Fernando González Urbaneja, Periodista especializado en la comunicación financiera y empresarial, es autor del libro «Ferrovial: un viaje sin fronteras«. Fue fundador y jefe de la sección de Economía del diario El País, subdirector de la revista Cambio 16 y director del diario económico Cinco Días, así como presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid y de la Federación de Asociaciones de la Prensa de España.
El logotipo de Ferrovial empieza con minúscula, una licencia ortográfica como insinuando discreción, no aparentar, y utiliza un amarillo intenso como color corporativo, color difícil, audaz, que se nota y exige saber llevarlo y gestionarlo para acreditar personalidad. Con minúscula y de amarillo, Ferrovial cumple sesenta años de vida con el mismo nombre y con el espíritu fundacional, actualizado por el cambio que supone pasar de empresa familiar con unas docenas de empleados a grupo multinacional con 57.000 trabajadores repartidos por varios continentes.
Ferrovial nació en Madrid en 1952, sigue en Madrid, pero con implantación en más de veinticinco países, entre ellos Estados Unidos, Canadá y el Reino Unido. Este siglo es más global que local, con más actividades, oportunidades y futuro fuera de España que dentro, pero española, cotizada en Madrid y multinacional por su plantilla, accionistas, activos, objetivos y proyectos.
En este siglo ya es una empresa sofisticada, que ha añadido actividades complementarias y autónomas para configurar un grupo industrial, financiero y de servicios, con vocación de liderazgo en sus distintos negocios. En eso se parece a General Electric, quizá· el principal grupo industrial de los ˙últimos cien años, que se exige ser primero o segundo en cada sector, porque para los siguientes las oportunidades son menos interesantes. En Ferrovial también pretenden estar en la cabecera de los sectores en los que actúa, sobre todo por rentabilidad e innovación.
Los contratos iniciales de los años cincuenta que sustentaron los primeros ejercicios y su independencia posterior, fueron para trabajar a la intemperie, colocando traviesas y vías con más diligencia y eficacia que los competidores, porque el ˙último en llegar a un negocio tiene que esmerarse para ser mejor que los ya establecidos. Espíritu fundacional innovador, que hay que sostener evitando esa rutina y complacencia que conducen a la decadencia y el agotamiento.
Las gentes de Ferrovial pueden presumir con fundamento de que a lo largo de sesenta años su desempeño ha sido mejor que la media y tan bueno como el de los primeros; eso sí, sometidos a la coyuntura, con retroceso en la cifra de ventas o de resultados en algún ejercicio, no más de tres de los sesenta. Siempre con voluntad acreditada para alcanzar y superar los objetivos previstos, y también con tropiezos que exigen carácter para superarlos y sirven para aprender. Objetivos claros, dirección sin vacilaciones, y discreción como norma permanente. Hacer las cosas bien evitando ostentación. Reinvertir los beneficios, gastar lo necesario, cuidar la caja, exigir rentabilidad, preocuparse por cobrar pero sin rentabilidad no es posible crecer, no hay futuro.
Ferrovial ha sido siempre una empresa familiar con el apellido Del Pino en el núcleo central. Rafael del Pino y Moreno convocó a sus hermanos para acompañarle en su aventura empresarial en el año 1952, y a su hijo, también Rafael del Pino Calvo-Sotelo, le acompañan sus hermanos y otros accionistas estables, nacionales y extranjeros, individuales e institucionales, que confían en el valor intrínseco de los activos acumulados en la compañía y en la capacidad de gestión de un equipo profesional experimentado, con habilidad y preocupación por renovarse e incorporar nuevo talento.
Debajo de la marca Ferrovial un lema: infraestructuras inteligentes, que quiere decir que la que fue (y sigue siendo) una empresa constructora exigente, ha mutado la naturaleza de su negocio hacia horizontes más amplios, primero infraestructuras de transporte avanzadas (autopistas, alta velocidad y aeropuertos) y también servicios en las ciudades, ciudades inteligentes, que tienen que gestionar con eficacia y recursos escasos su mantenimiento, limpieza, los residuos y el medio ambiente.
Como resultado de todo ello, Ferrovial opera con cuatro áreas de negocio bien diferenciadas: construcción de alto valor añadido, edificios e infraestructuras, en España y en otros países; proyectos originales, singulares, que en algunos casos son resultado de los otros negocios. En segundo término, autopistas, actividad iniciada en el año 1968, con una de las primeras autopistas de peaje de España, la Bilbao-Behovia, proyecto ejecutado con eficacia y precisión, cumpliendo plazos y costes; una autopista que ya ha revertido al Estado, que otorgó la concesión con cumplimiento riguroso del pliego. Tras esa primera experiencia afortunada, Ferrovial ha construido miles de kilómetros de carreteras, autovías y autopistas en varios continentes. Ahora gestiona más de 2.000 kilómetros de autopistas de peaje en España, Estados Unidos, Canadá·, etc. Entre ellas la autopista de Toronto, la 407 ETR, probablemente la autopista más eficiente e innovadora del mundo. Y también dos proyectos avanzados en Texas que incorporan innovaciones que servirán para nuevos proyectos.
