Una nueva relación entre el ciudadano y la ciudad (II)

Este artículo constituye la segunda parte de: Una nueva relación entre el ciudadano y la ciudad (I)

La búsqueda de la excelencia en la gestión de los servicios e infraestructuras municipales exige una importante labor de reingeniería de los mismos: por un lado, a través de una oferta integral de gestión de servicios que reúna la experiencia, el conocimiento y las sinergias necesarias a la hora de diseñar el modelo. En segundo lugar, incorporar al mismo las últimas soluciones tecnológicas, y por último, implantar indicadores –puntos de recogida de la información- que permitan medir el nivel de prestación del servicio para optimizar la calidad de los mismos y la satisfacción del ciudadano.

El conjunto de esta cadena de valor redundará también en una ventaja competitiva que es la eficiencia de la inversión. Esto contribuirá a alcanzar un objetivo que Carlo Ratti, Director del Senseable City Lab del MIT, ya apuntó en la presentación del Centro: “que las ciudades hablen”.

Una ventaja importante de la aplicación del modelo de “ciudad inteligente” es que supone una liberalización de recursos para atender nuevas necesidades y permite establecer una fórmula de financiación de inversiones productivas. Hemos estimado que los ahorros pueden alcanzar hasta un 20% del presupuesto destinado a servicios en los Ayuntamientos de más de 50.000 habitantes. Éstos podrían ser invertidos en políticas de dinamización y desarrollo económico, empleo o educación que atraigan la inversión externa. En cuanto a los ciudadanos, las nuevas tecnologías de la información permitirán abrir nuevos canales de participación colaborativa.

Con este paso adelante, Santander refuerza su posición como una urbe pionera en la búsqueda de fórmulas que mejoren la calidad de vida de la ciudad y potencien la relación entre el gobierno, ciudadanos y empresas. En la actualidad, lidera la Red Española de Ciudades Inteligentes – que agrupa ya a 23 ciudades- y está desarrollando el proyecto “SmartSantander” que sirve de banco de pruebas realista y en directo de la experimentación a gran escala de la sociedad del Internet del futuro.

Estoy convencido de que los proyectos que surjan del nuevo Centro de Investigación de Ciudades harán de Santander un referente en gestión urbana, sostenible, eficiente, tecnológica y útil para el resto de ciudades.