Accion social

Orgullo de pertenencia

09 de junio de 2011

Es una máxima en la empresa que toda inversión debe llevar aparejada un retorno que la justifique. Y cuando hablamos de acción social esto no es una excepción. El mero hecho de financiar proyectos de acción social ya no supone para las empresas una diferenciación ni un valor añadido a su posicionamiento en Responsabilidad Corporativa. De hecho, ha dejado de ser algo meritorio para convertirse en predecible, y casi exigible por terceros.

Formacion

La medición del retorno en este tipo de proyectos ya ha sido objeto de teorías, libros, tratados y conferencias que, como viene siendo habitual en el mundo de la Responsabilidad Corporativa, ha conseguido crear líneas de pensamiento con sus correspondientes adeptos y detractores. Pero por suerte, a veces, medir el retorno no implica utilizar fórmulas matemáticas

A primera vista, el proyecto Maji Ni Uhai (Agua es vida) de Ferrovial, iniciativa de cooperación internacional que dará acceso al agua potable a más de 50.000 personas en Tanzania, no parece que sea un proyecto distinto a otros muchos. Y eso es así porque su singularidad no está en lo que ha supuesto para las comunidades beneficiarias. De hecho, a quien aporta de verdad es a la compañía.

Para una empresa privada dejar de ser donante para convertirse en “actor” implica prescindir de ciertas comodidades. Supone asumir responsabilidades que abarcan no sólo financiar (que ya lo hace) sino planificar, gestionar y ejecutar con empleados voluntarios sobre el terreno. Supone que ya no vale con conocer el estado del proyecto a través de informes y fotos. Supone rectificar y decidir sobre la marcha. Supone poner las capacidades empresariales al servicio de un proyecto. En definitiva, supone implicarse.

Y entonces, ¿qué le aporta a la empresa? La respuesta es sencilla. Consigue demostrar que, por fin, “devolver a la comunidad lo que te ha dado”, no es sólo una cuestión monetaria. El verdadero retorno a la inversión está en haber conseguido que tus empleados se sientan satisfechos de lo que han conseguido. En definitiva, de haber generado orgullo de pertenencia; a una causa, a un proyecto y a una empresa. Y esto último no se paga con dinero.

1 comentario

  • José Luis Cobas

    22 de junio de 2011

    Cuando cuentas este proyecto y el enorme impacto que tiene en el día a día de las personas de estas comunidades, te hace sentirte muy orgulloso de la compañía en la que trabajas. Para muchos abrir un grifo y tener agua potable puede ser lo más habitual del mundo, pero muchos niños mueren en esta parte de Africa por consumir el agua que tienen. Mucho ánimo a Manuel y su equipo para que continúen desarrollando proyectos de esta scaracterísticas.

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