La COP28 da un paso adelante hacia un futuro con menos combustibles fósiles
09 de enero de 2024
Durante las últimas semanas, el mundo ha seguido con atención lo que pasaba en la COP28 en Dubái. Como prácticamente cada año desde 1995, se celebró la cumbre del clima con el objetivo de encontrar soluciones globales y consensuadas al calentamiento global. Y se ha dado un paso importante para conseguirlo.
La COP28 comenzó con la consecución de un acuerdo en materia de financiación y terminó con otro que supone un avance histórico. Por primera vez, se hace referencia a la necesidad de abandonar los combustibles fósiles para poner fin al cambio climático. Esto puede determinar la acción climática y también el rumbo de las inversiones y de los negocios en todo el mundo durante la próxima década.
¿Qué se esperaba de esta COP?
Las COP, también conocidas como las cumbres del clima, son la parte central de las Conferencias de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. En estas reuniones se debate qué hacer para frenar el cambio climático y para adaptarse a unas consecuencias que ya se hacen sentir en todo el planeta.
Este año, la COP28 se celebró en Dubái (Emiratos Árabes Unidos). Esto presentaba numerosos retos y generó una intensa controversia: Emiratos Árabes Unidos es la séptima mayor potencia productora de petróleo de todo el mundo y obtiene cerca del 30 % de sus ingresos del petróleo y el gas. Además, el presidente de la cumbre fue Sultan Al Jaber, es CEO de la petrolera nacional de Abu Dabi.
Por su parte, los representantes de la industria petrolífera insistieron en compartir su visión en torno al futuro de la energía. Aun así, esto no impidió que se diesen avances relevantes en otras direcciones. Entre otros, dos puntos principales: que se estructurase el fondo de compensación por pérdidas y daños, pactado en la cumbre anterior, y que se hiciese por fin referencia a la necesidad de abandonar los combustibles fósiles. Ambos objetivos se consiguieron, aunque quizá no con el nivel de ambición que deseaban algunos países, organismos y activistas medioambientales.
La COP28 fue, también, el escenario para evaluar por primera vez los avances realizados para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París desde su firma en 2016. Es decir, para evaluar qué se ha hecho para limitar la subida de la temperatura global en 2 °C, y lo más cerca posible de 1,5 °C teniendo como referencia la temperatura media antes de la Revolución Industrial.
El fondo de pérdidas y daños, aprobado por unanimidad
La primera buena noticia de la cumbre llegó poco después de su inauguración. Se aprobó de forma unánime el fondo de pérdidas y daños que busca compensar a los países más vulnerables por los impactos del cambio climático.
Es decir, que los países que más han contribuido (y contribuyen) al cambio climático con sus emisiones compensen a los que se encuentran al otro lado de la balanza. Los países más pobres que son los que más sufren el calentamiento global, a pesar de ser los que menos han contribuido al mismo con sus emisiones.
Este fondo era un punto pendiente. Había sido aprobado en la COP27, pero no se había desarrollado ni se había puesto sobre la mesa la letra pequeña. Este año, se pactó que el Banco Mundial sea el organismo que albergue el nuevo fondo durante sus primeros cuatro años, y contará con representación de los países del Norte y del Sur global.
Al final de la cumbre, se habían aportado 712 millones de dólares. Se trata de una cifra pequeña, que no alcanza a cumplir los objetivos del fondo, pero que igualmente supone un avance respecto al punto en el que nos encontrábamos hace unos meses.
Los combustibles fósiles, en el centro del debate
Otro de los acuerdos más relevantes de esta edición de las cumbres del clima es el llamado Balance Global. El acuerdo final de la COP incluye por primera vez una referencia clara a la necesidad, respaldada por la ciencia, de abandonar el petróleo, el gas y el carbón para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y, de este modo, limitar el cambio climático.
Este había sido un objetivo en las cumbres anteriores, pero no se había llegado a plasmar sobre el papel. En los acuerdos de las últimas COP, los mensajes se limitaban a la necesidad de reducir las emisiones para limitar el calentamiento. Sin embargo, no se hacía una referencia explícita a la acción que está detrás de estas emisiones: la quema de los combustibles fósiles.
En el Balance Global se insta a transitar hacia el abandono del petróleo, el gas y el carbón para alcanzar las cero emisiones netas en 2050, y a impulsar las energías renovables. No debemos olvidar que se trata de objetivos no vinculantes, pero que pueden determinar las hojas de ruta de políticos, empresarios e inversores en los próximos años.
Los retos de las próximas COP
La COP28 terminó con otros acuerdos. Por ejemplo, se recordó a los países desarrollados la necesidad de financiar con 100.000 dólares al año la acción climática de los estados en vías de desarrollo entre 2020 a 2025 (un objetivo que hasta ahora no se ha cumplido).
Del mismo modo, algunas negociaciones no llevaron a un consenso. Muchos debates climáticos quedaron aparcados para ser retomados en la COP29, que se celebrará en Azerbaiyán. Será necesario esperar para conocer que nuevos pasos se dan para frenar el cambio climático.
Hasta entonces, la acción queda en manos de los gobiernos, las empresas, los inversores y todos aquellos agentes que tienen la capacidad de cambiar el rumbo con sus decisiones.
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