte del equipo de voluntarios corporativos, ya que el número de candidatos era muy alto y pasar el corte no era cosa fácil.

El proyecto que se está llevando a cabo en esta región fronteriza con Kenia consiste en mejorar e implementar el sistema de abastecimiento de agua de las localidades de Maore y Kihurio. La mejora de los procesos de captación de agua y la instalación de mecanismos de tratamiento servirán para mejorar el abastecimiento. El proyecto también contempla la construcción de depósitos intermedios de almacenamiento de agua para optimizar el sistema y garantizar una mejor distribución.

De entrada, mi cometido era simple: realizar un diseño de un tratamiento de agua para mejorar la calidad de la misma y garantizar su “potabilidad”. Eso sí: las cosas no siempre son tan simples como parecen… ¡y mucho menos en África, donde lo más simple puede terminar complicándose hasta  límites insospechados!

Trabajar en África es muy difícil, pero al mismo tiempo es tan gratificante que, en un abrir y cerrar de ojos, se te olvidan todos los problemas. Tuve que aparcar todos mis conocimientos sobre tratamiento de aguas, y partir de cero,  ponerme en situación y pensar qué enfoque sería el más apropiado para que instalar un sistema de aguas que fuese útil a largo plazo y no quedase relegado al olvido “tras la partida del hombre blanco”. Esa era mi obsesión durante las semanas que pasé en Maore: ¿qué puedo hacer que no requiera casi mantenimiento y sea sencillo de mantener? La respuesta no es fácil…

El mayor problema que a mi entender se da es la falta de profesionalización del sector del agua. Me explico: existen una serie de “consejos” formados por persona de la aldea, la mayoría de las cuales no sabe ni qué es una bacteria, que se encargan de distribuir los trabajos, recaudar dinero para realizar mejoras etc. Las personas que llevan el mantenimiento y el buen funcionamiento de las líneas de abastecimiento son los propios  beneficiarios.

La situación que me encontré era complicada: día tras día, los habitantes de la comunidad tenían que clorar el agua y purgar los fangos de un decantador situado a una hora de la población. Por todo esto intenté realizar el diseño más simple que garantizase una calidad de agua mínima. En estos momentos, se está decidiendo cual de las propuestas será la que se construirá finalmente.

Una experiencia única

En el apartado personal, he de decir que la experiencia ha sido única. Me parece que el trabajo que está desempeñando mi empresa junto con las ONG locales es realmente “de 10”, trabajando codo a codo con las comunidades e intentando que adquieran los conocimientos suficientes para ser capaces de auto-gestionarse.

El grupo de personas que participa en este programa lo está llevando a cabo de una manera muy digna. Por eso me ha gustado mucho la forma de trabajar de los equipos. La mentalidad del proyecto sigue aquella alegoría que recomienda enseñar a pescar en vez de dar peces. Creo que esta es la forma en que debemos entender la cooperación.

A título personal, tengo que decir que ha sido una experiencia que me ha marcado. Ver que existen personas que realizan un esfuerzo tan grande, desplazándose a zonas tan inhóspitas, trabajando día a día para mejorar la situación de un país que realmente lo necesita… es algo que te hace pensar y plantearte muchas cosas, cosas que quizá, bajo nuestro punto de vista “occidental”, no nos planteamos por el mero hecho de que las damos por sentadas.

Sin duda me llevo un grupo de amigos fantástico, incluyendo gente local y expatriados de la ONG. Un grupo heterogéneo de personas, de un amplio rango de edades pero que ha congeniado a la perfección, colaborando codo con codo y dando el máximo para realizar el mejor proyecto en el mínimo tiempo.

Además, también me traigo en la maleta una experiencia profesional muy diferente de lo que estoy habituado. Como especialista en tratamiento de aguas, estoy acostumbrado a realizar proyectos en países en vías de desarrollo como puede ser Marruecos o India, pero este proyecto me ha ayudado a romper todos mis esquemas mentales y desarrollar un diseño alternativo, adaptado a las posibilidades técnicas y materiales del país. Con este proyecto he tratado de conseguir más con menos, y este reto me ha hecho abrir mi mente y darme cuenta de que las cosas se pueden hacer de muchas maneras, lo cual repercute directamente en mi crecimiento profesional.

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