La tecnología Blockchain. Qué es y cómo transformará nuestras vidas
15 de diciembre de 2017
Para algunos, Blockchain es una revolución que va a cambiar nuestras vidas. Para otros, es una tecnología más que pasará de moda y no podrá cumplir las expectativas. Lo que está claro es que es un tema candente en el mundo digital. Hay cientos de foros y discusiones para debatir sobre lo que es, lo que será y sus aplicaciones. Vamos a intentar acercarnos a una visión global de la tecnología, sin entrar en detalles técnicos, repasando su historia y sus características.
Pero antes de empezar por el principio vamos a ir un momento al final.
¿Qué problema resuelve Blockchain?
Veamos un ejemplo:
Tu empresa de suministros te cobra todos los meses X dinero en tu cuenta bancaria. Tú no le das billetes al representante de esa empresa, simplemente el banco apunta en su registro que de tu cuenta a la suya ha pasado X dinero y actualiza los balances. Ese registro debe ser veraz y confiable pero ni tú ni la empresa que te cobra controláis esto. Es necesaria una tercera parte, en este caso un banco, que tiene vuestra confianza pero que se muestra como un punto débil claro. ¿Qué pasa si el banco no cumple con su parte y apunta mal las transacciones nuevas o cambia las antiguas? El problema es que la responsabilidad de vuestro acuerdo recae sobre un punto que puede ser comprometido, eliminado o corrompido. Obviamente las terceras partes en las que se confía tienen medidas preventivas y correctivas para que no haya errores en el proceso por una cuestión de prestigio pero no se puede garantizar que todo va a ser siempre correcto.
Este es el problema principal que resuelve Blockchain. Aporta confianza a los acuerdos e intercambios entre dos partes prescindiendo de intermediarios. ¿Cómo lo consigue?
Génesis
Ahora sí, vamos al principio. Allá por el año 2008 alguien llamado Satoshi Nakamoto (no se sabe quién o quiénes están detrás de este nombre) presentó al mundo su proyecto de moneda digital descentralizada. No hizo una rueda de prensa ni llamó a las televisiones, lo presentó en una lista de correo sobre criptografía con este mensaje que incluía el paper explicando los detalles de la criptomoneda:
Una interesante conversación se inició a raíz de ese mensaje y aunque la mayoría de los que participaban eran muy escépticos y se dedicaban a apuntar los supuestos fallos del sistema, un desarrollador llamado Hal Finney quedó fascinado por el proyecto y ayudó a Satoshi a desplegar la primera red Blockchain, que es sobre la que se asienta Bitcoin. Era enero de 2009 y una nueva tecnología había nacido.
¿Qué es una Blockchain?
Una Blockchain es básicamente una base de datos similar a un libro de contabilidad digital que va almacenando en sus páginas las distintas transacciones realizadas entre los usuarios. Este libro está formado por bloques y cada bloque equivaldría a una página del libro de contabilidad real conteniendo un número variable de transacciones. Así, al ir añadiendo bloques vamos creando un registro de todas las transacciones. Hasta aquí no hay nada especialmente novedoso pero hay dos características que dan un inmenso valor a esta base de datos: inmutabilidad y distribución de datos.
Inmutabilidad
¿Cómo se garantiza la inmutabilidad de los datos? Siendo estrictos, a día de hoy es imposible garantizar la inmutabilidad de unos datos. Todos los datos almacenados digitalmente son susceptibles de ser comprometidos pero lo que sí se puede hacer es que alterarlos sea inmensamente difícil; que con el poder de computación que tenemos hoy disponible lleve siglos alterar un dato ya validado y guardado. Y así es como lo hace Blockchain.
Para ser incluido en la cadena de bloques principal es imprescindible que el nuevo bloque esté “sellado”. Este sello se crea aplicando un algoritmo criptográfico a cierta información que contiene básicamente:
- El sello del bloque inmediatamente anterior.
- Información de las transacciones de este bloque y del bloque mismo.
- Un número aleatorio que tiene que cumplir unas condiciones, pero ya volveremos a este número más adelante.