Junto a las autopistas, como otro de los negocios esenciales, los aeropuertos, especialmente el de Heathrow, el mayor de Europa y uno de los cinco más importantes del mundo. Ferrovial gestiona ese aeropuerto desde 2006, tras adquirir a través de una OPA la compañía BAA, una de las emblemáticas del Reino Unido. Desde entonces ha gestionado una compleja operación de restructuración de BAA, hoy Heathrow Airport Holdings, con venta de más de un tercio de sus activos (otros aeropuertos en el sur de Inglaterra y Escocia y en otros países, y activos inmobiliarios y comerciales), recomposición de su deuda y renovación del aeropuerto que, al máximo de su capacidad de 70 millones de pasajeros, mueve más de 1.300 vuelos al día. Tras la construcción de la nueva Terminal 5 (el edificio unitario más grande de Gran Bretaña) con capacidad para treinta millones de pasajeros, que entró en funcionamiento en marzo de 2008, y de la nueva Terminal 2, que se finalizará en el año 2014, Heathrow es un aeropuerto renovado que aspira a ser uno de los más eficientes del mundo.
Dos datos relevantes: cuando Ferrovial planteó la OPA sobre la entonces llamada BAA, el valor de la compañía británica era superior al de la propia Ferrovial; no faltaron críticas ni quienes pronosticaron que la operación iba más allá· de las posibilidades de la compañía española. Seis años después los resultados indican acierto en la gestión, mejoras evidentes de calidad y eficacia en el aeropuerto, que produce resultados positivos para una inversión audaz, con visión a largo plazo. Desde entonces, a los accionistas que secundaron a Ferrovial para esa OPA (un fondo de inversión canadiense y el soberano de Singapur) se han unido nuevos inversores internacionales de alta reputación que fortalecen el valor estratégico y efectivo de la inversión.
Buena prueba de la vocación de crecimiento y de ampliación del perímetro de actividades de Ferrovial, está en la nueva división de servicios, Ferrovial Servicios, que cumple diez años de trayectoria y que ya aporta uno de los negocios principales del Grupo por resultados y potencial para el futuro. El lema infraestructuras inteligentes merece ampliación con otra palabra: ciudades, también inteligentes, concepto que resume el nuevo enfoque para la gestión de servicios urbanos en las ciudades modernas: inteligencia para dar más servicios a menor coste; inteligencia para limpiar, alumbrar, reciclar, mantener, adaptar y ampliar los servicios al ciudadano. Gestionar servicios en ciudades inteligentes exige atender las demandas de los ciudadanos, para entrar en los detalles e incorporar una preocupación permanente por la calidad y la sostenibilidad. Servicios urbanos en dos países, Reino Unido y España, con experiencias y modelos que sirven para ambos y para otros lugares.
En las cuatro áreas de negocio Ferrovial actúa con visión y planteamiento global, pero cuentas de resultados independientes y diferenciadas para que cada palo aguante su vela y financie su propio crecimiento. Más de la mitad del negocio se hace fuera de España, en países con seguridad jurídica; negocios consolidados en Gran Bretaña, Canadá· y Polonia (con la primera compañía constructora de la zona), con gran potencial en Estados Unidos y buscando oportunidades en nuevos mercados como Australia, Brasil, Turquía e India.
Ferrovial entró en la actual crisis y su doble recesión (2008-2012), en plena fase de crecimiento inversor, con elevado endeudamiento vinculado a las nuevas adquisiciones, que implicaba riesgos y suponía un reto para los gestores ante el cambio de tendencia, que convirtió en sospechosa la deuda, que hasta ese momento estuvo valorada como indicador de oportunidades. A lo largo de los ˙últimos cuatro años, desde 2008, Ferrovial ha reestructurado la financiación de todos sus proyectos, ha reducido su deuda, con realización de activos no esenciales, adaptándose a las nuevas exigencias de una etapa de recesión y apagón de los mercados financieros. Maquiavelo sostenía que era difícil ampliar los reinos, pero más difícil mantenerlos y engrandecerlos. Resistir y adaptarse constituye la prueba de estos años para los gestores de Ferrovial, defender los buenos activos y mejorarlos, prepararlos para el futuro, mantener la credibilidad y la rentabilidad y acreditar capacidad de gestión.
El carácter de las personas y de las empresas se pone a prueba en las dificultades, en las coyunturas adversas. Ferrovial en esta recesión, más profunda de lo que la mayoría imaginó en la peor de las hipótesis, ha acreditado resistencia para consolidar sus inversiones, defender la integridad del balance, recuperar una posición de liquidez y orientar los negocios para los nuevos tiempos. Para ello ha aplicado estrategias de internacionalización y diversificación. Negocios complementarios, compensatorios, en distintas zonas geográficas y con diferentes monedas.
Compañías complejas, globales, cotizadas, como Ferrovial, están obligadas a la trasparencia y construir reputación social y financiera, a preocuparse por su credibilidad. Necesitan financiación estable y a largo plazo para abordar proyectos ambiciosos, tanto para infraestructuras inteligentes como para gestionar servicios en ciudades inteligentes. Proyectos que trascienden el horizonte temporal de los propios gestores, contratos a cincuenta y hasta cien años, que permiten sustentar investigación en innovaciones que mejoren la productividad. Para eso hace falta solvencia financiera, crédito en los mercados y un buen desempeño para cumplir los compromisos y hacer honor a los contratos. Y talento para imaginar el futuro.
Las democracias avanzadas exigen a los protagonistas sociales, a las empresas cotizadas que prestan servicios a los ciudadanos, explicar lo que hacen y escuchar a los interesados en sus actuaciones. De lo cual se deduce sensibilidad para el cambio, tensión y pasión por mejorar y llegar más lejos. El rastro histórico de las obras realizadas por Ferrovial a lo largo de estos sesenta años facilita el recorrido de los hitos que jalonan su crecimiento y buen desempeño. Detrás de cada obra hay un proyecto y un equipo orgulloso de su trabajo; porque la historia de cualquier empresa es la de las personas que la hicieron posible.
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