autopistas y carreteras modernas
Autovias

Las marcas viales en autopistas y carreteras: los orígenes

11 de mayo de 2018

Las marcas viales que ayudan a circular a los vehículos más ordenadamente por calles, autopistas y carreteras son casi tan antiguas como el propio automóvil. Pero curiosamente –con excepción de una anécdota del siglo XIII– los primeros vehículos a motor circularon durante décadas por calles y carreteras sin que hubiera marcas viales. Un siglo después el panorama ha cambiado mucho y hay marcas viales de todos los tipos, colores y señalética, que se diseñan con pinturas especiales: toda una ingeniería fruto de más de cien años de experiencia procedente de todas partes del mundo.

Antes de los coches a motor

Aunque las primeras señales viales de la historia proceden de los tiempos de la antigua Roma, aquellas señales eran básicamente tan solo hitos: piedras verticales que indicaban los destinos y las distancias. El llamado milliarium aureum marcó el centro de Roma; los millarios colocados en todos los rincones del imperio señalaban las distancias hasta ese punto de la capital, expresadas en millas romanas. Algunos de estos millarios pronto comenzaron a incluir sencillos pictogramas. Pero sobre el suelo de las calzadas no había ninguna marca visible, pues se viajaba a pie, a caballo o en carro y eso tampoco suponía un gran problema.

autopista sobre un lago

No está muy claro hasta qué punto es historia o leyenda, pero se dice que con motivo del primer año jubilar –celebrado en el 1300 de nuestra era– surgió también en Roma la primera marca vial: una línea continua longitudinal. El motivo fue que se congregaron allí 200.000 personas, lo cual suponía toda una masificación para las calzadas y caminos de la época. Por este motivo el Papa Bonifacio VIII ordenó que se pintara una línea separadora en medio de cada vía. Pero no se hizo para separar los dos sentidos de circulación, sino más bien para separar los medios de transporte: por un lados habían de circular los peatones, por el otro los caballos y carros.

Cuenta la historia –aunque sobre esto hay muchas teorías– que éste puede ser indirectamente el origen de que los coches circulen por la derecha: al parecer el Papa ordenó que las personas circularan por la derecha y los carros por la izquierda pues muchos carros iban guiados por el conductor montado en uno de los caballos – el de la izquierda. Pero siglos después se dice que Napoleón impondría la conducción de carros por la derecha «por llevar la contraria al Papa» – aunque es más probable que el cambio se debiera al tipo de carro usado. En Inglaterra en cambio otro tipo de carros más populares allí hacían que fuera más cómodo circular por la izquierda, costumbre que se extendió al resto del Imperio Británico y que perdura hasta nuestros días en muchos países del globo.

Cambio de siglo, nuevas ideas

Con la llegada de los automóviles a finales del siglo XIX tanto los coches como los carros (y bicicletas) compartieron vías durante décadas sin mayores problemas en cuanto a necesidades de señalización. La cada vez mayor velocidad de los automóviles, el vertiginoso aumento del parque móvil y también del número de carreteras –muchas con tramos peligrosos– pronto hicieron de las líneas horizontales una conveniencia, sino una necesidad.

conexiones de varias autopistas y carreteras

Aquí vuelven a entremezclarse un poco la historia y la leyenda, pero hay varios casos documentados de sus orígenes. En Estados Unidos la primera carretera en ser pintada fue una del condado de Wayne, en Michigan. Dicen que el responsable de mantenimiento de las vías públicas tuvo la idea de demarcar adecuadamente la calzada tras ver cómo caía un hilillo de leche de un camión de transporte. No está muy claro si esta sugerente versión fue del todo real o embellecida a posteriori, pero la existencia de la carretera con su demarcación en los bordes sí que está documentada sobre esa fecha.

Se dice también que en 1912 un médico de Palm Springs llamado Carroll estaba harto de visitar a sus pacientes teniendo que desplazarse por carreteras con tramos peligrosos. Ni corto ni perezoso tomó un bote de pintura blanca y pintó una mediana en las carreteras por las que solía hacer su ronda, de modo que fuera más fácil mantenerse a cada lado de la calzada. La idea entusiasmó a las gentes de lugar y pronto comenzó a replicarse en otros lugares.

carreteras enlazadas

Fuente: Unsplash / Autor: Denys Nevozhai

Michigan y California fueron también curiosamente los dos primeros estados en los que en 1917 se hizo obligatorio que hubiera una mediana pintada en las «carreteras principales» – lo que hoy en día serían nuestras autopistas y autovías. En lo que no se pusieron de acuerdo fue en el color: en unos sitios se usaba blanco, en otros amarillo; fue algo que no se unificaría hasta 1954. En Inglaterra –el otro país donde la popularidad del automóvil aumentaba rápidamente– se pintaron las primeras marcas viales en 1918, y para 1926 ya se estableció una normativa al respecto. (En España ha circulado como leyenda la historia de un tal Gómez Ibáñez de Albacete, quien se dice que comenzó a pintar los bordes de las carreteras en 1960, pero existen fotos muy anteriores donde se ven líneas horizontales en diversas vías públicas).

Las marcas viales de hoy en día

Hoy en día las marcas viales se utilizan en todo tipo de vías públicas: calles, carreteras, autopistas… Y además con una variedad de colores y señalética que ha ido evolucionando con el tiempo y estandarizándose según las normativas internacionales – tanto en aspecto como en otros detalles. Entre las curiosidades que se esconden tras este tipo de señalización están todas estas:

  • El blanco es el color principal, pero también las hay en amarillo e incluso en rojo (los dameros). También existe la pintura negra, que se utiliza para enmascarar las marcas viales de otros colores cuando deben ser ignoradas. Y en algunas ciudades se utiliza el verde y azul como demarcación para las plazas de aparcamiento.
  • La señalética incluye flechas, «cebreado» (zonas rayadas, donde no se puede entrar, estacionar o parar), señales de Stop, ceda el paso, límites de velocidad, textos informativos, pasos de cebra y otros.
  • La longitud de las líneas discontinuas varía según la velocidad media de la vía: tienen entre 2 y 5 metros y están separadas entre 5,5 y 12 metros. Curiosamente si se pregunta a los conductores por su tamaño muchos creen que estas líneas tienen uno o dos metros de longitud como máximo – debido a que el efecto de la velocidad al circular las hace parecer más cortas y juntas.
  • Aunque todos los países europeos tienden a respetar la Convención de Viena sobre Señalización Vial todavía existen algunas diferencias en las marcas viales de unos países a otros.

autopista sobre un puente sobre otra carretera

En cuanto a tecnología y materiales, las marcas viales actuales suelen ser reflectantes para mejorar su visibilidad. Se combina la pintura con compuestos antideslizantes (esferas de vidrio y áridos) para evitar que los peatones y motoristas puedan resbalar si hay lluvia o nieve. Los compuestos utilizados han de pasar pruebas de visibilidad diurna y nocturna bajo diversas condiciones (lluvia, niebla…) Además también pasan por «simuladores de desgaste» en los que se recrea el paso de vehículos, llegando hasta un máximo de 4 millones de «pasos de rueda». Si el control periódico de una carretera o autopista detecta marcas viales desgastadas que deben ser «repintadas» el proceso puede hacerse sobre las antiguas – o bien fresando y volviendo a pintar de nuevo.

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