Lo importante aquí es que se utiliza la información obtenida en el bloque anterior y así todos los bloques quedan unidos entre sí por orden cronológico. Teniendo así una cadena de bloques.
El algoritmo criptográfico crea un sello único que sería totalmente distinto si uno solo de los bytes del bloque cambiara, así que si se modifica algo de un bloque después de insertado en la cadena, su sello cambiaría y por lo tanto, como ese sello formaba parte del sello siguiente, todos los bloques posteriores tendrían que cambiar su sello también. Esto hace que comprobar la validez de los datos sea sencillo y que, en cambio, modificar una transacción sea muy costoso ya que hay que cambiar su bloque, más todos los bloques posteriores. Y cuanto más antigua sea la transacción, más costoso se hace cambiarla. Además como todos los usuarios tienen una copia de todos los bloques, cuando reciban la copia con los sellos cambiados, la van a rechazar porque no se asemeja a la suya por lo que tendrás que encontrar una manera de cambiar no solo tu cadena de bloques si no la de la mayoría de usuarios de la red. Así es como se garantiza la validez de los datos. Pero, ¿quién sella las transacciones? Los mineros.
Distribución de datos y minería
Había habido ya muchos intentos de crear una moneda digital anteriormente, como Digicash, E-gold o Flooz pero todas tenían un problema que Bitcoin resolvió: El doble gasto. Estas monedas tenían vulnerabilidades que permitían usar el mismo dinero para pagar dos cosas distintas. Aunque no es estrictamente imposible realizar un doble gasto en Bitcoin, la probabilidad es bastante reducida y además es detectable y corregible.
Evitar el doble gasto se consigue mediante la distribución de los datos y la minería. Cada vez que una transacción se realiza entre dos cuentas, se informa de ella a toda la red. Todos validan y escriben en su copia local del libro de cuentas esa transacción. Cuando llega el momento de sellar el bloque, los nodos de la red que se dedican a minar (cualquiera puede hacerlo) compiten por ser el primero en encontrar el número aleatorio que habrá que incluir en el sello.
Recordemos el número aleatorio que iba en el sello. A los mineros se les dan unas condiciones que tiene que cumplir ese número y ellos se lanzan a buscarlo hasta que lo encuentran. Es como un acertijo que tienen que resolver aunque no implica lógica ni averiguación. Solo se puede encontrar probando números uno a uno en el algoritmo criptográfico hasta que aparece el correcto. Puro azar. El primero que lo consigue, sella el bloque, informa a toda la red del bloque completo – con sello incluido- todos comprueban que es correcto y lo escriben en su libro iniciando un nuevo bloque que estará ligado a este.
Esta búsqueda del número en la que los mineros gastan recursos (electricidad básicamente) es lo que se llama prueba de trabajo (proof of work) y es la gran innovación que introdujo Satoshi Nakamoto y que evita el problema del doble gasto que las otras monedas tenían. ¿Y por qué los mineros gastan recursos en minar si podrían esperar a que les llegase el bloque sin complicarse la vida? Porque reciben recompensas. Porque cada bloque sellado otorga una recompensa en Bitcoins (su valor ya ha superado los 15.000 dólares) y además las transacciones también pueden llevar una comisión y todo ese dinero se lo queda el que selle el bloque. Combinando redes descentralizadas, criptografía e incentivación, Satoshi aportó una resolución práctica al problema de los generales bizantinos, un gran avance en la confianza y consistencia de los datos distribuidos que hace muy potente la tecnología Blockchain.
Blockchain 2.0
En 2015 un nuevo horizonte se abrió con la llegada de Ethereum. Hasta ese momento las Blockchain se habían usado mayoritariamente para crear monedas digitales. Estas redes eran muy limitadas en términos de creación de scripts por lo que no podían ser usadas para mucho más que para intercambiar activos entre cuentas.
Pero Ethereum no es estrictamente una moneda digital, es también una plataforma, una red Blockchain en la que se pueden desplegar proyectos que utilizan sus propios tokens o criptomonedas. Estos tokens pueden representar cualquier activo de la vida real, no solo dinero, y dotar a los activos que representan de una flexibilidad sin precedentes en su comercio, rastreo o manipulación. También los tokens son usados por muchos de los proyectos como vía de financiación repartiéndolos entre los usuarios a cambio de una aportación económica y actuando así de una manera muy parecida a las acciones de una empresa.
