Roque House

Bousillage: una especialidad de construcción de Luisiana

17 de junio de 2020

La construcción con barro es uno de los métodos de construcción más antiguos de la humanidad, que se puede encontrar en todo el mundo. Desde las primeras civilizaciones, siempre se han buscado técnicas de construcción a base de materiales locales mezclados para formar un compuesto de barro o arcilla. Desde el Zigurat de Ur o algunas partes de la Gran Muralla China, hasta Joya de Cerén, una aldea conservada en El Salvador que data del año 900 a.C., las diferentes técnicas de construcción con barro son un fiel reflejo de los lugares y culturas donde se utilizaron.

El bousillage, una técnica de construcción a base de barro mezclado con fibras que se utiliza para rellenar paredes, es un método de construcción que se encuentra en todas las zonas colonizadas por los franceses.

Las catedráticas Laura Ewen Blokker y Heather A. Knight definen el bousillage, tal como ha evolucionado en la Luisiana colonial, como una construcción con barro que “utiliza una mezcla de tierra templada y musgo español (Tillandsia usneoides) que se aplica como relleno sobre las duelas entre los postes de una estructura de madera (colombage)”.

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Imagen: Bousillage dentro de una pared abierta. La fotografía fue tomada en el proyecto de reconstrucción de la casa Kleinpeter © Michelle Brenner Shoriak

Como técnica específica de Luisiana, el bousillage refleja perfectamente la criollización de las culturas que se mezclaron allí desde finales del siglo XVIII. Si bien la construcción con barro existe en todas partes, la combinación de las culturas nativas americanas, acadianas francesas y africanas occidentales presentes en la Luisiana colonial dio lugar a una técnica local llamada bousillage que no se encuentra en ninguna otra parte del mundo.

Y aunque el bousillage dejó de utilizarse como método principal de construcción, los expertos locales siguen innovando como parte de los proyectos de restauración que se están llevando a cabo en los numerosos edificios construidos con paredes de bousillage que aún quedan en Luisiana.

Breve historia acerca del desarrollo del bousillage en Luisiana

Cuando los acadianos franceses fueron expulsados de Nueva Escocia, muchos se trasladaron al nuevo territorio controlado por los franceses: la Luisiana colonial. Los acadianos se llevaron consigo su técnica del bousillage, así como su experiencia trabajando la madera y su concepción de las estructuras de madera.

Se percataron de que los nativos americanos, que tenían sus propios métodos de construcción con barro, usaban una planta local dominante, el musgo español, en su mezcla. Una de las ventajas de construir con barro es la facilidad con que se dispone de los materiales necesarios. Tras observar el uso que hacían de la planta los nativos americanos, los acadianos también empezaron a usarla en sus mezclas de barro. De hecho, el uso de musgo español como fibra para reforzar y unir el material de relleno es uno de los aspectos más característicos del bousillage.

Según los estudios realizados por Blokker y Knight, el bousillage lleva utilizándose en Luisiana desde 1700 y se ha mantenido como una técnica de construcción común a lo largo de los primeros años del siglo XX. La longevidad del uso de este método explica en parte lo notable que es el bousillage en la historia arquitectónica y cultural de Luisiana. Hay otras formas de bousillage documentadas en otros lugares de América del Norte y el Caribe. Sin embargo, fuera de Luisiana solo se utilizó durante un corto periodo de tiempo.

Es posible que el bousillage continuara siendo popular en Luisiana debido a sus propiedades térmicas que mantenían los interiores frescos y secos en el verano y cálidos en el invierno. La solidez de las paredes de bousillage también se puede considerar una ventaja teniendo en cuenta los huracanes y tormentas de la zona. Además, el estilo arquitectónico criollo más característico consiste en construir una rez de chaussée (planta baja) de ladrillo y usar el bousillage para las paredes de la premiere étage (primera planta). Este patrón mantenía las paredes de bousillage alejadas del suelo, permitiendo que el aire circulara por debajo de ellas y protegiéndolas de las inundaciones.

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Imagen: Casa Roque © scrambler390

La casa Roque es uno de los edificios más antiguos que se conservan con paredes de bousillage en la planta baja. Construida en 1803, la casa Badin-Roque es una casa de una planta construida por un esclavo llamado Yves. Construyó la casa junto al río Cane, en la parroquia de Natchitoches, usando madera de ciprés y relleno de bousillage. Actualmente, la casa se ha trasladado al centro de Natchitoches, también junto al río Cane. Fue restaurada por la Fundación Histórica de Natchitoches, aunque algunas partes se destruyeron durante el traslado. La casa Prudhomme-Roquier (1806), también en Natchitoches, es poco usual porque utiliza paredes de bousillage tanto en la planta baja como en la primera planta.

