Detalles ornamentales de la Alhambra
Innovación

El papel de la IA para restaurar y proteger edificios históricos

17 de octubre de 2024

Cuando Rembrandt pintó ‘La ronda de la noche’ por encargo de unas milicias de Ámsterdam, probablemente no imaginaba que terminaría siendo una de sus obras más famosas ni que sus enormes dimensiones condicionarían su futuro. Pero así fue. En 1715, tan solo siete décadas después de su creación, el lienzo fue recortado porque no pasaba por las puertas de una sala del ayuntamiento de la ciudad.

El cuadro dejó de mostrar a tres de sus personajes y los trozos que se habían recortado se perdieron para siempre. Solo quedó un registro de cómo era el original gracias a pequeñas copias que se conservaron en diferentes museos. Cuatro siglos después, la inteligencia artificial ha permitido reconstruirlo.

El equipo de Operation Night Watch (que lleva años realizando un extenso estudio sobre esta obra de Rembrandt) utilizó más de 10 000 elementos de información procedentes de la propia obra, de las copias y de registros históricos para completar una imagen lo más cercana posible a la que – se cree – plasmó el artista.

El del lienzo de Rembrandt es solo un ejemplo de las nuevas oportunidades que la inteligencia artificial ofrece para entender, restaurar y proteger las obras de arte. En los últimos años, numerosos proyectos han desarrollado herramientas para mejorar la conservación de edificios e infraestructuras que forman parte de nuestro patrimonio artístico.

Las muchas posibilidades de la inteligencia artificial

La inteligencia artificial es, como su propio nombre indica, la inteligencia con la que las máquinas pueden llegar a realizar tareas que hasta ahora habían sido competencia única de los humanos, como las relacionadas con el aprendizaje, el racionamiento lógico y la percepción. Gracias al entrenamiento de los algoritmos, las máquinas pueden llegar a realizar algunas operaciones de forma rápida y muy organizada.

La inteligencia artificial tiene ya aplicaciones en numerosos campos, como los de la salud, las finanzas o la logística, y los de la restauración y la conservación del patrimonio no son una excepción. Permite, entre otras muchas acciones, identificar elementos específicos de los edificios o las corrientes artísticas y clasificar las piezas que forman parte de una colección en función de su estilo o sus materiales.

Esto puede resultar de mucha utilidad en los trabajos arqueológicos o en la restauración de conjuntos tan complejos como la Acrópolis de Atenas. Las cifras ayudan a entender el desafío: cuando comenzaron las obras de restauración de templos como el Partenón a finales del siglo XX, había más de 24 000 piezas desperdigadas por todo el recinto. La IA permite identificar y ordenar las piezas en función de su forma, los patrones de la ornamentación o sus materiales, lo que da un giro de 180 º a una tarea que hasta ahora se hacía únicamente a mano.

El Erecteón de la Acrópolis, rodeado de piezas de mármol.

El Erecteón de la Acrópolis, rodeado de piezas de mármol. Ilse Driessen (Unsplash).

Otras de las formas con las que la inteligencia artificial puede revolucionar el estudio del patrimonio son la creación de modelados 3D y reconstrucciones virtuales, que muestran cómo eran las obras basándose en sus restos. El estudio del pasado arquitectónico no solo se basa en los restos físicos (por ejemplo, en unas ruinas), sino que tiene en cuenta también fuentes escritas, ilustraciones o referencias de otros tipos. De nuevo, la IA permite unificar toda la información y tener en cuenta todas las variables posibles para realizar la reconstrucción.

Inteligencia artificial para identificar riesgos y amenazas.

El 15 de abril de 2019, las llamas y el humo procedentes de la catedral de Notre Dame se podían ver desde innumerables puntos de París. El incendio, originado probablemente de forma accidental debido a las obras de restauración que se estaban realizando en su interior, provocó que parte de su tejado se derrumbara y que varias zonas de su interior quedasen dañadas.

El incendio de Notre Dame de París sirvió para recordar que incluso los edificios y las obras de arte más protegidas del mundo están sujetas a amenazas. Hoy, factores como el cambio climático (que aumenta la frecuencia y la intensidad de fenómenos meteorológicos extremos como las tormentas) o la contaminación aumentan la vulnerabilidad de numerosos edificios históricos.

La catedral de Notre Dame de París después del incendio.

La catedral de Notre Dame de París después del incendio. Marcel Strauß (Unsplash)

Para evitar que los riesgos derivados de estos fenómenos dañen el patrimonio, diferentes proyectos están utilizando la inteligencia artificial para realizar una conservación preventiva de los edificios. Uno de ellos, dirigido por la Universidad Pablo de Olavide en colaboración con la Universidad de Sevilla, está detrás de la herramienta Art-Risk. Esta analiza el nivel de conservación, la vulnerabilidad y el riesgo de los edificios para facilitar así el desarrollo de estrategias de conservación más eficientes.

Entre otros factores, tiene en cuenta los riesgos ambientales derivados del cambio climático, del nivel de uso del edificio y de las características de su entorno. El software es de uso libre y se nutre de las aportaciones de los usuarios para perfeccionar su funcionamiento.

Otro ejemplo lo encontramos en el proyecto HYPERION, financiado por la Comisión Europea, que desarrolla herramientas con las que entender los efectos del cambio climático, de fenómenos geológicos como erupciones volcánicas o simplemente del paso del tiempo en sitios arqueológicos o edificios históricos.

 

HYPERION utiliza desde drones e imágenes satelitales hasta herramientas basadas en la inteligencia artificial. Esta ha permitido, entre otras cosas, identificar la presencia de materiales impermeables (como el asfalto o el hormigón) en algunos puntos de las infraestructuras en los que las inundaciones podrían causar daños importantes.

Hasta ahora, el proyecto HYPERION ha realizado pruebas piloto desde Rodas, en Grecia, hasta Tønsberg, en Noruega, pasando por puntos tan importantes a nivel patrimonial como son Granada, en España, y Venecia, en Italia. Sus intervenciones sirven para entender hasta qué punto la inteligencia artificial puede transformar para siempre la forma en la que se entiende y se concibe la protección del patrimonio arquitectónico y artístico.

Todavía no hay comentarios