Por fin llegó el verano.
El calor, las toallas y bañadores cobran protagonismo y empiezan las vacaciones.
Nos relajamos. Tenemos más tiempo, días más largos y disfrutamos más.
Nos relajamos y eso está bien, pero…¿nos relajamos en todos los sentidos?
Recuerdo mi infancia plagada de mensajes de ¡ten cuidado! que no se note mucho que estamos de vacaciones, persiana medio subida, alguien que recoja el correo,… y es que no había que dar pistas, había que ponérselo difícil a los ladrones.
Hoy en día todo es mucho más fácil. Sí, más fácil nuestra vida, y la vida de los ladrones y delincuentes también. Ya no necesitan ni desplazarse. Internet ofrece muchas ventajas y oportunidades para hacer el bien… y para hacer el mal.
Un mar de información a tus pies, sólo tienes que saber cómo buscarla. Las redes sociales ofrecen una forma rápida de llegar a nuestras vidas, de sacar mucha información nuestra ¡en unos clicks!.
Os hacéis una idea de cuánta información comparte la gente sin saber con quién, simplemente porque no ha configurado bien tu perfil o porque no tiene claro cómo funciona eso de “la privacidad”.
Os habéis parado a pensar, ¿cuánto tiempo necesitaríamos para saber dónde y cuándo está una persona de vacaciones?, ¿cuánta información puedo llegar a saber de una persona de forma fácil, simplemente viendo lo que comparte en redes sociales?
Además no sólo está la información que compartes tú, sino la que comparten tus amigos, familiares, compañeros, etc. Piensa, ¿cuándo fue la última vez que te etiquetaron o comentaron algo de ti?.
No te equivoques, no es complicado, no se necesita grandes conocimientos para seguir tu huella digital, para ver la geolocalización de tus fotos, de tus comentarios. Y la pregunta es, ¿realmente quieres que esa información quede registrada para siempre? ¿Confías en que sólo pueda verla quién tú quieras?
Cuando te dedicas a esto de la “ciberseguridad” en muchos casos los amigos, conocidos y familiares te utilizan para reafirmarse en su despreocupación. La de veces que habré oído eso de ¡y a quién le va a importar mi vida! o ¡me da igual si yo no tengo nada que esconder! ¡con la de gente que hay, quién va a ir a por mí!.
Esto no va de generar miedo, no va de no utilizar las redes sociales, no va de no compartir. No, no es la idea.
Esto va de que tenemos que ser conscientes de lo que hacemos, de que necesitamos conocer que hay detrás, de que debemos preocuparnos y ocuparnos de la información y opiniones que vamos dejando por la red, de la ventana que abrimos a nuestras vidas. Debemos revisar la privacidad de nuestras redes sociales, la configuración del geoposicionamiento de nuestras publicaciones, de la cámara, aceptar sólo contactos de personas que conocemos o que nos generan confianza. Debemos ser precavidos, igual que lo somos cuando cruzamos una calle, buscamos el paso de cebra y miramos si vienen coches.
O vamos más allá, ¿cuánto vale para otros toda esa información que regalamos y a la que no damos importancia?
Tenemos que controlar nuestra vida digital, nuestra huella digital, nuestra información. Proteger nuestra privacidad, es importante, es parte de nosotros.
Debemos preocuparnos de entender cómo funcionan las herramientas que utilizamos para poder educar también a nuestros hijos en cómo actuar y protegerse en este mundo digital. Me gustaría que nuestros hijos digitales recordasen, como yo recuerdo ahora,
…que en verano me decían, que no había que dar ciberpistas, había que ponérselo difícil a los ladrones.
Pensar el fin que va a tener, el uso que se va a dar, a los millones de “huellas digitales” que estamos todos nosotros generando cada segundo, es algo que da vértigo. El ser humano minimiza los riesgos, es verdad que esto es necesario para poder vivir, … pero ¿podemos vivir tranquilos? ¿la información que generamos está a salvo?
Quizá esto sea demasiado metafísico para el verano, lo dejaremos para otra ocasión.
Ahora a disfrutar, pero con unas pequeñas ciber-recomendaciones, porque no siempre los malos cogen vacaciones:
11 consejos de ciberseguridad para este verano
- Ten cuidado con la información que publicas en Internet.
- Elimina la opción de geolocalización de tus publicaciones en redes sociales.
- Configura tus dispositivos para que las fotografías no contengan información de geoposicionamiento.
- Revisar tu privacidad y contactos en tus redes sociales.
- Debes ser el primero al que importe tu privacidad. Si no quieres que suban tus fotos o te etiqueten ¡hazlo saber!
- Desactiva la WiFi y Bluetooth cuando no lo estés utilizando.
- Sé precavido con las Wifis a las que te conectas. A veces los datos gratis te pueden salir caros.
- Revisa “con ojos de ver” los permisos que te solicitan las “app” al instalarlas en tus dispositivos. Que tenga buena valoración no significa que sea segura. Aplica el sentido común, ¡una linterna no necesita acceso total a tu dispositivo!.
- No realices operaciones sensibles en Internet en sitios webs que no sean https://
- Bloquea tus dispositivos con contraseña , no es difícil perderlos o que te los roben, pon una puerta al acceso a tu información.
- ¡Escamate ante el phishing! No es difícil imitar/copiar cualquier web. No pinches en enlaces ni introduzcas contraseñas derivadas de peticiones atípicas.
Descubre la infografía con los consejos de seguridad para tus dispositivos aquí.
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