Maqueta de Nueva Babilonia de Constant Nieuwenhuys
Construcción

Nueva Babilonia de Constant: la ciudad en la que no existe el trabajo que se hizo realidad en el mundo del arte

20 de noviembre de 2024

En la década de 1950, desde un rincón del mundo que sufría las consecuencias de dos guerras mundiales, el artista holandés Constant Nieuwenhuys comenzó un proyecto artístico para dar forma a un nuevo entorno urbano. Una ciudad que, a ratos – pero no siempre – se le antojaba utópica. La bautizó como Nueva Babilonia.

En el futuro que imaginaba Constant, las máquinas harían todo el trabajo y los ciudadanos podrían dedicarse a descansar, disfrutar y desarrollar su faceta más creativa. Esto permitiría experimentar nuevas formas de urbanismo en las que todos los elementos arquitectónicos estarían diseñados para favorecer un mundo igualitario y sin barreras.

Una utopía futurista

La idea de crear Nueva Babilonia surgió en 1956, cuando Constant (un artista que siempre fue conocido por su nombre, no por su apellido) visitó a un grupo de familias gitanas nómadas que se había asentado a las afueras de la ciudad italiana de Alba. Para Constant, el objetivo de aquel viaje era diseñar unos planos para la creación de un campamento. Sin embargo, volvió de allí con una idea que determinaría su actividad artística durante casi 20 años.

El nomadismo, la creatividad y la libertad de estas familias le hicieron reflexionar sobre otros estilos de vida y la posibilidad de crear una ciudad en la que no existiese la propiedad privada. Y comenzó a dar forma a Nueva Babilionia, un trabajo que puede ser considerado un proyecto artístico, una teoría urbanística, una sociedad imaginaria o simplemente una representación de un estilo de vida utópico, dependiendo del prisma con que se mire.

En la sociedad de Nueva Babilonia, tal y como la describía Constant, los avances tecnológicos harían posible que los ciudadanos no debiesen ocuparse de tareas como limpiar, cocinar o fabricar objetos, ya que todas estarían automatizadas. Esto les dejaría tiempo para entregarse de lleno a la creatividad y el disfrute.

Maqueta de edificio sobre piedra expuesta en el Museo Reina Sofía

Imagen de una exposición del trabajo de Constant en el Museo Nacional de Arte Reina Sofía. Fotografía de Joaquín Cortes / Román Lores

En esta nueva realidad, los ciudadanos ya no estarían atados a un lugar concreto ni necesitarían propiedades privadas. Podrían ser nómadas, personas que vagan por el mundo estrechando nuevos lazos. Otra de las características que Constant atribuía a esta sociedad se basa en la desaparición de las clases sociales y de las diferencias entre ricos y pobres. Todos podrían desplazarse y disfrutar de los espacios por igual.

Nueva Babilonia es considerada una de las grandes utopías del arte europeo. Hoy, la simple idea de alcanzar la igualdad gracias a las máquinas se antoja muy poco realista, pero en 1950 se vivía un momento de optimismo: la necesidad de idear un mundo mejor tras las dos guerras mundiales encontraba cada vez más eco en los ámbitos político, social y cultural.

Los artistas – al igual que los arquitectos o los urbanistas – contribuían a afianzar este optimismo. Tras la II Guerra Mundial, había llegado el momento de idear, a través del arte y muchas otras disciplinas, un mundo mejor.

La arquitectura de Nueva Babilonia

Nueva Babilonia es un lugar en donde la arquitectura tradicional, al igual que la sociedad tal y como la conocemos, ha desaparecido. “Nueva Babilonia es un gran complejo laberíntico elevado sobre pilares. Todos los medios de transporte circulan por debajo. Puede accederse a los diferentes niveles, la mayoría techados y con sistemas para controlar la temperatura, vía elevadores y escaleras”, escribió Constant.

Tal y como los imaginaba Constant, los suelos de Nueva Babilonia serían transparentes y el aspecto del entorno podría ser controlado y reconfigurado de forma espontánea por los propios nómadas. Los diferentes espacios contarían con efectos de luces y sonidos que ofrecerían una vivencia diferente en cada momento.

Ilustración de laberinto de escaleras móviles

‘Laberinto de escaleras móviles’. Ilustración de Nueva Babilonia de Constant. Gemeentemusem Den Haag/Museo Nacional de Arte Reina Sofía

Se trata de elementos que hemos visto más de una vez en las historias de ciencia ficción: plataformas suspendidas sobre las ruinas de civilizaciones anteriores, edificios que se reconfiguran constantemente o naves que se desplazan por debajo de las viviendas y llegan directamente a los hogares.

El objetivo de Constant era que esta amplia red de espacios fuese propagándose de forma anárquica hasta cubrir totalmente un planeta libre de fronteras. En los innumerables trabajos que realizó sobre Nueva Babilonia (desarrolló maquetas, dibujos, collages, grabados, manifiestos, acuarelas, presentaciones para conferencias y hasta filmes), Constant daba forma a un urbanismo unitario e igualitario, en el que desaparecían los beneficios y las diferencias de clase.

Su influencia en el urbanismo y la arquitectura

El trabajo de Nueva Babilonia se expuso por primera vez en el Stedelijk Museum de Ámsterdam en 1959. Aunque no tuvo el éxito ni recibió la atención que sí acapararon otros proyectos urbanísticos, se considera que su obra influyó de forma importante en la de arquitectos que reflexionaron sobre el impacto emocional y social de los edificios y las ciudades, como Zaga Hadid o Frank Gehry.

Constant junto a sus maquetas

Fotografía de Constant junto a sus maquetas. Noord-Hollands Archief, collectie Fotopersbureau De Boer. Wikimedia Commons.

Con el paso del tiempo, Constant fue cambiando su perspectiva y su ideal de ciudad. Su obra, al igual que su filosofía, fue variando y tocando aspectos como el anticapitalismo, la lucha antiburguesa, la creatividad colectiva o un tema que han preocupado a los artistas durante generaciones: el papel del arte para crear un mundo mejor.

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