vista de satélite de la costa de Australia
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¿Cuántos millones de personas sin agua potable podrían beber si logramos desalar los océanos?

21 de marzo de 2018

grifo agua potable

«El 91% de la población mundial utiliza una fuente de agua potable» decía un informe conjunto OMS-UNICEF  de 2015. 6.600 millones de humanos de todo el mundo. Pero el mismo informe destacaba que 663 millones de personas todavía no tenían acceso a pozos de agua sanos. Algunos, a ningún tipo de agua más allá del barro filtrado mediante telas.

Lejos de congratularnos con los problemas que ya hemos resuelto en el mundo, quizá deberíamos fijar la mirada en todo ese trabajo que todavía queda por hacer. Este año en nuestro país se han batido los récords de sequía, que ha sido calificada como la peor de nuestro país en toda su historia; y debido a ella los incendios provocados han conseguido arraigar en el suelo. Hemos vuelto a batir otro récord negro: 44 incendios forestales diarios.

Llevar agua allí donde hace falta va más allá de poner vasos de agua potable sobre la mesa o para cocinar. El agua es un recurso vital básico sin el cual el entorno se degrada y torna en desierto de rocas, arena y, finalmente, sales. “Llevar agua” a donde hace falta es una labor que queda en manos de los países del primer mundo, quienes tenemos los recursos disponibles para desalar parte de los océanos y dar acceso a agua potable a todo el planeta.

¿En qué consiste desalar el agua?

Sin ánimo de quitar el interés de lo que queda de artículo, la respuesta corta es que a día de hoy se puede dar agua potable a todo el planeta desalando una minúscula parte de los océanos. Ya desde hace mucho tiempo se sabe cómo es posible desalar un océano y separar el agua potable de las sales y componentes orgánicos del agua de mar.


Desalinizar es muy fácil, incluso puedes hacerlo en casa con una olla llena de agua del grifo, mucha sal y orégano (que simulará la pequeña vida orgánica en el mar). Basta con colocar la tapa ligeramente descentrada y algo caída, y encender el fuego bajo la olla. Poco tiempo después, agua perfectamente potable empezará a gotear por la parte de debajo de la tapa.

A este método se le llama desalinizar por decantación, y es uno de los que menos impacto ambiental tiene en el proceso (la energía puede –y debe– obtenerse de fuentes renovables). Por un lado queda la sal y la materia orgánica, ambas reutilizables, y por el otro al agua fresca.

¿Hay suficiente agua en los océanos para que bebamos todos?

La respuesta vuelve a ser afirmativa. Cada persona debe beber unos dos litros de agua potable diarios, y la Woods Hole Oceanographic Institution de Massachussetts estimó en 1.332 millones de kilómetros cúbicos el agua que contienen todos los océanos y mares del planeta. Expresémoslo en las mismas unidades:

Consumo diario de la humanidad: 14.000.000.000 litros

Agua salada que existe: 1.332.000.000.000.000.000.000 litros

vista de satélite de la costa de Australia

Costa australiana. Fuente: NASA

Expresado de otro modo, tardaríamos 260 millones de años en desalar los océanos para el consumo humano si el total del agua que bebe la humanidad proviniese del mar. Pero ni esto último será cierto, ni el océano se vaciaría por completo.

El agua para consumo humano regresa días, semanas o meses más tarde a los océanos; o bien vuelve a nuestros grifos depurada, por lo que no es necesario desalarla de nuevo. Por suerte para nosotros, vivimos en un planeta con una cantidad de agua muy superior a la que necesitamos beber.

¿Cuál es la mejor tecnología para desalar grandes cantidades de agua?

Ya hemos visto que disponemos de la tecnología para desalar incluso en nuestro domicilio, y que hay agua de sobra. Pero si somos capaces de hervir unos pocos litros y filtrarlos en casa, y la mayoría de la población del mundo vive junto a las costas, ¿por qué sigue habiendo personas sin acceso a agua potable en el mundo?

El problema radica en que la energía para hacer subir la temperatura del agua a 100 °C es enorme.

La energía necesaria para convertir el agua en vapor (y decantarlo de nuevo a agua fresca) es extremadamente cara. La mejor alternativa a día de hoy, por coste y consumo de energía, es el uso de plantas de desalación por ósmosis inversa, un «proceso [que] consiste en bombear agua a alta presión a través de membranas semipermeables que separan agua y sal», como dicen en Cadagua.

También podemos comprobar cómo funciona esto en casa con una botella de plástico llena de agua salada y con un tapón perforado con un punzón. Entre el tapón y la botella colocamos varios pedazos de tela que harán de filtro, y una vez cerrada la botella la aplastaremos en su centro. El agua saldrá con mucha menos sal de la que tenía, y varios filtrados de este tipo podrían eliminar el 99% de las partículas peligrosas para la salud.

¿Cómo funciona una desaladora industrial por ósmosis inversa?

Lo hace con un mecanismo prácticamente igual al que teníamos en la botella del ejemplo.

Por un lado, se hace necesario llenar enormes depósitos con agua de mar, por lo que varios grandes tubos se instalan entrando en el agua. Su diámetro es gigante en el punto de aspiración comparado con el tubo que llega al depósito, precisamente para que no funcione como una aspiradora ni creen corrientes que afecten a la fauna salvaje de la zona.

