Sobre el lienzo, un grupo de jóvenes merienda en la orilla del río Manzanares. No se trata de una imagen actual sino de uno de los más famosos cuadros costumbristas de Goya. Dos siglos después, los jardines de Madrid-Río han actualizado esta imagen, recuperando un espacio público que la construcción de la M-30 en la década de los 70 había dejado en el olvido.
“En el centro de Madrid florece un gran parque donde antes se encontraba una de las principales vías de circunvalación de la ciudad”. Este titular recogido del prestigioso periódico estadounidense “The New York Times”, y otros tantos de la prensa nacional e internacional, ponen en alza el gran valor que esta obra aporta a la calidad de vida de la capital y de sus habitantes.
Ferrovial Agroman ha superado todos los retos y expectativas a las que se enfrentaba la compañía en el complejo desarrollo de las obras de “Madrid-Río”, aplicando un modelo de “restauración ecológica del paisaje” que integra todos los factores ecológicos y emplea procesos naturales.
Finalizado el soterramiento de la M-30, la compañía contó con la confianza del Ayuntamiento de Madrid para participar en las siguientes fases del proyecto. Éstas consistieron, en primer lugar, en la adecuación de los márgenes del río Manzanares para posteriormente acometer la ejecución de varios de los tramos de los jardines que han devuelto a los ciudadanos madrileños este gran espacio público.
La compañía ha ejecutado tres tramos de los denominados “Salones de Pinos” y el Parque de San Ambrosio en el margen derecho del río y el Gran Parque de la Arganzuela en el margen izquierdo, ajardinando más de 250.000 m2 sobre los túneles construidos, dónde se han plantado más de 9.000 árboles de gran porte y 500.000 arbustos.
Tanto en el diseño como en la arquitectura, se ha intentado recrear diferentes ambientes naturales. Así, en “Madrid-Río” encontramos zonas de bosque mediterráneo, áreas de bosque atlántico, paisajes de arroyo seco… todo acompañado de arces, fresnos y nogales. Esta circunstancia aumentaba la complejidad del proyecto, que debía adaptarse a tratar con especies vegetales con exigencias ambientales muy diferentes, lo que exigió la revisión del proyecto para hacer viable esta diversidad.
El parque de la Arganzuela, se vertebra en dos caminos en los que los usuarios encuentran varios paisajes diferenciados. El camino rápido, prácticamente lineal, ancho y con pendientes menores, que va desde el puente de Toledo hasta el Matadero; y el camino lento, mucho más sinuoso y con mayores pendientes, transcurre entre este punto y el Estadio de fútbol Vicente Calderón.
Proyectos internacionales de características comunes
El proyecto de Madrid Río se integra en una tendencia internacional que ya se inició tras el terremoto de 1989 en San Francisco, cuando se soterró la autopista Embarcadero para recuperar la conexión de la ciudad con el mar. Años más tarde, en Seúl se eliminó un tramo de la carretera a lo largo del cauce del río Gaecheon donde se construyó Cheonggyecheon, un área de recreación de cinco kilómetros de largo.
Otra gran característica del Parque de la Arganzuela es la constante presencia del agua, como elemento diferenciador de esta zona dentro del proyecto de Madrid-Río. Se han construido trece fuentes en total, tres aptas para el baño, las denominadas playas y diez fuentes ornamentales con diferentes diseños y tamaños. Todo esto completa el paisaje que cubre un complejo sistema de túneles excavados por donde cada día circulan miles de vehículos.
La segunda parte de este post será publicada próximamente.
1 comentario
IMF Business School
10 de enero de 2013
Ahora sólo queda cuidar de ese gran pulmón entre todos los ciudadanos, conservarlo y disfrutar de él. Que falta hacen muchas más zonas verdes en Madrid! Un saludo!