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COVID19

Las fake news en el tratamiento de los residuos clínicos

06 de agosto de 2020

Los residuos sanitarios se generan durante la actividad sanitaria en hospitales, clínicas, centros de salud, laboratorios de análisis, universidades, etc. A pesar de haber diferencias entre las normativas autonómicas con respecto al número y grupos de clasificación, a la lista de enfermedades infecciosas, o a las características de bolsas y contenedores de recogida de estos residuos, durante la pandemia ha quedado patente que los residuos EPI’s que se generaban dentro de los hospitales como consecuencia de la atención asistencial a enfermos con COVID-19 se correspondían a residuos infecciosos de riesgo.

La ley 22/2011 de residuos y suelos contaminados define los residuos como cualquier sustancia u objeto que su poseedor deseche o tenga la intención o la obligación de desechar. En este sentido, el personal sanitario que ha utilizado los EPI’s como elementos de protección, una vez utilizados, los ha desechado en los contenedores o bolsas específicas y estancas. Por ello, esta decisión ha aumentado exponencialmente la producción de residuos biocontaminados en los hospitales, y en consecuencia, el gran aumento del consumo de contenedores para recoger y trasladar estos residuos COVID-19 hasta las plantas de esterilización autorizadas.

 La gestión de los residuos: una cadena donde intervienen numerosos agentes

La correcta segregación de los residuos depende de la decisión del personal sanitario que los genera. Son ellos los que deciden dónde los colocan y, una vez cerrada la tapa del contenedor o precintadas con cierre de seguridad las bolsas de recogida, se hace imposible para la empresa gestora conocer si el residuo incluido es el adecuado y si ha utilizado todo el volumen del contenedor. De hecho, la baja densidad de las mascarillas, batas y guantes ha causado un incremento también exponencial del volumen generado, forzando el sistema de suministro de contenedores. Ello ha obligado también a la Administración a actuar facilitando nuevos métodos alternativos de recogida de residuos EPI’s como, por ejemplo, la doble bolsa con cierre de seguridad, las cajas de cartón de mayor volumen o bolsas de mayor grosor que cumplan con la normativa vigente.

Las empresas gestoras de residuos han sido esenciales durante la pandemia para que ningún centro sanitario se quedara sin servicio de recogida, limpieza, transporte y gestión de los residuos infecciosos producidos.

La excelencia en la gestión de los residuos infecciosos ha reducido los riesgos porque se ha actuado con total diligencia, con compromiso medioambiental y con las máximas medidas de seguridad y protección para el personal sanitario, visitantes y resto de colectivos que trabajan o son atendidos en nuestros hospitales y, más aún, con total seguridad para la prevención de riesgos de nuestros trabajadores, con una tasa de contagios menor al 1%.

En los actuales tiempos de bulos generalizados que afectan a prácticamente toda actividad pública y privad, es muy importante que se conozcan con luz y taquígrafos las buenas prácticas que se realizan en el sector del tratamiento de residuos sanitarios. En el ámbito concreto del tratamiento de residuos sanitarios, se deben cumplir escrupulosamente con todos los requisitos y autorizaciones pertinentes para realizar la gestión de este servicio esencial en estos difíciles tiempos que estamos viviendo.

Además, en las plantas de tratamiento es necesario esterilizar los materiales infecciosos provenientes de hospitales y centros de salud que nuestro personal recoge directamente. Todo ello bajo una autorización ambiental integrada que contempla esta actividad, que se ha visto incrementada un 350%-400% desde mediados del mes de marzo a causa del COVID-19.

A las plantas llegan guantes, mascarillas, batas y otros residuos considerados peligrosos por su alto nivel de infección. Se reciben en cubos herméticos y se someten a temperaturas superiores a los 135 grados para garantizar su completa desinfección antes de trasladarlos a vertederos autorizados, o son incinerados a 1.000 grados, lo cual elimina cualquier virus y garantiza el mínimo impacto de estos residuos sobre la salud y el medioambiente.

Debido a la urgencia y a la extraordinaria situación actual, el tiempo obliga a las compañías a maximizar sus capacidades de tratamiento (24/7) y a coordinarse con las administraciones ambientales de cada comunidad autónoma. El objetivo: tratar los residuos por incineración controlada como alternativa temporal, cuestión aconsejada por la OMS como prioridad en respuesta a una catástrofe o una emergencia.

Un cambio en el modelo de actuación anterior al COVID-19

Antes de la pandemia, en Europa ya se estaba llevando a cabo un programa de acción para limitar la incineración de los materiales no reciclables. Por eso es esencial que toda acción sea conforme con la legislación de la UE en materia de residuos porque el principal objetivo consiste en proteger la salud humana y la reducción de emisiones contaminantes. La situación excepcional que estamos viviendo requiere medidas excepcionales, como la incineración de los residuos sanitarios, que tendrán que ajustarse exclusivamente al periodo de riesgo y siempre con la vista puesta en mantener el propósito prioritario de la recogida selectiva y el reciclado, tal y como señaló la Comisión Europea el pasado 14 de abril.

Pero ¿cómo se tratan realmente los residuos clínicos? Desde el inicio de la década de los 90, se estudiaron las mejores técnicas disponibles para el tratamiento de residuos sanitarios, y la tecnología de Esterilización en Autoclave se estableció en España como la más segura porque no se manipulan los residuos y no se transfiere ningún tóxico al medioambiente. Este tratamiento se ha implantado a nivel nacional, y la mayoría de las instalaciones han tenido capacidad suficiente para tratar todos los residuos infecciosos generados, a excepción de algunas comunidades como Madrid, Cataluña y Cantabria que han autorizado temporalmente la quema de residuos en incineradoras urbanas con algunos requisitos como que los residuos COVID-19 se entregaran en cajas de cartón, preferiblemente.

Estas tecnologías de autoclavado han sido, son y seguirán siendo los sistemas más seguros para tratar residuos infecciosos y aportan además significativos ahorros económicos y ambientales al erario público y a la salud de los ciudadanos.

Más allá de los centros hospitalarios, existen otros puntos de generación de residuos infecciosos del COVID-19, como las residencias de ancianos y los hogares con personas que han contraído la enfermedad. Por ello, desde compañías como Ferrovial Servicios se han llevado a cabo campañas divulgativas de prevención en limpieza viaria, en montaje y mantenimiento, en recogida de residuos sólidos urbanos, en tratamiento de residuos sanitarios y no sanitarios, siempre bajo la premisa fundamental de aplicar las medidas higiénicas personales, de organización y de instalaciones entre nuestros trabajadores y entre los ciudadanos en general.

Esta es la realidad. Lo demás es ficción.

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