¿Es posible vivir sin plásticos?
Economía circular

¿Es posible vivir sin plásticos?

01 de abril de 2019

Hoy día nuestra sociedad está saturada de materiales poliméricos a los que llamamos, por facilidad, “plásticos”. El plástico ha sido durante el último siglo la gran revolución en materiales. Fácil de manipular y asequible, se ha convertido en un material multiusos que, por desgracia, hace tiempo se convirtió en pilar de la cultura de usar y tirar.

Los polímeros no son perjudiciales per se si somos capaces de usarlos con moderación y allí donde son más útiles. Por ejemplo, algunos son capaces de durar cientos de años a la intemperie, por lo que resulta interesante para varios componentes del mobiliario urbano, como máquinas de ejercicio. El problema aparece cuando lo usamos para todo. Pero ¿es posible vivir sin plásticos?

El plátano frente a la magdalena

La alimentación es uno de los sectores que más plásticos requiere, más por comodidad que por necesidad, como veremos a continuación.  Quizá no hayamos caído, pero el plátano también es “plástico”, al igual que la manzana, las uvas o los piñones.

Una funda polimérica protege la parte comestible de la manzana del exterior. La llamamos “piel”, y no solo es perfectamente biodegradable. Además, es perfecta para hacer compost, generar gas natural y servir de protección si nos llevamos la fruta a trabajar. Si una manzana es capaz de “sobrevivir” a la intemperie, sin duda resistirá en un viaje a casa sin plástico rodeándola.

frutas y verduras no envueltos en plásticos

Fuente: Unsplash | Autor: Tim Mossholder

Por contra, todos conocemos el ejemplo de la magdalena o bollo que viene envuelto en una pequeña bolsa plástica individual. Además, por supuesto, de la bolsa que contiene al resto de magdalenas. Así, para cada bollo de leche o bizcocho hacen falta varios gramos de plástico que son usados únicamente para trasladar este alimento.

¿Es posible eliminar los plásticos de nuestra comida? Lo cierto es que sí, al menos prácticamente en su totalidad. Frutas, verduras, hortalizas, cereales o legumbres pueden ser comprados a granel, evitando envases más allá de nuestra propia bolsa de tela. Esta, incluso aunque esté fabricada mediante polímeros, aguantará años de uso si la tratamos con cuidado.

Como excepción, carnes, pescado y huevos requieren de envases específicos para transportarlos. Pero se puede acudir al mercado con tuppers o hueveras en las que depositar estos alimentos. Cualquier persona que viva en ciudad tiene la capacidad de comer de forma asequible y saludable evitando productos con plástico, especialmente cuando la venta a granel está en auge.

Plásticos de un solo uso, a evitar

Plásticos de un solo uso, a evitar

Fuente: Unsplash | Autor: Toa Heftiba

Nos despertamos y detenemos la alarma del móvil. Este está fabricado parcialmente con polímeros de varias clases. Es muy probable que el pijama que llevamos puesto también. Lejos quedó la ropa 100% algodón en avance del resistente poliéster. Los plásticos nos rodean, pero precisamente estos ejemplos no son los más dañinos para el medio ambiente.

Un móvil dura años, y un pijama los iguala. Las cabezas de los cepillos eléctricos duran tres meses. Los neumáticos, miles de kilómetros. Las persianas de polímero, décadas. Cuando los materiales poliméricos son usados durante cierta cantidad de tiempo, su impacto en el medio ambiente es bastante bajo, especialmente cuando son reciclados del modo correcto.

Los problemas serios aparecen cuando grandes volúmenes de plástico son usados durante un breve espacio de tiempo y no se reciclan ni pueden tener un segundo uso. Arriba hemos hablado de la bollería industrial, aunque el ejemplo clásico son las botellas de agua de plástico PET, de las cuales apenas se reciclan bien el 9%, tal y como evidenció National Geographic el año pasado.

reciclar el plástico

Fuente: Unsplash | Autor: Steve Johnson

En los hogares podemos hacer uso de botellas de cristal o metal, mientras que estas últimas son perfectas por su bajo peso y conservación del frío para llevarlas en bolsos o mochilas. Salvo excepciones como cortes de agua, las botellas de plástico son completamente prescindibles. Abandonarlas, como propone la Comisión Europa, supondría evitar millones de toneladas anuales.

El mismo concepto se aplica a la “cubertería” de plástico, las bolsitas de ketchup y, en general, cualquier envase de 10 minutos de uso que venga abrazado con un envase plástico.

¿Se puede reciclar el plástico?

Los neumáticos son de plástico (además de otros compuestos) además de los paraguas y la ropa deportiva. Como abríamos el artículo, el plástico no tiene por qué ser malo si este tiene una durabilidad aceptable y tras su uso se recicla de forma apropiada. El problema aparece cuando la economía circular no se tiene en cuenta y hay una falta de demanda de ese plástico reciclado.

Por muy larga que sea la vida útil, lanzarlo a un vertedero acabará por tener un impacto negativo elevado. Es por eso que hay marcas que buscan dar una segunda vida a ese plástico, como es el caso del Centro de Competencia de Medioambiente de Ferrovial Servicios.

Como explica Jaume Cabré, jefe de innovación de este departamento, es necesario tratar este enorme volumen de plásticos. Uno de los productos derivados de esta innovación ha sido un polímero 100% reciclado, 100% reciclable y de alta durabilidad, tres factores clave para hacer uso adecuado de la economía circular.

Cuando dentro de años o décadas estos objetos necesiten ser retirados, podrán reciclarse de nuevo en aquellos que demande la sociedad. Mobiliario urbano, verjas para ganadería, herramientas… las posibilidades son ilimitadas. Y si le agregamos una pizca de ingenio, el futuro será realmente sostenible.

¿Plástico a partir de restos de frutas y verduras?

Habíamos dicho arriba que la fruta incluye plástico, y es cierto. Los polímeros más conocidos son los artificiales, pero la naturaleza los usa para fabricar las hojas de los árboles o el caparazón de los insectos, entre otros muchos usos. ¿Y si pudiéramos fabricar plásticos compostables, reciclables y biodegradables usando restos de frutas y verduras? No es ciencia ficción.

Varias verduras, zanahorias y puerros

Fuente: Unsplash | Autor: Peter Wendt

En noviembre de 2018 The Circular Lab, un laboratorio español ubicado en Logroño y especializado en economía circular, descubrió cómo fabricar polímeros durables a partir de restos vegetales anteriormente sin uso o usados en la generación de energía mediante combustión.

Este tipo de innovaciones van a marcar un antes y un después incluso sin modificar nuestros hábitos. Actualmente casi todas las botellas plásticas del planeta acaban en vertederos o en el océano, así como las bolsas, tapones de botellas, hueveras y otros bienes de un solo uso. En el futuro, usar residuos de patata o zanahoria para fabricar objetos ayudará a su reciclabilidad y vuelta a la naturaleza.

 

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