El evento de los Oscar es un acto social que transciende el cine. Las películas oscarizadas suponen un reflejo de la realidad incluso cuando estas entran en el mundo de la ciencia ficción. ¿El motivo?
Estas películas se apoyan en escenarios e infraestructuras realistas y creíbles, que en ocasiones aporta un plus que define el film y le da papeletas para obtener la preciada estatuilla. Analizamos la infraestructura de las películas premiadas en los Oscar 2020. Sin spoilers, claro.
Joker: cómo construir un Gotham opresivo
“Todo lo que tengo son pensamientos negativos”, dice Arthur Fleck durante la película de Joker. Interpretado por Joaquin Phoenix, ganador del Oscar a mejor actor, Fleck es solo la mitad del puzle de una atmósfera opresiva. Gotham City (arriba) nunca fue una ciudad luminosa, ni amable. Pero, ¿cómo haces que una ciudad oscurezca?
Resulta imposible, casi inapropiado, dedicar solo unos párrafos a esta ciudad emblemática nacida en 1941 en el universo de DC Cómics. Pero en Joker todos los detalles han sido cuidados al máximo, inclusive hacer los edificios tan elevados que la luz del sol no alcance a tocar el suelo. ¿Cómo se construye una ciudad que solo genere pensamientos negativos?
Se ha hecho popular el hecho de que la película #Joker estuviera toda rodada sin usar pantallas croma. Lo cual es cierto. Pero eso no significa que no lleve trabajo de VFX digitales. Aquí un par de ejemplos de nuestro trabajo en este proyecto modificando escenarios.#VFZ #cine pic.twitter.com/ckMWzwf0zb
— Carolina Jiménez G. (@Okinfografia) January 30, 2020
Durante 2010-2014 el MIT desarrolló un programa llamado Place Pulse para determinar en qué ciudades nos sentíamos más seguros. Joker hace uso de todos aquellos elementos que nos hacen sentir mal: la ciudad no tiene un solo árbol, los edificios son muy altos, las aceras son estrechas y sucias, las interacciones sociales son escasas o dura, y todo está desvencijado.
La ciudad asfixia tanto que incluso las personas sin trastornos parecen estar perdidas y no hay luminaria que aporte luz al entorno. En su lugar, sus fotones parecen perderse antes de tiempo en una atmósfera tan cargada que lo único que tiene que aportar son sombras.
Los dos mundos urbanos de Parásitos
Parásitos, de Bong Joon Ho, está considerada la clara ganadora de los Oscar. Mejor película, mejor película internacional, mejor dirección y mejor guion original. Aunque, centrados en este guion y en los personajes, nos perdemos lo acertado de los escenarios. ¿Puede mostrar una película la desigualdad social a través de la edificación?
En la película podemos observar dos familias, una pobre en los suburbios y una rica en una zona apartada pero urbana, así como una serie de características arquitectónicas que llaman mucho la atención, como la presencia del tendido de cables (abajo). Este tendido externo en forma de telaraña de cables de luz y telefonía es una característica de los barrios más pobres del mundo, como las favelas.
Estos aparecen en un urbanismo no planificado en el que las casas se construyen unas sobre otras, sin control. La iluminación brilla por su ausencia, así como los espacios abiertos. Al otro lado del espectro arquitectónico, la familia adinerada vive en un barrio amplio con acceso de vehículos privados en la puerta, un jardín arbolado en su vivienda unifamiliar y amplias estancias luminosas en ella.
Caos versus calma. El choque cultural presentado en Parásitos va más allá del mero capital reunido por ambas familias. La forma de contraponer los entornos urbanos y mostrar las desigualdades entre personajes son manifiestas y acertadas. Desde la comida de los personajes al control horario y el orden, pero con foco en el urbanismo del cual una de las dos familias no puede desprenderse. Somos la ciudad que pisamos, para bien o para mal.
El irlandés y Le Mans ’66: reconstruir el pasado
Tanto El irlandés, ambientada en la Filadelfia de 1950-1975, como Le Mans ’66, en la comuna francesa de 1966; han sido grandes nominadas a los Oscar. Aunque solo Le Mans ’66 se ha llevado varios (al mejor montaje y a la mejor edición de sonido). ¿Y qué hay del Oscar a la mejor recreación histórica?
No resulta sencillo dar marcha atrás en una ciudad y reconstruir no solo sus calles, autopistas y elementos públicos. El Irlandés acumula sets de Filadelfia y Detroit, pero también de interiores tales como restaurantes, bares, boleras y hoteles, todos construidos con un detalle exquisito.
Algo similar, con foco en ambientes de exterior e industriales, ocurre en Le Mans ’66. En esta película podemos ver algo particularmente interesante respecto a la construcción y la ingeniería: una cadena de montaje de vehículos hoy clásicos totalmente restaurada. Al menos en lo que a VFX y efectos visuales se trata, por supuesto.
Le Mans ’66 nos transporta a un tiempo y escenario en el que la ingeniería tuvo un papel crucial. La rivalidad entre Ferrari y Ford, y sus respectivos motores, ha formado parte del tira y afloja en un gran número de competiciones durante décadas, con ambos países de origen (Italia y EEUU) como estandartes de la lucha.
Y lo cierto es que el film sabe mostrar la carrera a largo plazo entre ambas firmas. Recreaciones similares observamos en Érase una vez en… Hollywood, elogiada por su ambientación precisa de Los Ángeles en los años 60.
1917: cuando la infraestructura te protege de las balas
1917 se ha llevado el Oscar a la mejor fotografía, lo que no supuso ninguna sorpresa. La película bélica, ambientada en la Primera Guerra Mundial, recorre el norte de Francia durante la primavera de 1917. En su camino, los protagonistas atraviesan un número importante de infraestructuras, quizá no en las mejores condiciones.
Búnkeres abandonados, trincheras, edificios a punto de caer, ciudades en las que no quedan tejados, patios de fábrica, e incluso algún granero de madera. ¿Por qué resulta interesante? Porque casi todas estas estructuras reciben impactos, son víctimas del fuego o se encuentran sometidas a duras condiciones; y la realización visual de un estado realista da en el clavo en todas.
Aciertan en el modo en que se hunde un tejado, en la forma en que se quema un búnker y cómo se desploma su estructura, en cómo aguanta un patio con pórticos cuando es bombardeado, en la forma que obtiene un puente desfigurado por los disparos e incluso la forma en la que arde un granero.
El proceso de documentación técnico debió suponer un trabajo arduo, y el resultado es una película creíble en la que el acero se dobla y retuerce de forma realista por el calor. A menudo estos detalles sobre las películas permanecen inadvertidos: es la muestra de que han sido trabajados.
Imágenes | Youtube
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