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Carreteras

Las infraestructuras y la música

13 de julio de 2017

La Real Academia de la Lengua Española define infraestructura en su segunda acepción como el “conjunto de elementos, dotaciones o servicios necesarios para el buen funcionamiento de un país, de una ciudad o de una organización cualquiera”. Cuando muchos de vosotros pensáis en infraestructuras, es probable que os imaginéis autopistas kilométricas, gigantescos aeropuertos, puentes, viaductos, presas y otras grandes obras de la ingeniería moderna.

Pero volviendo a esa segunda acepción de la RAE, las infraestructuras son aquellos elementos que nos permiten realizar con mayor facilidad todas las actividades del día a día. Y más allá de lo evidente, son los medios a través de los cuales nos permitimos vivir, soñar, compartir, viajar o aprender.

Las infraestructuras son las calles donde crecemos y jugamos; las autopistas que atraviesan paisajes imposibles y nos acercan a cualquier sitio y a cualquier persona; los aeropuertos donde hacemos volar nuestros sueños junto a millones de personas; los museos y las escuelas donde aprendemos; todos esos lugares donde generamos los recuerdos que formarán parte de nuestra vida para siempre.

No podemos negar, que todos estos elementos que nos rodean acaban formando parte de la cultura popular. Han sido muchos los artistas que a lo largo de la historia han reflejado en sus canciones lugares, momentos y sensaciones que materializan la importancia que en lo cotidiano tienen las infraestructuras que construimos y gestionamos, más allá de la utilidad objetiva de las mismas.

Por eso, queremos invitaros a dar un pequeño paseo por la historia más reciente de la música, y celebrar el día mundial del rock contando algunas curiosidades de las canciones más significativas sobre infraestructuras que hemos encontrado y, de paso, lanzar nuestra playlist en Spotify para que pueda acompañaros en vuestras próximas vacaciones. ¿Preparados? Comenzamos el viaje.

Empezaremos por lo más simple y cercano, las CALLES. Esos lugares donde se vive la vida, donde juegan los niños, donde compramos, donde nos encontramos y donde celebramos todo. Las calles que conforman los barrios donde viven miles de personas y que gracias a la labor de empresas como Ferrovial Servicios, se mantienen limpias, iluminadas y con unas instalaciones adecuadamente cuidadas.

Aunque hay muchísimos ejemplos de canciones relacionadas con calles, como Love Street de The Doors o A Street del recientemente fallecido Leonard Cohen, en las retinas y tímpanos de varias generaciones estará presente la aclamada “Streets Of Philadelphia” de Bruce Springsteen. Publicada en 1994 y ganadora de 4 premios Grammy y un Oscar como mejor canción original, fue un encargo de Johnatan Demme, director de la película Philadelphia, al propio Springsteen.

Pero es que además, la actual  banda del “boss” es la llamada E-Street Band, que actúa junto a los músicos más prestigiosos del mundo y que toma su nombre de la calle homónima de la ciudad de Belmar (Nueva Jersey), donde estaba el local en el que solían ensayar.

Pero si hablamos de lugares reales, no podemos olvidarnos de otro tipo de calle, carretera o camino que los anglosajones denominan “LANE”, aunque también es un término utilizado para carril, como nuestros famosos managed lanes. Y aunque el grupo californiano The Eagles publicó “Life in the fast lane” dentro de su mítico disco Hotel California, la canción más popular en este capítulo es sin duda Penny Lane de The Beatles.

Esta canción se publicó en 1976 como single del disco Magical Mystery Tour, y fue escrita por Paul McCartney mientras esperaba a John Lennon en una parada de autobús cerca de Penny Lane, describiendo la vida diaria de aquel barrio que ambos compartían en Liverpool (Penny Lane there is a barber showing photographs; On the corner is a banker with a motorcar;…).

Hablando de The Beatles, no podemos dejar escapar el lanzamiento en 1969 del LP Abbey Road, que hace referencia a una calle de la ciudad de Londres, donde se encontraban los estudios de EMI en los que la banda había grabado la mayoría de sus canciones y que, a partir de 1970, pasarían a llamarse Abbey Road Studios. Su portada, obra de John Kosh, director creativo de Apple Records, pasaría también a la historia de la iconografía musical. Como curiosidad diremos, que al tratarse de una calle con tráfico muy intenso, solo pudieron tomarse seis fotografías, y esta fue la seleccionada.

