Costa de Agaete
COVID19

Manteniendo el pulso: la dureza de la montaña contra la dureza de nuestro equipo.

Big challenge, mountain hardness vs team toughness.

12 de junio de 2020

Entre las características de los materiales, se encuentra la resiliencia y esta se mide dejando caer un pesado péndulo que golpea una muestra de material y la rompe, haciendo perder en el choque, parte de la energía que tenía el péndulo al caer. En definitiva, a través de la altura que alcanza la oscilante masa tras la rotura se sabe si un material se rompe fácilmente o si, por el contrario, éste ofrece mucha resistencia a ser quebrado.

Este término se ha adoptado también en el coaching y la psicología como la capacidad de las personas de superar dificultades, incrementando su atracción y disposición hacia retos y desafíos cada vez mayores.

Precisamente la resiliencia es una de las características generales que define a mis compañeros y compañeras de Ferrovial.

El reto de El Risco Agaete, en Gran Canaria

Hace casi 8 meses que comenzó la obra de la Carretera El Risco Agaete, una nueva vía de 8km de longitud en el Norte de la isla de Gran Canaria, que discurre por un escarpadísimo paisaje, más propio de las fantasías cinematográficas que de la imagen que todos tenemos de las Islas Canarias. Para su ejecución se requerirá la construcción de 8 túneles y dos viaductos, así que, podemos decir que de los 8km, apenas dos de ellos discurren a cielo abierto sobre tierra.

Es frecuente en construcción, celebrar el cale del túnel, que supone un motivo de inmensa alegría. El cale del túnel sucede cuando dos equipos se juntan conectando las dos cavernas, permitiendo el paso que atraviesa la montaña. Siempre sucede tras haber trabajado muy duro. A buen seguro, celebraremos muchos de esos encuentros. Sin embargo, hoy me gustaría celebrar el inicio de uno de los túneles. El túnel de Faneque. El mayor túnel del proyecto con dos tubos de 2km de longitud cada uno.

Risco de Faneque

El túnel de Faneque

No me queda más remedio que transmitir la extrema dificultad para realizar los accesos a los tajos donde se encuentran los emboquilles de los túneles o los estribos de los viaductos. Acantilados casi verticales petrificados en basalto como producto de erupciones volcánicas que conformaron el archipiélago canario. Para añadir otra dificultad mayor, hay que tener en cuenta que las excavaciones de los túneles requerirán el uso de explosivos debido a la dureza del basalto. Esta dificultad se torna en barrera casi inexpugnable, teniendo en cuenta las restricciones, en cuanto a distancia a vías de comunicación y propiedades, que fija el Reglamento de Explosivos para instalar los polvorines que guardarán el millón de kilogramos de explosivos necesario para terminar nuestro trabajo.

Así pues, nos ha tocado pensar mucho y analizar distintas posibilidades para encontrar un tipo de explosivo capaz de encajar con los condicionantes que nos imponen las circunstancias de la obra. Estamos en ello y confiamos en que pronto podamos escribir otro capítulo en el libro de la innovación, a sumar a la extensa biblioteca que tenemos en esta casa. Pero mientras se va materializando esta posibilidad que requiere innumerables trámites administrativos, entre los cuales se encuentran autorizaciones administrativas y expropiaciones temporales para construir los polvorines, y facilitar la logística necesaria para llevar los trabajos a cabo, no podemos quedarnos cruzados de brazos.

Superando las dificultades y construyendo resiliencia

Con creatividad, trabajo y esfuerzo superaremos las dificultades de acceder a laderas imposibles, encontraremos los lugares adecuados para guardar nuestros explosivos, nos adaptaremos, como lo estamos haciendo, a la nueva normalidad impuesta por la amenaza sanitaria del Covid-19. Pero hoy quiero compartir nuestra alegría al haber comenzado a perforar la montaña y, aunque, acostumbramos a celebrar el trabajo terminado, hay que recordar que para hacerlo, primero tenemos que haber empezado. Comenzando la excavación por medios mecánicos, ya hemos avanzado los primeros 20 metros, mientras se va resolviendo la posibilidad de las voladuras.

El péndulo nos golpea fuerte poniéndonos múltiples dificultades en el camino, pero nuestra capacidad para afrontar los problemas, como ya dije, está en nuestro ADN, somos más duros que la roca que atravesamos y ya hemos empezado el duelo: la dureza de la montaña contra la obstinación y determinación del equipo. Estamos seguros de que ganaremos este reto y con esto habremos incrementado nuestra resiliencia, preparados para retos aún mayores, tanto de nuestro equipo como de la organización entera que nos está empujando.

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