Cómo hacer un éxito de la “Internet de la Infraestructura”
Alex Gilbert, director de Amey Consulting, cree que preguntar “por qué” es la clave para mejorar las soluciones en infraestructuras.
Los profesionales en este campo saben bien lo que se hacen. Pero si se les pregunta el por qué , el nivel de seguridad baja considerablemente.
Y esta situación abarca todo el sector de la infraestructura en el Reino Unido. No hacer o no entender la pregunta vital del “por qué” sigue mermando nuestra capacidad para conectar con los clientes, construir los activos adecuados y centrarnos en el impacto económico y social más amplio que la inversión en infraestructura pueda lograr.
Afortunadamente, estamos ante toda una revolución, que pone a nuestra disposición un sinfín de tecnologías, herramientas y técnicas digitales conectadas para ayudarnos a profundizar en esta cuestión tan crítica. Se trata del nuevo y altamente vinculado Internet de la Infraestructura, que transformará la forma en que planificamos, entregamos y utilizamos los activos que nos rodean.
En un mundo enfocado cada vez más al consumidor, estas nuevas herramientas sin duda ayudarán a potenciar al máximo la eficiencia de las operaciones existentes. Sin embargo, y más significativamente, también nos permitirán entender el impacto de las infraestructuras en los usuarios y predecir mejor qué servicios y qué inversiones se necesitarán en el futuro.
El asunto toma especial importancia en un momento en que el Reino Unido busca reequilibrar su economía delegando poderes y responsabilidades del gobierno central a las administraciones regionales. Las tecnologías conectadas y la explotación de datos pueden cambiar sustancialmente las reglas a la hora de determinar hasta qué punto invertir, en qué tipo de infraestructura, dónde y para qué.
Entender el impacto de estos datos es el desafío crítico para los profesionales del sector de las infraestructuras a medida que procuramos incluir el por qué.
Según el trabajo de Digital Built Britain, grupo liderado por la industria que cuenta con el apoyo del gobierno y está impulsando la transformación digital en la construcción, los gastos de capital en infraestructura en el Reino Unido en 2016 alcanzaron los 89.000 millones de libras, en comparación con los 122.000 millones invertidos en gastos operativos para el mantenimiento de los activos.
Es evidente que las tecnologías digitales, como la tecnología BIM, la inspección remota, los sistemas analíticos de activos y otras herramientas de datos, pueden desempeñar un papel enorme en la potenciación drástica de la actual pobre productividad y la mejora de la eficiencia en la construcción. Y hay que decir que se están logrando grandes avances a este respecto. Los recientes trabajos de Amey en el desarrollo de una estrategia de gestión de activos a largo plazo para el aeropuerto de Heathrow han demostrado que el uso de herramientas analíticas modernas puede garantizar la entrega puntual de complejos sistemas de activos para cubrir la demanda a la que van enfocados.
Sin embargo, es la tercera cifra resaltada por el equipo de Digital Built Britain – los 597.000 millones de libras invertidos por el sector público en 2016 en los servicios que utilizan y se benefician de las infraestructuras del Reino Unido – la que hay que tener en cuenta para generar un valor real a partir de nuestra infraestructura.
La realidad es que cuando se trata de infraestructuras ya existentes en el Reino Unido, lo antiguo es lo nuevo. Cada autoridad local y administración delegada deben garantizar que están obteniendo el máximo valor de cada uno de sus activos a lo largo de la vida útil de los mismos; y esto quiere decir que no hay que pensar solo en construir más barato o realizar un mantenimiento más rápido.
La conexión, la automatización, los sensores, las tecnologías inteligentes con diseño integrado, construcción, mantenimiento y funcionamiento ofrecen enormes posibilidades para potenciar el rendimiento de las infraestructuras y los resultados a lo largo de la vida útil de esos activos. ¿Quién no desearía esto para sus activos?
Aun así, habrá también grandes beneficios para los usuarios, es decir, las regiones y comunidades que dependen del transporte, del agua, de la electricidad o de la infraestructura de comunicaciones. Esto hace que el nuevo Internet de la Infraestructura no sea tanto una oportunidad tecnológica como una oportunidad socioeconómica, al ofrecer la posibilidad de crear y mantener eficazmente las infraestructuras que impulsan las economías locales.
En resumen, el Internet de la Infraestructura propicia el acercamiento entre activos y los gestores y usuarios de los mismos, propiciando una comprensión mucho más clara del imprescindible papel que desempeña la infraestructura en el crecimiento, el bienestar y la sostenibilidad.
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