Sin embargo, “ROAD” también puede entenderse como la carretera que conecta varias localidades, y con este significado encontramos muchas más alternativas, porque éstas siempre han sido testigo de excepción de increíbles historias, reflejo además de una extraña pero maravillosa sensación de libertad.

En este punto debemos citar figuras tan importantes como John Denver y su  «Take me home, country roads”, o al recientemente premiado con el Premio Nobel de Literatura Bob Dylan y su “Dirt road blues”, segundo corte del álbum “Time out of mind”, que Dylan publicó en 1997, y que recibiría un año más tarde 3 premios Grammy como mejor álbum del año, mejor álbum de folk, y mejor interpretación vocal rock masculina.

Pero si hay un tipo de vía que reina en el mundo de la música, ese es el de las AUTOPISTAS. Esas que gestiona Cintra y que agilizan el tráfico de grandes áreas metropolitanas por todo el mundo. Esas que permiten a las ciudades seguir creciendo, a las empresas extender sus operaciones y a las personas ampliar sus posibilidades de ocio y trabajo.

Aquí nos ponemos más rockeros, y aunque hay algunas canciones sobre determinadas autopistas reales (como highway 20 o highway 61, por ejemplo), destacamos especialmente tres: Highway Star de Deep Purple, Highway Chile de Jimi Hendrix y Queen of the highway de The Doors.

Pero por encima de todas ellas, probablemente uno de los inicios más reconocidos de la formación australiana AC/DC: Highway to Hell. El título de este tema se ha atribuido en muchas ocasiones a la forma en la que su guitarrista Angus Young describía las giras por Estados Unidos, pero otras fuentes señalan a la autopista Canning Highway, situada en Western Australia, cerca de Perth, y que discurre entre la casa de Bon Scott, el que fuera segundo cantante de la banda, y un bar de rock que había en los 70 llamado The Raffles.

¿Y qué sería de nuestras autopistas sin los TÚNELES? Probablemente, uno de los tipos de infraestructura más simbólicos e imponentes y de los que Ferrovial Agroman ha construido más de 500 kilómetros. Sirven para agilizar el paso de personas y mercancías a través de complicadas orografías y suponen complejas obras de ingeniería que conectan lugares aparentemente imposibles de unir. En este punto, nos quedamos con la magnífica Tunnel of love de Dire Straits, primera canción del tercer álbum de la banda titulado Making movies publicado en 1980, y cuyos teclados fueron grabados por Roy Bittan, de la E-Street Band. Como veis, todo está conectado, en la música y en las infraestructuras.

Para terminar este post, una selección de canciones relacionadas con el mundo AEROPORTUARIO. Aunque ya en la década de los 70 leyendas como The Motors cantasen Airport, o REM en los 90 no hablasen de Airportman, no podemos dejar pasar la ocasión para enseñaros dos canciones sobre el Aeropuerto de Heathrow, en el que Ferrovial Aeropuertos participa como principal accionista y socio industrial.

La primera, una trepidante canción instrumental que Van Morrison firmó en 1995, llamada Heathrow Shuffle, y en la que su ritmo parece describir la cantidad de cosas que suceden un día cualquiera en el aeropuerto londinense, que en 2016 transportó más de 75 millones de viajeros. La segunda, mucho más reciente, fue publicada en 2016 por la banda galesa Catfish and the bottelmen y se titula simplemente Heathrow. Una canción en la que se describe una de esas miles de historias personales que transcurren dentro o a través de nuestras infraestructuras y que dan el sentido último a todo lo que hacemos.

Los miles de kilómetros de autopistas que gestionamos, los millones de viajeros que utilizan nuestros aeropuertos, los ciudadanos que utilizan nuestros servicios y las obras de ingeniería que construimos. Todo ello, aunque no lo creamos, formará parte de la banda sonora de nuestras vidas.

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