El término “agua potable” se usa de manera habitual, aunque lo cierto es que no siempre podemos considerar que corresponde a aquella que sale desde el grifo. Agua potable es aquella que puede ser consumida sin que pueda llegar a suponer un riesgo para la salud de las personas, es decir, aquella que cumple con parámetros físicos, químicos y bacteriológicos que la hacen apta para el consumo humano.Así, los proyectos de cooperación han de poner el foco en el suministro continuado de agua que cumpla con las normas de calidad más exigentes (aquellas relativas al consumo humano) que promulgan las autoridades locales e internacionales.
El pasado enero, junto con María Chaves (Cintra), Nelson Cunha (Ferrovial US) y Arnau García (Ferrovial Servicios), voluntarios del Programa de Infraestructuras Sociales, a través del cual Ferrovial lleva a cabo de proyectos de cooperación en América Latina y África, tuve la oportunidad de visitar in situ una de las intervenciones que estamos llevando a cabo en este 2015 en Colombia, el proyecto “Fortalecimiento del acueducto San Bosco mediante la construcción de una planta de tratamiento del Municipio de Marinilla”.
Hace unos meses, la organización española Asamblea de Cooperación por la Paz y su socio local Forjando Futuros presentaron a la convocatoria de Infraestructuras Sociales 2014 este proyecto tras identificar que, en un área rural (veredas de San Bosco y Gaviria) del Municipio de Marinilla, se estaba suministrando agua sin tratamiento a más de 6.000 personas y se detectaron varios casos de enfermedades gastrointestinales. Como solución, se planteaba la construcción de una potabilizadora acompañada de capacitaciones sobre el cuidado y mantenimiento de la planta. De esta manera, se pretende garantizar el suministro de agua para el consumo humano en estas veredas durante los próximos 20 años, atendiendo al crecimiento poblacional esperado.
Situación actual
En época de lluvias, el agua que se suministra a los habitantes de esta área, se capta de manera superficial de dos fuentes que se encuentran a una cota que permite que el agua llegue por gravedad a todos los hogares. En época seca, debido a que estas fuentes no cuentan con suficiente caudal para atender la demanda de la población, el sistema se apoya de una tercera captación en una zona más baja desde la que se realiza un bombeo hasta un tanque elevado.
Aunque la calidad de las aguas es superior en las fuentes más elevadas, debido a que el hecho de estar a una cota más elevada y expuestas en menor medida al medio exterior, lo cierto es que al ser la captación de todas las fuentes superficial, no se cuenta con garantías de que la calidad del agua es totalmente confiable de manera permanente (100% del tiempo).
El contexto en el que se requiere el suministro de agua potable define en gran medida el enfoque que se le ha de dar a la intervención. Así, en zonas con usos agrícolas como en las veredas Gaviria y San Bosco, hay que prestar especial atención a la contaminación química en las fuentes procedente del uso de fitosanitarios o abonos. En primer lugar, hay que prevenir este tipo de contaminación de las fuentes, a través de las buenas prácticas agrícolas en las zonas cercanas a la captación. Este aspecto en concreto ya ha sido considerado por la Municipalidad de Marinilla, que está llevando a cabo talleres de sensibilización sobre la importancia del cuidado ambiental en los que se aborda la dependencia directa entre salud ambiental y bienestar humano. Más tarde, es necesario implementar las infraestructuras y tecnologías adecuadas para llevar a cabo un proceso de tratamiento adaptado a la calidad del agua cruda, aspecto en el que Ferrovial apoya económica y técnicamente.
Retos del agua potable en proyectos de cooperación
Uno de los retos del agua potable, más allá de la calidad del agua en origen, es asegurar que en el momento del consumo no se llegue a producir ninguna contaminación. Para ello es necesario eliminar cualquier posible foco de contaminación a lo largo de todo el proceso. Así, en la instalación de una potabilizadora para una red existente, como en el caso que nos ocupa, es imprescindible analizar por un lado el estado de todos los componentes del sistema de distribución; y por el otro, cómo se han llevado hasta el momento las tareas operación y mantenimiento.
Respecto al primer punto, el mal estado de algunos de los elementos de la red puede llegar a recontaminar el agua después del proceso de potabilización, de forma que la inversión realizada (y el consecuente aumento del coste del m3 de agua) no repercutirá en mejoras sobre la calidad de vida de las personas. Así, parte del sistema de distribución que no ofrecía garantías suficientes está siendo renovado por parte de la Junta del Acueducto (organismo al cargo del suministro y gestión del sistema).
La operación y mantenimiento es tan importante como la instalación de sistemas adecuados. En aquellos sistemas que ya están en funcionamiento, pueden existir ciertas prácticas inadecuadas que es necesario solucionar, tanto de los propios usuarios (higiene, prácticas, etc.) como entre los operarios. Esto puede representar un desafío, ya que es necesario generar cambios en actitudes y maneras de proceder inapropiadas que pueden haberse normalizado. En este sentido, el trabajo conjunto con organizaciones locales como Forjando Futuros, con un largo recorrido en la puesta en marcha de proyectos directamente con la sociedad civil, facilita en gran medida el acercamiento a la población, las juntas gestoras, y los operarios, para lograr que las prácticas sean las adecuadas para garantizar por un correcto uso del agua y manteamiento de las instalaciones.
Así, es necesario atender a la correcta presión del sistema que evite cargas de contaminación bacteriana, adecuar el tiempo que el agua permanece en los tanques de almacenamiento, establecer sistemas de desinfección apropiados, etc. Entre otras, una de las conclusiones que se extrae de la visita de voluntarios llevada a cabo el pasado enero a este proyecto de cooperación, es la necesidad de establecer y respetar un correcto protocolo de mantenimiento de los distintos componentes del sistema, que garantice la seguridad tanto de los consumidores como de los operarios que tengan que llevar a cabo tareas delicadas (trabajos en altura, manipulación de químicos, etc.).
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