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¿Pueden los ciudadanos promover una mejor toma de decisiones para mejorar las infraestructuras públicas?

11 de octubre de 2017

Recientemente ha habido una popularización mundial de las iniciativas ciudadanas para crear nuevas formas de democracia participativa. En todos estos proyectos hay un elemento común: una creciente necesidad de disponer de colectivos auto organizados que se coordinen cada vez más con las agencias públicas para atajar o mejorar problemas socioeconómicos urbanos. Podemos ser proactivos y satisfacer esta necesidad creando soluciones multiplataforma que posibiliten una mejor colaboración y cocreación. Reuniendo a distintas partes en tiempo real para respaldar la toma de decisiones y la priorización de recursos limitados para las ciudades. Esa es la visión.

Pero… ¿dónde nos encontramos actualmente?

Por suerte, los últimos años han visto un aumento mundial del interés gubernamental en hallar formas de aprovechar esa «información ciudadana» para ofrecer servicios mejores, más ágiles y más eficientes. Nos encontramos en un momento clave en términos de aprovechamiento de la inteligencia humana y el aprendizaje informático para crear un futuro híbrido en el que los humanos podamos enseñar a las inteligencias artificiales a responder mejor a las necesidades según ocurren en tiempo real.

Cuando se trata de transformar las ciudades, ¿qué mejor fuente de información puede haber que la gente que recorre las calles, corre por los parques y viaja en el transporte público en sus desplazamientos al lugar de trabajo? Además de los sensores tradicionales, no solo son los mejores ojos y oídos para identificar, prevenir y comunicar problemas emergentes, sino que también pueden colaborar de forma colectiva en el análisis y la priorización de esos informes para determinar qué problemas son los más urgentes, e idear posibles soluciones nuevas para atajarlos. Con estas valiosas informaciones en tiempo real, los proveedores de servicios pueden utilizar los datos de demandas de los usuarios en tiempo real para asignar mucho mejor los recursos de forma dinámica, basándose en los posibles problemas futuros y llegando incluso a predecirlos.

Estrategias actuales para la participación ciudadana

La solución a este dilema es una sencilla mezcla de estrategias clásicas y nuevas: 1, escuchar a la gente; 2, permitirles usar dispositivos digitales para que informen de lo que debe solucionarse; 3, introducir esa información ciudadana en los sistemas de gestión de respuesta y mantenimiento de la ciudad. ¡Y ya está! De verdad…

Solo una parte de esa fórmula, la de escuchar a la gente y que te digan lo que desean ha demostrado su efectividad en plataformas como decidim.barcelona, FixmyStreet en Reino Unido y SeeClickFix en EE. UU., con personas que aportaban datos en masa mediante quejas tradicionales o ideas para transformar o mejorar los servicios urbanos.

Usando redes sociales tradicionales (por ej., Facebook) y plataformas de mensajería como WhatsApp, esta generación de comunidades está abierta a usar cualquier plataforma, siempre que les ayude a lograr su objetivo y que la plataforma resulte fácil de usar. Los proveedores de servicios deben aprender de esta tendencia creciente y descubrir cómo aprovecharla para mejorar nuestras ciudades futuras usando a los ciudadanos como «generadores de información/respuesta» para responder a los desafíos a los que se enfrentan las ciudades.

Simplemente disponer de canales para recibir quejas o sugerencias sobre los principales problemas que las personas encuentran no resulta suficiente para la complejidad de los desafíos urbanos a los que las ciudades deben hacer frente, ya tengan que ver con la contaminación, la seguridad o los recortes presupuestarios. Da preferencia a los sistemas reactivos de la ciudad en y no a las medidas preventivas y proactivas que pueden ayudar a mejorar la toma de decisiones y la asignación de recursos. Los desafíos urbanos no los pueden resolver por su cuenta el gobierno local, las empresas o el sector terciario: necesitan una nueva estrategia impulsada por la gente para crear nuevas ciudades conectadas y más inteligentes.

