Es posible que estos días de cuarentena hayan sido los primeros en los que, muchos de nosotros hayamos teletrabajado de manera continuada. Desde luego no son unas circunstancias de teletrabajo normales. Podríamos decir que estamos inmersos en un experimento global, forzoso y extremo de teletrabajo.
En el terreno profesional, esta situación nos obliga a incorporar nuevas herramientas, adaptar nuestro entorno, nuestros horarios, nuestras rutinas y también, por qué no, a adaptar nuestra forma, ritmo y repertorio de aprendizajes.
En realidad, la adaptación a esta nueva situación es ya un enorme aprendizaje en sí mismo y seguramente no somos conscientes de la cantidad de nuevos conocimientos y experiencias que adquirimos al cabo de la semana.
Una forma diferente, retadora, positiva y reconfortante de aprovechar esta cuarentena, puede ser instalarnos en una mentalidad de aprendizaje consciente y constante, poniendo el foco en nuestro desarrollo personal y profesional.
A continuación, os presentamos algunas ideas que pueden ayudar a poner en práctica este hábito, durante los días de confinamiento:
Fíjate metas de aprendizaje a corto plazo: no sabemos lo que durará el estado de alarma en España, pero supongamos que no dura más de dos meses. Puedes reflexionar acerca de tus objetivos de desarrollo personal y profesional, que te fijaste a principio de curso o al comenzar el año y pensar en acciones a realizar durante estos días, que te acerquen a su consecución. Por ejemplo: si tu objetivo es profundizar en tu área de expertise y convertirte en un referente profesional en tu sector, quizás un buen próximo paso sea publicar un artículo en un blog o una entrada en Linkedin. ¿Por qué no ponerte como objetivo escribir ese artículo y publicarlo en los próximos 10-15 días? Si aún no tienes objetivos de aprendizaje, siempre puedes inspirarte utilizando alguno de los test que ofrecen plataformas como Foxize, Curious (Curious Quotient), Manpower (Learnability Quotient), como punto de partida.
Resérvate tiempo: es muy probable que, en este estado de confinamiento, no solo no te sobre el tiempo, sino que la mayoría de los días te faltará. En muchos hogares hay que compatibilizar el teletrabajo, con la atención a los más pequeños y las tareas domésticas, entre otras muchas cosas. Pero al igual que ejercitamos el cuerpo y buscamos tiempo para ello, en nuestro día o en nuestra semana, es fundamental que te reserves espacios de tiempo durante la semana para formarte. Puede ser antes o después de comer, a primera hora de la mañana o a última hora del día. 15 o 20 minutos todos los días pueden ser suficientes para avanzar en un curso de formación, ver un vídeo o leer un artículo o tiempos más largos, quizás los fines de semana, para leer un libro o actividades que requieran algo más de tiempo continuado.
Diseña tu espacio personalizado de aprendizaje: esta cuarentena puede ser un buen momento para organizarte un ecosistema de aprendizaje virtual. El PLE -del inglés Personal Learning Environment- es un conjunto de elementos (recursos, actividades, fuentes de información) utilizados para la gestión del aprendizaje personal. La buena noticia es que hoy en día estamos expuestos a una inmensa cantidad de recursos y plataformas digitales, desde las cuales se puede acceder a contenidos de aprendizaje de calidad. Algunos de estos canales, que habitualmente son de pago, durante la crisis del Coronavirus están ofreciendo acceso gratuito a ciertos contenidos y es una buena oportunidad para conocerlos y comprobar si encajan con nuestras necesidades: Linkedin Learning, Coursera, edx, IESE, IE y ESADE son algunos de ellos.
En la variedad está el gusto: como en casi todo, para el aprendizaje virtual también hay gustos: hay los que prefieren los MOOCs de Coursera, edx o Miriadax o a los que los que les gusta utilizar los resúmenes de Leader Summaries, antes de elegir y saborear un buen libro, subrayándolo y tomando notas al margen. Otros prefieren el formato ebook o incluso el audiolibro, como el caso de Storytel; los que aprovechan los desplazamientos o las esperas para aprender escuchando podcasts en iVOOX, Apple, Google o Spotify, los que prefieren los canales de How to de YouTube o se enganchan al formato TED, los que lanzan preguntas en foros o chats profesionales como Yammer…todo dependerá de la preferencia de cada uno, pero también de lo que queramos aprender, de la profundidad de conocimiento que necesitemos, de cuánto tiempo tengamos, de para qué lo necesitemos…y lo mejor es que todas esas herramientas son complementarias y están al alcance de cualquiera.
Pon a la IA a trabajar para ti: gracias a las redes sociales, a las newsletters, a los avisos automáticos, etc., puedes crearte un sistema de curación de contenidos que trabaje para ti. Para completar tu PLE puedes seguir a personas, empresas e instituciones que aporten periódicamente su granito de arena a sus seguidores, en redes sociales como Twitter o Linkedin, acerca de tendencias, novedades, puntos de vista o información relevante. Te ayudará a estar al día. Selecciona bien y des-inscríbete o deja de seguir aquellas que no te aporten. Es mejor tener pocas y útiles que estar infoxicado. También existen plataformas como Degreed o Capaball que te ayudan a seleccionar contenido en la web, en función de tus preferencias.
Aprendizaje Social: a pesar de que estemos en una situación de aislamiento social, estamos más y mejor conectados que nunca y eso facilita enormemente la posibilidad de aprender de y con otras personas. Pedir ayuda, consejos, recomendaciones, tener una conversación con un compañero o con varias personas en remoto nunca fue tan fácil. Cuántos de nosotros estamos interactuando con nuestra familia o amigos, usando plataformas como Teams, Zoom, Skype, HouseParty o HangOut. El mero hecho de conocer estas plataformas y aprender a usarlas ya es un aprendizaje. Y ya que hablamos de aprendizaje social, ¿por qué no aprender en familia en estos días de confinamiento? Plataformas como Duolingo o Lingokids para el aprendizaje de idiomas o Smartick para las matemáticas, pueden ayudarnos a trabajar este tipo de conocimientos con los benjamines de la casa, de forma práctica, didáctica y divertida.
Registra y reflexiona: parar y reflexionar periódicamente (cada día, cada dos días, cada semana) acerca de qué he aprendido ese día, escribirlo y preguntarnos qué beneficios tiene para mi día a día este aprendizaje y en qué medida me ayuda a conseguir mis objetivos de desarrollo, es una parte fundamental del proceso. Es un hábito pequeño, que no requiere de mucho tiempo, pero que nos ayuda a entrenar el músculo del aprendizaje consciente y que, al echar la vista atrás nos dará una grata sorpresa.
Como la adquisición de cualquier hábito, nuestro plan de aprendizaje constante y consciente necesitará su curva de tiempo para afianzarse. Habrá días en los que nos salga casi sin esfuerzo y otros en los que nos cueste más encajarlo, pero enfocándolo con espíritu deportivo, seguro que se convertirá en una de tantas cosas buenas que estamos poniendo en práctica estos días y que nos hará salir de esta crisis un poco mejores, más reforzados y con un pequeño hábito que marcará grandes diferencias.
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