Este artículo constituye la segunda parte de: Madrid-Río: un pulmón para la capital de España (I)
Gracias al proyecto de restauración ecológica de “Madrid-Río”, los habitantes y los visitantes de la Villa y Corte disfrutan ahora de unas instalaciones permiten la realización de diferentes deportes y de tranquilos paseos en pleno centro de la ciudad, disfrutando de privilegiadas vistas al Palacio Real, la Catedral de la Almudena y la Casa de Campo. Esta zona antes desatendida, se ha convertido, tras las obras en las que ha participado Ferrovial Agroman, en uno de los nuevos pulmones de Madrid.
La anterior entrega de este texto nos llevó al resultado más aparente de este proyecto. Sin embargo, es en el subsuelo de “Madrid-Río” donde se encuentran los principales retos de esta obra. La falta de espesor del suelo y la dificultad para drenar rápidamente el agua obligaron a modificar el diseño original de los jardines. Se sustituyeron especies vegetales que exigían unas necesidades hídricas y de profundidad de tierra demasiado elevadas por especies más adaptadas al clima mediterráneo y a las condiciones especiales de la obra.
Cuando el cambio no era posible, se buscaron alternativas originales, por ejemplo, para la plantación de Melias, una planta muy sensible al encharcamiento, se emplearon tubos de aireación que facilitan el drenaje en las raíces de cada ejemplar. Para adecuar el sistema de riego a las distintas necesidades de estos ecosistemas, Ferrovial tuvo que sustituir el proyecto original por un circuito cerrado sectorizado que facilitara la organización del jardín en función de las necesidades hídricas de los ecosistemas creados. Todos los sectores de riego se han diseñado y separado para cada tipo de clima.
Un reto: cuidar el medioambiente
Otro de los retos del proyecto fue recuperar y proteger a aquellos árboles singulares que habían sobrevivido a los cinco años de obras en el parque. Durante la construcción, todos los arboles de la zona fueron protegidos y, afortunadamente, no solamente no hubo ninguna baja, sino que se han recuperado muchos árboles que, antes de empezar las obras, estaban en tierra de nadie.
La compañía realizó toda esta compleja gestión medioambiental con criterios de Restauración Ecológica del Paisaje, un modelo que integra todos los factores ecológicos y profundiza la rapidez y la respuesta con la que se debe actuar. En este sentido, se establecieron instrumentos de vigilancia, control y actuación, coordinando la formación de tres equipos de trabajo: uno de gestión del suelo, uno encargado del riego, y otro dedicado a trabajar con la flora y fauna de “Madrid-Río”. Cabe destacar el seguimiento individualizado que se realizó a cada ejemplar arbóreo, desde su elección en vivero hasta su entrega definitiva.
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