Pero hay un problema con los datos y la privacidad que también se debe tratar. Mientras que el gobierno y los proveedores de servicios sufren presiones para mejorar la participación ciudadana en el diseño de servicios públicos y aumentar el uso del big data para crear ciudades más inteligentes, el miedo del público al big data es cada vez mayor, al igual que la resistencia a compartir toda esa información. Un informe de 2014 del Comité de Ciencia y Tecnología de la Cámara de los Comunes sobre el uso responsable de los datos advierte que el gobierno:

… debe intentar ofrecer una plataforma para que los ciudadanos británicos interactúen con servicios en internet gubernamentales y comerciales sin poner el peligro innecesariamente sus datos personales…, de modo que puedan … tomar decisiones informadas sobre qué datos compartir.

Los ciudadanos empiezan a apreciar el valor de sus datos y sus opiniones

Las ciudades inteligentes se suelen diseñar usando conceptos de inteligencia que dependen de medidores inteligentes, sensores inalámbricos filtrados en enormes centros de datos que analizan e interpretan la información (por ej., el «Centro de mando» de Río de Janeiro). Pero las ciudades diseñadas usando únicamente grandes conjuntos de datos generados por sensores pueden dar lugar a servicios y sistemas que la gente no considera capaces de responder a sus necesidades reales o, peor aún, resultan opresivos. Existe la necesidad de disponer de un modelo de datos (muy parecido al probado en por Changify en Plymouth) que permita al gobierno y los proveedores de servicios reducir el riesgo en los proyectos de ciudades inteligentes de los siguientes modos:

  • Aumentando la confianza y la participación activa de la gente
  • Recompensando a la gente por su participación y por compartir datos
  • Mejorando la capacidad del público de generar «pequeños conjuntos de datos» que se puedan combinar y recopilar de forma anónima mediante nuevas innovaciones como la tecnología corporal

Changify: conectando a la ciudad con sus ciudadanos

La plataforma Changify ofrece una forma sencilla a los residentes de las ciudades de comunicar problemas y ofrecer soluciones de forma conjunta a los desafíos urbanos en materia de transporte, medioambiente, vivienda, sanidad, etc., directamente al proveedor de servicios adecuado y responsable del contrato. La plataforma da a los ciudadanos la facultad de hacerse responsables de su entorno:

  1. Informando de problemas que encuentren, por ejemplo en las vías públicas (al igual que de los aciertos)
  2. Recibir información de los proveedores de servicios sobre costes y plazos
  3. Tratar problemas decidiendo por votación cuál es el más urgente
  4. Recibir una notificación cuando un problema se resuelva, y valorar la calidad del trabajo realizado
  5. Idear nuevas propuestas y soluciones urbanas basadas en la observación diaria

#SmarterStreets, un nuevo enfoque

En 2016, D4SC obtuvo fondos de Innovate UK para llevar a cabo un programa piloto, en colaboración con Amey-Ferrovial y el Ayuntamiento de Plymouth, para poner a prueba la plataforma Changify con especial hincapié en mejorar la seguridad vial. El equipo contrató a 150 automovilistas a lo largo de 9 meses y en distintos eventos comunitarios para participar en un proyecto piloto cerrado en Plymouth como parte del contrato de autopistas de Amey. Los negocios locales activos en asuntos de ciclismo formaron parte del piloto, al igual que la universidad local.

colaboracion-ciudadana-peticionesA lo largo de 18 meses trabajando primero con estudiantes universitarios para probar el sistema y después con automovilistas que realizan desplazamientos al trabajo, empleados de empresas locales de ingeniería y padres que recogen a los hijos en el colegio, el piloto fue tomando forma con las opiniones de los usuarios, hasta idear un sencillo sistema de opinión binaria que usaba una app de Android con una interfaz sencilla y un algoritmo de votación, una API que se integraba con la base de activos viales de Amey mediante un sistema de prioridad basado en un semáforo con el que puntuar los problemas como Urgente, Atención y Buen trabajo. El equipo operativo de Amey disponía de un panel de control con el que proporcionar información a los usuarios sobre el plazo de resolución del problema y el coste aproximado, posibilitando así un flujo de información en ambas direcciones.

