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Comunicación

Breve historia de los bots: del entretenimiento a la asistencia virtual

22 de agosto de 2017

Los bots conversacionales están de moda. No hay más que fijarse en empresas como Google, Microsoft o Amazon, todas ellas invirtiendo en el desarrollo de una tecnología que permite simular una conversación entre personas, dando respuesta de forma automática y coherente a las cuestiones que recibe, ya sea de forma hablada o escrita.

El software que da vida a los bots, también llamados chatbots, se apoya principalmente en dos tecnologías: la inteligencia artificial y el procesamiento del lenguaje. La combinación de ambas hace posible reconocer una serie de palabras o expresiones y responder utilizando frases previamente preparadas. De este modo el bot es capaz de seguir la conversación y contestar de manera natural.

Al ser una tendencia actual puede parecer que las aplicaciones conversacionales son algo nuevo y sin embargo no es así, se remontan a los inicios de la propia computación.

Test de Turing

En 1950 el matemático británico Alan Turing, precursor de la informática moderna, propuso una prueba teórica que consideraba la capacidad de las máquinas de mostrar un comportamiento inteligente, adelantando ya la idea de que estas llegarían a pensar. El test no evalúa la capacidad de la máquina para responder correctamente, si no la de generar respuestas similares a las que daría un humano.

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Interpretación estándar de la prueba de Turing: el invitado ha de determinar qué elemento es un ordenador y cuál un ser humano basándose solamente en las respuestas recibidas a preguntas escritas. Fuente: Knowing Neurons

El trabajo de Turing inspiró a multitud de informáticos entre los que destaca el alemán Joseph Weizenbaum del MIT, quien desarrolló en 1966 el programa ELIZA con el que pretendía que los usuarios creyeran estar hablando con una persona real.

ELIZA: el primer bot de la historia

Inicialmente desarrollado como una parodia de las primeras entrevistas que se mantienen con ciertos psicoterapeutas, ELIZA fue diseñado como una herramienta para mostrar la superficialidad de la comunicación entre personas y maquinas. Así, utilizaba una secuencia que reconocía palabras clave y generaba una respuesta acorde, normalmente en forma de pregunta sobre cómo el tema en cuestión hacía sentir al usuario.

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Ejemplo de conversación con ELIZA. Fuente: Cbc

El profesor Weizenbaum encontró cinco puntos críticos a resolver para asegurar el buen funcionamiento de su programa: la identificación de palabras clave, el descubrimiento de un contexto mínimo, la elección de transformaciones apropiadas, la generación de respuestas adecuadas y la capacidad de reaccionar ante la ausencia de palabras críticas.

El mito asegura que ELIZA, nombre tomado de la florista callejera protagonista de la obra Pigmalión (George Bernard Shaw, 1912), adaptada al teatro como My Fair Lady, era capaz de superar el test de Turing. Esta afirmación es un tanto aventurada y deja espacio al debate, pero lo que sí es cierto es que muchas personas creyeron estar hablando con un terapeuta y compartieron detalles íntimos de sus vidas.

Este primer bot fue inspiración para otros tantos que se desarrollaron después como ALICE, Mitsuku, Albert One o SmarterChild, uno de los más populares.

De SmarterChild a los asistentes virtuales

SmarterChild, desarrollado en el año 2000, destacaba por su capacidad para procesar el lenguaje, entendiendo y respondiendo de manera natural a las cuestiones que se le planteaban. Pero fue además el primer bot en prestar ayuda al usuario, siendo capaz de facilitar información sobre temas muy variados como horarios de cine, previsiones de clima o resultados deportivos.

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Ejemplo de conversación con SmarterChild. Fuente: NYTimes

Compatible con servicios de mensajería instantánea como AIM, MSN Messenger, AOL Instant Messenger e ICQ, acercó la inteligencia artificial a millones de usuarios, siendo en cierto modo el precursor de los actuales asistentes virtuales, como Siri de Apple, Cortana de Microsoft o Alexa de Amazon.

Hasta dónde pueden llegar a evolucionar estos servicios basados en bots es algo que todavía está por descubrirse. Una muestra de ello es, en el mundo de la ficción, la experiencia de Theodore Twombly, personaje interpretado por Joaquin Phoenix, en la película Her (Spike Jonze, 2013).

Tráiler de la película Her. Fuente: YouTube

Bots en Ferrovial

Esta es una de las tecnologías con las que se está actualmente trabajando en el Digital Hub de Ferrovial. En concreto se ha desarrollado ya una iniciativa piloto, Qo, en colaboración con la Dirección de Talento, para facilitar el desarrollo de los empleados de la compañía mediante el uso de esta herramienta de inteligencia artificial.

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