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Diseño y construcción

Así garantizamos el suministro eléctrico en la torre de control de un aeropuerto

30 de abril de 2021

La torre de control es un elemento fundamental en un aeropuerto. Sin ella, dejarían de funcionar servicios críticos fundamentales para el control del tráfico aéreo y la gestión de naves en campo de vuelos. Sistemas de control y monitorización aeronáuticos, radares o luces de balizamiento que garantizan el correcto rendimiento de sistemas fundamentales de operación aeroportuaria.

Para garantizar que la torre esté operativa las 24 horas del día durante los 365 días del año, es imprescindible dotarla de un sistema de alimentación eléctrica que garantice el funcionamiento ante cualquier eventualidad. Un sistema que, en caso de enfrentarse a un fallo, cuente con una forma alternativa de garantizar el suministro de energía continuo. Un buen ejemplo es el que Ferrovial Construcción está construyendo e instalando en la nueva torre de control del Aeropuerto Jorge Chávez de Lima.

Anillos de media tensión para asegurar la redundancia

Los sistemas eléctricos de las torres de control de los aeropuertos basan su funcionamiento en la redundancia. Sus diferentes partes y elementos son redundantes para que, si algo falla, exista siempre un suministro continuo sin interrupciones.

Este principio de redundancia se da, en primer lugar, para garantizar que la alimentación llegue a la torre de control desde los puntos de suministro exteriores. El suministro eléctrico proveniente de subestaciones se incorpora primero a anillos de media tensión. Estos la transportan a celdas de entrada y transformadores que la convierten en energía de baja tensión, la encargada de alimentar posteriormente todos los equipos de la torre.

Gracias a su forma de anillo, estos lazos permiten que, si se interrumpe el paso de la energía por un lado– algo, por otro lado, muy poco habitual – pueda continuar por el otro.

Además, existe redundancia a nivel de celdas de entrada de media tensión y transformadores de media a baja tensión (MV/LV). Esto garantiza que, si un equipo se avería o está en mantenimiento, el sistema siga funcionando gracias a dicha redundancia.

Redundancia en baja tensión

A partir de ahí, ya en baja tensión (LV) se despliega de nuevo otro sistema duplicado de cuadros principales y secundarios y de cableado por caminos independientes, que asegura el suministro a todos y cada uno de los dispositivos y sistemas de la torre de control.

Para garantizar una mayor redundancia en suministro eléctrico se dispone de grupos electrógenos (2x) redundantes, con capacidad individual de proporcionar la carga total necesaria.

De este modo, si se rompe un lado del anillo, la alimentación de media tensión es asegurada por el otro lado del mismo. Si se estropea alguno de los equipos de celdas o transformadores, existe una segunda opción, al haber redundancia en estos equipos. Y si deja de funcionar uno de los cuadros principales y/o secundarios, sigue operativo su gemelo. Además, en el caso extremo de que la torre se quedase sin energía exterior, contaría también con dos generadores anteriormente citados, y el sistema eléctrico cuanta adicionalmente con sistemas UPS para elementos críticos. Todo para asegurar que la torre de control nunca paralice su actividad por un fallo eléctrico.

Las normas que rige la criticidad

Estos sistemas de seguridad eléctrica son habituales en las torres de control de aeropuertos de todo el mundo, y están marcados por las normas que rige la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA). Su complejidad está ligada a la criticidad y la importancia de las torres de control.

La actividad principal de los aeropuertos depende de estas torres. Los profesionales que trabajan en ellas se encargan de organizar un tránsito ordenado de los aviones que entran y salen, además de controlar todo el campo de vuelos. Y, para garantizar su funcionamiento, es fundamental el suministro eléctrico.

Perder el suministro eléctrico en una torre de control implicaría tener que cerrar el aeropuerto. Ordenadores, servidores, radares, sistemas de incendio o luces de balizamiento quedarían sin funcionamiento. Esto daría lugar a numerosas problemáticas: vuelos desviados, viajeros descontentos y las correspondientes consecuencias económicas.

En otras zonas del aeropuerto, perder temporalmente el acceso a la electricidad no sería tan grave. Pensemos, por ejemplo, en los mostradores de check-in: si algunos dejasen de funcionar, se formarían largas colas y habría retrasos, pero el aeropuerto podría seguir operando. Sin embargo, sin las luces de balizamiento de la pista, los aviones no podrían aterrizar por la noche. Y sin los sistemas informáticos usados por los controladores aéreos, sería totalmente imposible controlar el tráfico aéreo.

Con nuestro trabajo, garantizamos que la torre de control del aeropuerto de Lima no tenga que enfrentarse a ningún problema por motivos relacionados con el suministro eléctrico. Esta debe estar operativa sin pausa, para monitorizar el campo aéreo y dar servicio a los aviones que despegan y aterrizan en la capital latinoamericana.

Los desafíos de instalar este trazado eléctrico

Como sucede siempre que trabajamos en proyectos ligados a aeropuertos, esta obra no ha estado exenta de retos y desafíos. En primer lugar, entra en juego el hecho de que se trata de un proyecto únicamente de construcción. El diseño nos vino dado, lo que implica mucho esfuerzo para definir y aclarar numerosos detalles necesarios para la construcción.

A un cronograma ya exigente de proyecto, se unieron los desafíos de trabajar a distancia en medio de las restricciones marcadas por la pandemia de COVID-19. Las dificultades de contratistas, fabricantes y transportistas para realizar su trabajo y cumplir con los plazos marcados se iban sumando a las que también encontraban nuestros equipos.

La diferencia horaria y el hecho de trabajar con personas de culturas diferentes añadieron también un punto de complejidad al proyecto. En líneas generales, podemos decir que la instalación del sistema eléctrico de la nueva torre de control del Aeropuerto Jorge Chávez de Lima está siendo un desafío. Pero, gracias al esfuerzo de nuestros equipos, se espera en los dos primeros trimestres del 2022 su finalización y por lo tanto estará listo para garantizar que los aviones sigan aterrizando y despegando en la ciudad de Lima, puerta internacional de Perú.

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