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¿Qué descubrimos?

Lección 1: los usuarios pierden menos tiempo si pueden enviar informes al instante.

Changify permitió a los miembros de la prueba informar de problemas sin tener que navegar por el sitio web de su ayuntamiento, rellenar un formulario y no obtener más visibilidad que un correo con una respuesta tipo informándoles de que se ha recibido su informe. En lugar de esto, ahora la gente podía enviar un informe al instante a pie de calle y en el sitio en cuestión, usando la app de Changify y enviando una foto con una cámara que hace las veces de botón de votación. Changify eliminó la «barrera a la comunicación» que son las webs de los ayuntamientos, posibilitando una mayor interacción con los ciudadanos: uno de los participantes en la prueba creó 70 informes, que después los usuarios calificaban como Urgente, Atención o Buen trabajo. No se trataba de que una única persona fuera protagonista, sino de aprovechar la inteligencia colectiva de los participantes en la prueba para filtrar y priorizar los informes.

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Lección 2: aumentar la participación para aprovechar nuevas informaciones

La hipótesis inicial de averiguar si la gente participaría para mejorar de forma colectiva la seguridad vial e idear nuevas fuentes de información ignoradas en los canales consistoriales tradicionales resultó ser cierta. Lo mismo ocurrió con la votación social para priorizar problemas clave, y la interacción entre los usuarios para idear nuevas propuestas e ideas además de informar de problemas tácticos.

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Lección 3: las mejoras en la toma de decisiones ayuda a priorizar los recursos de forma dinámica

El análisis de los informes en tiempo real que posibilita la plataforma Changify aceleró la identificación de los problemas más urgentes que solían quedar fuera del sistema normal de informes consistorial. Permitió que las operaciones cotidianas de red aunaran recursos de forma mucho más efectiva que si solucionaran los problemas de forma reactiva. La contratación de equipo y maquinaria vial podrá realizarse de forma dinámica en el futuro en función de las demandas en tiempo real. Esto cuestiona el modelo de negocio estándar de «ofrecer un servicio por un presupuesto fijo» que actualmente predomina en las autoridades locales y los ayuntamientos. Los presupuestos se pueden adaptar a las necesidades cambiantes y se pueden asignar nuevos presupuestos en función de las nuevas propuestas de los usuarios.

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Lección 4: un piloto exitoso abre el camino a una implantación generalizada

Con la plataforma Changify integrada en los sistemas de administración de Amey durante nuestra prueba de 3 meses del sistema en Plymouth, las eficiencias de la priorización de los datos entre 515 informes se realizó con un reparto de 32,5 % clasificados como Urgente, 62,5 % como Atención y 5,45 % como Buen trabajo. El tiempo de respuesta general de Amey mejoró en un 19,75 %, reduciendo los costes de inspecciones individuales aproximadamente en un 22 % y aumentando la generación de nuevas propuestas en un 19,8 %.

Si añadimos a esto las ventajas de que los usuarios ganen puntos concedidos por los negocios locales patrocinadores en agradecimiento a los datos aportados, la capacidad de invertirlos para aumentar las visitas y tener un efecto positivo en la economía local beneficia a todos.

Hallazgos principales para la implantación general

Mejorar la capacidad del público de generar «datos individuales» que se pueden integrar y recopilar con su permiso: Changify ofrece una plataforma para que los residentes de las ciudades envíen informes y voten sobre los problemas directamente al proveedor de servicios responsable. La plataforma faculta a los ciudadanos para responsabilizarse de su entorno de los siguientes modos:

  1. Informando sobre problemas que encuentren en las vías públicas (y también sobre las buenas actuaciones)
  2. Recibiendo información de los proveedores de servicios acerca de costes y plazos de resolución
  3. Dando prioridad a los problemas mediante votaciones sociales para ayudar a la toma de decisiones
  4. Recibiendo una notificación cuando un problema se resuelve
  5. Ideando nuevas propuestas y soluciones para liberar presupuestos

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