Corte de un tubo usado en desalinización

Corte de un tubo usado en desalinización. El agua salada corre por el nervio central a alta presión, entrando poco a poco en las capas exteriores, en las que va dejando sales de distintos tamaños. Fuente: Institutes for Desert Research

Una vez llenados los primeros grandes tanques, se bombea el agua salada a través de filtros gruesos que separan partículas de gran tamaño, seguidos de filtros cada vez más pequeños para ir filtrando paso tras paso las sales. En los últimos años, las etapas finales de la instalación incluyen filtros de grafeno nanoporoso: pequeños espacios por los que pasa el agua pero las partículas microscópicas quedan atrapadas.

Al igual que en el ejemplo con la botella, en las plantas industriales tenemos dos salidas al final del proceso: por un lado el agua potable, y por otro lado el residuo que queda en los tanques. Se trata de salmuera, un agua con una concentración en sal de más del 5%. Aunque esta agua es muy poca cantidad con respecto a la que se obtiene sin sales, no puede verterse de manera directa al océano.

Para cualquiera que tenga una pecera en casa sabe que una alta concentración (o disminución) excesiva de sales puede ocasionar trastornos a los peces. Es por eso que el tubo que devuelve la salmuera al océano no tiene una única boca, sino muchas, muy pequeñas, y distribuidas a lo largo de una gran superficie. De esa manera no se afecta a las especies autóctonas.

Grandes proyectos de desalinización

Como bien sabe Cadagua, empresa que lleva más de cuatro décadas levantando y manteniendo plantas desalinizadoras por ósmosis inversa, este tipo de soluciones no son solo para los lugares que suelen venirnos a la cabeza, como regiones pobres o islas sobrepobladas.

La tecnología de desalinización es muy útil en la ampliación de algo tan necesario como lo son los campos de cultivo. Es el caso de la zona de Águilas (Murcia), donde una planta desaladora provee 180.000 m3/día para consumo tanto humano y agrario.

Solemos pensar en entornos desérticos alejados del agua, pero el caso de Al-Zawrah, en el Emirato de Ajmán, nos sitúa en el Golfo Pérsico, un entorno marino de alta densidad poblacional con escasos recursos hídricos potables donde Cadagua levantó una planta que da 45.560 m3 de agua potable diarios. Esta cantidad equivale al consumo de agua de una población aproximada a 230.000 personas.

 

desierto atacama parque natural bosque fray jorge

Parque natural Bosque de Fray Jorge, entre el desierto de Atacama y el Océano Pacífico. Un punto perfecto en el que una planta de desalinización podría reconvertir estos montes en bosques espesos y frenar el avance del desierto hacia el sur de Chile. Fuentes: Wikipedia, Google Maps

La desalación no solo se ha constituido como una de las alternativas a las sequías y los crecimientos demográficos en zonas con pocos recursos, sino que también son el futuro de la llamada fertilización o forestación: la recuperación de la humedad y bosques en un terreno desertizado.

Cuando el agua se encuentra cerca pero es inaccesible

Abríamos el artículo diciendo que está en nuestra mano, en mano de los países occidentalizados y con una industria y tecnología desarrollada, la de dar servicios a comunidades que no cuentan con las herramientas necesarias para abastecerse de agua. Por tenerlo cerca, mencionamos alguno de los proyectos de responsabilidad corporativa de Ferrovial a Uganda y Colombia:

13 nuevos pozos en el distrito de Buyende

acceso agua potable distrito de buyende uganda buscando agua
El distrito de Buyende es una pequeña región de la República de Uganda. Lejos de ser la zona desértica que esperaríamos encontrar en África, pertenece a la región de los grandes lagos, y linda con el Kyoga. Sin embargo, la carencia de una red de saneamiento hace que sus habitantes beban agua sucia.

Ferrovial realizó una intervención en varias fases: la perforación de 13 nuevos pozos de agua limpio y bombeo manual (es una región no industrializada en la que el acceso a motores no es una opción); el trabajo de sensibilización y buenas prácticas en el uso del agua y la higiene; un órgano de autogobernanza para que puedan gestionar sus recursos; y nociones sobre el mantenimiento preventivo para que puedan cuidar de las nuevas infraestructuras.

Suministro de agua corriente en El Salado (Colombia)

En el año 2000, la región colombiana de El Salado sufrió una de sus mayores tragedias, y gran parte de la población huyó. Un año después, 200 familias volvieron para asentarse de nuevo, pero para entonces la red de agua había sufrido demasiados daños por abandono. El acceso a agua potable que poder beber y usar para higiene es necesario en la prevención de enfermedades.

En esta localidad, Ferrovial construirá un sistema de bombeo solar que funciona durante el día, independiente de la red eléctrica. Asimismo, se rehabilitará gran parte de la red de tuberías, con el objetivo de que las viviendas estén abastecidas de manera directa.

Ahora que somos técnicamente capaces de llevar agua potable a cualquier entorno cercano a una fuente de agua como acuíferos, ríos, mares e incluso océanos, y con la reducción en energía y recursos para estas infraestructuras que otorgan los avances tecnológicos, estamos por primera vez ante la posibilidad de no solo de erradicar la sed en el mundo, sino de reparar la desertificación del siglo pasado.

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