Los valores de una gran empresa … los valores de Ferrovial
20 de diciembre de 2017
Mi aterrizaje en Ferrovial en el año 2002 fue casual. Llevaba varios años trabajando en sectores muy diferentes, cuando me incorporé en el área de servicios, de esta gran empresa, que en aquellos momentos comenzaba a ser un negocio incipiente, en pleno proceso de desarrollo y con unas muy atractivas expectativas.
Mis primeras semanas, primeras impresiones
El origen de la compañía era eminentemente constructor, y así me lo hicieron sentir desde el principio los diferentes compañeros de la división de construcción con los que tuve la suerte de compartir muchos proyectos conjuntos. Pero algo estaba cambiando…
Tras más de 40 años de enfoque constructor, ferrovial iba tomando un rumbo más amplio, diferente, donde se adivinaba un futuro … más… diversificado.
Desde el principio me impactó el orgullo de pertenencia que aparecía en todos los empleados con mayor antigüedad. Aunque en mis primeras etapas pude confundirlo con lo que parecía cierta prepotencia, pronto entendí que no se trataba de eso, sino que era simple y llanamente un arraigado sentimiento de orgullo de pertenencia a un club. En cierta manera exclusivo. De difícil acceso. Haciendo un símil futbolístico, había que demostrar y sudar la camiseta, pero una vez que te la enfundabas corrías de otra manera, a otra velocidad… Un orgullo forjado a lo largo de muchos años de duro trabajo y fuerte competencia donde han sido claves el esfuerzo, el ingenio, el rigor, la austeridad y el compañerismo.
La Austeridad, base del carácter de Ferrovial
Quise profundizar más en los valores que han ido dibujando el carácter y la forma de trabajar de los empleados a lo largo de más de medio siglo, y cayó en mis manos un documento inigualable, sencillo, conciso, sin rodeos, donde las cosas se describen de manera directa: “El Manual contra el Despilfarro” un título que, en sí mismo, es toda una declaración de intenciones. Redactado por el mismísimo fundador de la empresa.
Editado en 1962 y escrito en aquellas inolvidables máquinas de escribir que hoy sólo pueden ser vistas en algún museo o en algún reportaje sobre la vida de algún escritor de cierta edad.
El manual contra el Despilfarro
El diccionario de la RAE define despilfarro como “un gasto excesivo y superfluo”, por ello, el hecho de escribir un manual específico sobre este tema, implica la clara aceptación de enfocar toda una actividad en base a un principio determinante, la Austeridad. Principio que sigue vigente en la compañía y muy arraigado en todos los que en ella trabajamos. Concepto que hoy día choca -quizás más aún- en un entorno social tan enfocado al consumo.
Aunque el Manual centraba su objetivo en el mundo de las obras y de la construcción, sugiere, sin embargo, en términos amplios, una forma de vida, una manera de comportarse…
En sus primeros párrafos ya señala que “no pretende ser un catálogo completo de los tipos de despilfarro…,” , simplemente lo que se busca con este Manual , es dar a conocer la existencia, de “algo perjudicial que a nadie beneficia…”
Escrito con un lenguaje directo, que es sin duda, otra de las características del estilo, donde la austeridad también se prodiga en el uso de las palabras y en la forma de transmitir. “Pocas palabras bastan al buen entendedor, vaya a lo concreto y preciso…”; “Las ordenes han de ser precisas claras y breves (no decimos secas)…”
Una austeridad en la comunicación que favorece el aprovechamiento del tiempo, otro de los valores arraigado de manera profunda en nuestro ADN. “El tiempo en el lugar de trabajo es oro, se mide en miles de pesetas y duros…que se acumulan sobre fichas de costes…”
Siempre teniendo en mente el ahorro de cualquier tipo de coste no necesario, sea del tipo que sea… como filosofía de vida . “Hay que hacer las cosas con el menor trabajo posible, esto no es una recomendación a la vagancia sino un principio económico fundamental…” “Si tuviese que pagar de su bolsillo lo que está haciendo ¿No encontraría un medio de hacerlo más deprisa o de economizar…?”
Se destaca de manera clara la necesidad e importancia de establecer una organización adecuada que permita el desarrollo idóneo del trabajo a realizar. “Una buena organización es la mejor arma contra el despilfarro”.
Cultura Ferrovial
Organización, preparación, fomento del trabajo en equipo… rasgos distintivos de la “cultura ferrovial”.
“No esté pensando en lo que va a decir en lugar de escuchar al otro…”. “Saber escuchar…” “ hay que animar al personal a que haga sugerencias y observaciones, escucharlas y no echarlas en saco roto…” ¿anticipo de Zuritanken?
En definitiva, la transmisión de conocimientos, la búsqueda de la excelencia, la innovación a través de compartir experiencias y mejores prácticas…
“Almacén quiere decir El Tesoro… “. “el orden, la limpieza, la organización del trabajo, la adaptabilidad, el evitar cosas inútiles son parte fundamental del mismo…”
Manejamos recursos de los accionistas y hemos de hacerlo de manera adecuada, racional… ser capaces de adaptarnos a las nuevas situaciones y crear valor.
“No hagas el trabajo que pueda ser realizado por uno de tus subordinados, porque el subordinado no hará lo que tiene que hacer y tú no puedes hacer el tuyo…”
¿Qué es esto sino la búsqueda de la mayor eficiencia en el trabajo…?
“ A veces no se puede hacer tanta preparación… la urgencia manda… pero esto es a veces y no siempre…” “Los trabajos improvisados o mal estudiados cuestan siempre más dinero…”
La importancia de planificar el trabajo, de definir los objetivos que queremos conseguir, y como lo vamos a realizar.
“Donde comen tres comen cuatro… Lo que están haciendo cuatro lo pueden hacer tres…” frase genial que simplifica con las palabras justas la forma de trabajar de ferrovial. Sería como decir… mejor pocos y buenos, que muchos menos buenos…
El Manual contra el Despilfarro, escrito hace más de 50 años, es una fuente privilegiada para poder entender muchos de los valores de la compañia . Valores generados y transmitidos a lo largo de muchos años por todas las personas que han ido formando parte de este exclusivo universo, que siguen teniendo vigencia y que arraigan en todos los que formamos parte del mundo ferrovial.
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