La plataforma ofrece también la posibilidad de ejecutar los llamados Contratos Inteligentes. Se trata de scripts que se guardan en la Blockchain de Ethereum y realizan acciones automáticamente convirtiendo a la plataforma en lo que se llama un entorno Turing completo, capacidad teórica ilimitada para resolver cualquier problema computacional. Esto no es novedoso en el mundo informático pero es algo que no tenían las anteriores redes Blockchain y que abre un abanico de oportunidades gigantesco.
Un ejemplo de contrato inteligente puede ser: Un artista publica un disco y crea un contrato inteligente con la distribuidora en el que se acuerda que por cada disco vendido él recibe un 5% del dinero obtenido. El propio contrato se conectará una vez a la semana a la lista de discos vendidos y con la cifra procederá a transferir el dinero de la cuenta de la distribuidora a la del artista. Una vez desplegado en la red y validado por ambas partes ya no se tendrán que preocupar del tema más ya que queda para siempre en la Blockchain sin que nadie pueda cambiarlo sin el consentimiento de ambos. Esto se puede extender a miles de casos en los que no necesitas ni siquiera conocer a la otra parte ni vivir cerca de ella ya que la red aporta la confianza de que lo que acuerdes se va a cumplir.
Presente, futuro y aplicaciones reales
Como sabemos todos el papel lo aguanta casi todo y lo que parece maravilloso en la teoría se enfanga cuando se intenta llevar a cabo. Parece que está costando más de lo previsto aplicar en la práctica lo que se describe en los papers que presentan los emprendedores del mundo Blockchain. Ahora mismo hay más de 1.200 criptomonedas cotizando en el mercado. Se supone que la mayoría de ellas tiene detrás un proyecto aplicable en el mundo real pero pocas de ellas tienen realmente algo que mostrar excepto un cronograma y muy buenas ideas. Es cierto que la mayoría de roadmaps de estos proyectos están en fase de desarrollo o en una etapa muy temprana porque el boom ha surgido a principios de este mismo año pero veremos cuantos al final son viables y aportan valor y cuantos se quedan en bonitas utopías.
La teoría de la difusión de innovaciones
Se están afrontando problemas relacionados sobre todo con la escalabilidad y el rendimiento que están dividiendo a la comunidad y sembrando dudas de la eficacia de estos sistemas en entornos de alta demanda, pero aún estamos en una fase temprana del ciclo de vida de la tecnología. Según la teoría de la difusión de innovaciones los expertos coinciden en que nos encontramos en estos momentos en el final de la fase de early adopters previendo un periodo de 5 a 7 años para alcanzar su madurez.
¿Existen proyectos reales?
Pues sí, actualmente podemos encontrar interesantes ejemplos de proyectos que ya están usando la tecnología, por ejemplo:
- Cómo la ONU envió vales de comida a los refugiados mediante Ethereum.
- El gobierno de Dubai anunció la creación de la primera criptomoneda estatal con la que se podrán pagar impuestos, tasas, etc.
- Moscú va a almacenar el registro de la propiedad en una Blockchain.
Y en España hace pocos meses varias empresas lanzaron Alastria, la primera red Blockchain semipública de España que pretende crear un entorno colaborativo para lanzar los proyectos y servicios que se desarrollen sobre ella. Ferrovial se ha unido recientemente a Alastria demostrando una vez más estar a la vanguardia en innovación y transformación digital.
Así que todas las empresas, ya sean grandes o pequeñas debemos estar atentos a las oportunidades futuras de negocio que nos puede brindar el Blockchain. Los expertos de esta tecnología tienen como objetivo despejar todas las dudas y que se gane la confianza de la gran masa. Por lo pronto, ya podemos encontrar algunos casos, e incluso la serie norteamericana Big Bang Theory – para muy fans de lo geek- dedicó el capítulo del 30 de noviembre al Bitcoin.
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