Proyecto ITER: Un nuevo futuro energético (I)
09 de septiembre de 2014
El proyecto ITER, un nuevo escalón en el desarrollo de la tecnología nuclear de fusión, representa para Ferrovial Agroman la oportunidad de colaborar en una de las iniciativas más ecológicas del planeta. Su construcción está teniendo lugar en Cadarache (región Provenza-Alpes-Costa Azul) al Sur de Francia.
Se trata de un proyecto solidario que involucra parte de los países más avanzados del planeta. La Unión Europea, Estados Unidos, Japón, Corea del Sur, India, Rusia y China son quienes costean los más de 14.000M€ a los que asciende el presupuesto inicial (aunque en revisión permanente), constituyendo junto con la Estación Espacial los dos proyectos mundiales de mayor ambición económica.
El principal objetivo es producir energía libre de CO2 de forma similar a como se produce en el Sol, por el fenómeno de fusión atómica. Sin embargo, aún deberán de transcurrir algunos años hasta que esté listo el complejo ITER, donde está previsto que el primer plasma se obtenga para el año 2020. El reactor que lo hará posible, denominado Tokamak tiene carácter experimental y la tecnología que le soporta permite obtener un rendimiento de diez a uno considerando la energía que se obtiene en relación a la que se introduce.
Posteriormente, un nuevo proyecto denominado DEMO, será el encargado de demostrar la viabilidad de este sistema a escala comercial. La gran ventaja de esta forma de producción de energía es que puede considerarse que existen reservas de combustible ilimitadas (un litro de agua del mar contendría aproximadamente la energía que necesita un ser humano durante toda su vida) y pese a ser una fuente de producción nuclear, la radiación es mucho menor que la producida por el combustible de las centrales nucleares de fisión convencionales.
Dentro de este gran proyecto, que ha sido dividido en varios lotes, Ferrovial Agroman ha obtenido hasta el momento la adjudicación de tres de ellos. Todos forman parte de un gran sistema en el que cada edificio tiene la misión de albergar una parte del proceso, incluyendo centros de mando y operación del conjunto.
Como cabe esperar en un entorno de estas características, la exigencia de calidad del proyecto es máxima, como lo son también los requerimientos de diseño entregados por el cliente y que abarcan todo el espectro entre la generalidad de la organización de la obra y el detalle de las aceleraciones que tienen lugar en determinada planta de un edificio bajo el episodio sísmico para el que se calculan sus elementos. Sin ir más lejos, el diseño frente a terremotos, que por ubicación geográfica habría de considerarse de grado V según la escala Richter, debe considerarse de grado IX en los edificios que son de mayor importancia para la continuidad del proceso. Esto ha conducido por ejemplo a la instalación de aisladores sísmicos bajo el conjunto de edificios del Tokamak. Estos aisladores están formados por elementos deformables que permiten independizar la respuesta del edificio frente al movimiento del suelo reduciendo su afección.
En un proyecto de estas características, donde nada se deja al azar, se está realizando un enorme esfuerzo en la obtención de información sobre el terreno como indican los más de 15 km de sondeos y cientos de ensayos de laboratorio. No obstante y a pesar de este gran trabajo, la participación en el diseño y la construcción de los contratos ITER están entre los retos más apasionantes que abordan los equipos de diseño y construcción de Ferrovial Agroman en los últimos tiempos.
Sigue leyendo más detalles de este apasionante proyecto, en el siguiente post.
1 comentario
Miguel Rivera Casellas
09 de septiembre de 2014
Excelente proyecto, espero que se trasmita a otros Países. Como se puede postular a estos proyectos, ser parte de estos y trabajar....