Es indudable que la tecnología está ayudando a impulsar una revolución en la forma en que trabajamos, obligando a todas las empresas del mundo a reinventarse y así evitar quedarse atrás. A la vez, las TIC (tecnologías de la información y la comunicación) constituyen una herramienta cada vez más poderosa para impulsar la competitividad. Esta revolución coincide además con la llegada de la llamada Generación Z: el grupo de jóvenes nacidos entre 1994 y 2010, y primer grupo demográfico integrado únicamente por nativos digitales.
En este contexto, la industria aeroportuaria en general, y Ferrovial en particular, ha venido trabajando para integrar la innovación como elemento clave en nuestro modelo de gestión de aeropuertos. Y por este motivo constantemente desarrollamos e implementamos iniciativas técnicas para mejorar la eficiencia y aumentar la satisfacción del pasajero, teniendo en cuenta las demandas de estos nuevos viajeros, siempre conectados y enormemente dependientes de las tecnologías multimedia y el mundo de internet en general.
Las infraestructuras aeroportuarias también dependen cada vez más de la tecnología para cubrir las demandas de los usuarios. De hecho, en un mundo en el que la información y las nuevas tecnologías se mueven a la velocidad de la luz, los usuarios exigen niveles de servicio muy altos y rapidez a la hora de acceder a ellos. Dicho de otro modo, las largas colas ya no se consideran un mal necesario en el siglo XXI.
Para abordar estos nuevos retos, los operadores aeroportuarios deben mirar más allá de las necesidades básicas de sus pasajeros y proporcionar infraestructuras y servicios más actualizados.
El aeropuerto del futuro
Pero ¿cómo nos ayudarán las tecnologías a crear aeropuertos cada vez más inteligentes? Pues combinando tecnologías tradicionales de automatización con sistemas de reconocimiento sofisticados, que podrían traer beneficios considerables a la experiencia aeroportuaria. Por ejemplo:
- El proceso de facturación mejoraría sustancialmente si el viaje comenzara con mostradores de auto check-in y entrega de equipaje, o incluso mostradores móviles a los que acceder nada más aparcar el coche.
- La experiencia de viaje podría agilizarse también mediante la utilización de lectores de tarjetas de embarque a la hora de acceder al lado aire y al embarcar, evitando así la formación de largas colas. En este sentido, los aeropuertos tanto de Heathrow como de Glasgow están introduciendo ya procesos de identificación biométrica, con la finalidad de agilizar el acceso hasta las puertas de embarque y reducir los tiempos de espera en los controles, aun manteniendo los mismos niveles de seguridad;
- Y, por último, pero no menos importante, se realizan ya pruebas piloto en los puntos de control de seguridad utilizando tecnologías avanzadas para evitar el error humano en el escaneo del equipaje de mano y para permitir el control de pasajeros sin la necesidad de que se quiten la ropa o los zapatos.
En el lado aire, se han realizado una serie de pruebas con vehículos autónomos para el transporte de tripulaciones; tractores de remolque autónomos para efectuar el push-back de los aviones; y puentes de embarque autónomos, con los cuales se está contribuyendo a aumentar la puntualidad de muchas operaciones. El uso de sistemas autónomos supondrá además una mejora de la eficiencia y una bajada en los costes operativos, tanto para los operadores aeroportuarios como para las aerolíneas. Esto, a su vez, podría tener un impacto positivo en las operaciones por muchos motivos: mejora en la satisfacción de pasajeros, mejoras en cuanto a puntualidad, mejor uso del espacio y las infraestructuras, elección como aeropuerto preferido por las aerolíneas, etc.
Como ejemplo, la Plataforma Aeroportuaria de Toma de Decisiones Colaborativa –liderada por el aeropuerto de Heathrow−, permite al operador, a las aerolíneas y a las empresas de handling compartir información en tiempo real. Hasta la fecha, esto ha ayudado a que el 78% de los vuelos con origen en Heathrow despeguen en hora. Otro buen ejemplo son los revolucionarios POD de Heathrow: 21 vehículos autónomos que conectan el parking de la Terminal 5 con el edificio de la terminal bajo demanda.
La principal traba para la transición a unos aeropuertos autónomos es el hecho de que el sector aeroportuario siempre ha sido conservador con lo que a la tecnología respecta, por sus altos niveles de seguridad y rígida normativa. Por tanto, y para agilizar los cambios, los aeropuertos deben trabajar de forma colaborativa y compartir tanto cuellos de botella como éxitos.
Hay que tener en cuenta también que no todos los pasajeros querrán transitar los aeropuertos sin tener contacto en algún momento con un empleado. Como en toda industria, la segmentación es la clave para proporcionar a cada usuario la experiencia exacta por la que está dispuesto a pagar. En ese sentido, siempre habrá servicios premium basados en la intervención humana, que funcionarán en paralelo con otras innovaciones que ya han comenzado a aplicarse, como los bots y los asistentes virtuales. El mejor ejemplo que tenemos en los Aeropuertos de Ferrovial es Gladys: un robot que ayudó y amenizó el viaje de pasajeros en el aeropuerto de Glasgow en la pasada campaña navideña.
Para resumir: el futuro de los aeropuertos ya es el presente y Ferrovial está aquí para contribuir a agilizar su necesaria actualización diseñando, construyendo y gestionando aeropuertos que están transformando la manera en que viajaremos en el resto del siglo XXI y convirtiéndose en referente.
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