Imagen: Casa Prudhomme Roquier © scrambler390

Blokker y Knight sugieren que la longevidad de la técnica del bousillage también puede atribuirse a la presencia de africanos occidentales y sus descendientes en la zona, que “dominaban el oficio de la construcción desde principios del siglo XVIII”. Dado que en África Occidental existía una técnica de construcción con barro similar, el bajareque, las profesoras sugieren que el hecho de que estuvieran familiarizados con la construcción con barro “podría haber prolongado la popularidad del bousillage en Luisiana”.

Uso y restauración del bousillage en la actualidad

La parroquia de Natchitoches, en el centro de Luisiana, es el epicentro de los edificios de bousillage que existen actualmente. Además de las casas Roque y Prudhomme-Roquier, se pueden visitar muchos otros ejemplos de construcción con bousillage.

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Imagen: Plantación de Oakland © Natchitoches Convention and Visitors Bureau

La Plantación de Oakland, en la parroquia de Natchitoches, se construyó a finales del siglo XVIII. Contiene la mayor cantidad de estructuras construidas con bousillage en una sola propiedad, desde la casa principal hasta las cabañas de los inquilinos y los almacenes. La casa principal de la cercana Plantación de Melrose, construida en 1832, conserva el típico estilo criollo de rez de chaussée de ladrillo y bousillage en la premiere étage.

A las afueras de Natchitoches se encuentra uno de los mayores proyectos de restauración de bousillage. La casa Kleinpeter, en la parroquia de Baton Rouge, es una casa de 200 años que sigue siendo propiedad de la familia que la construyó. Tiene muchas características de la arquitectura criolla clásica, como la planta asimétrica sin pasillos y las paredes de bousillage.

Tras sufrir un grave deterioro, la casa Kleinpeter se sometió a un proyecto de restauración de dos años iniciado en 2015. Llevar a cabo una restauración respetuosa con la historia significaba encontrar a alguien con experiencia en bousillage. La empresa de restauración que trabajaba en la casa, Staub Window Restoration (SWR), contó con Dale Pierrottie, un experto local en bousillage. Para restaurar las paredes de la casa, Pierrottie y un equipo de SWR tuvieron que mezclar y dar forma a nuevos torchis, las secciones de barro en forma de pan que se envuelven alrededor de las tablillas de madera colocadas entre las duelas del mismo material.

Uno de los principales retos de la restauración con bousillage es crear la mezcla correcta de barro y musgo español. Actualmente, el sentido común nos dice que el musgo español debe curarse antes de mezclarse con el barro. En base a sus investigaciones, que incluyen tanto el análisis cualitativo de antiguas muestras de bousillage de todo el estado como la revisión de la historia, Blokker y Knight sostienen que es muy probable que no se utilizara la curación en el bousillage inicial.

Sin embargo, los profesionales del bousillage de la actualidad, incluido Pierrottie, consideran que el musgo español curado mejora la calidad de la mezcla de relleno. Como el bousillage se utilizó durante tanto tiempo, lo lógico es que haya evolucionado. Los antiguos métodos de curación implicaban enterrar el musgo español durante largos periodos de tiempo. Como esto no es viable en un proyecto de restauración del siglo XXI, en su lugar, Pierrottie hierve el musgo español para prepararlo rápidamente para la mezcla.

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Imagen: Casa Melrose Main © Elisa Silverman

Sin embargo, preparar la mezcla correcta va más allá de encontrar la forma adecuada de curar el musgo español. La directora de operaciones y especialista en restauración de SWR, Michelle Brenner, explica:

“El bousillage es un proceso intrincado. Dale debía controlar que hubiera suficiente agua, musgo o barro mientras mezclaba los materiales. La proporción importa mucho cuando se hace el torchis que se coloca sobre el barreaux; si la mezcla está demasiado húmeda o seca, no se pegará y la pared no se curará correctamente”.

Otra gran dificultad es lo exigente que es, a nivel físico, preparar y colocar el torchis. Para que la mezcla de barro y musgo español tenga la consistencia adecuada es necesario pisar la mezcla, igual que cuando se pisan las uvas para hacer vino, pero debe quedar más compactada y resistente. Luego está el trabajo de llevar el gran y pesado torchis hasta las paredes para su instalación.

Todas estas dificultades son las que hacen que la restauración del bousillage tenga un coste prohibitivo, especialmente cuando se trata de proyectos de restauración privados. El Centro de Comercio para la Preservación Histórica forma trabajadores para mantener vivo el conocimiento del bousillage, pero trabajan en estructuras de propiedad pública.

Por fortuna, el bousillage cuenta cada vez con más apoyo en las esferas pública y privada, individual e institucional, académica y comercial; lo que ayudará a que este curioso y particular método de construcción siga formando parte del paisaje de Luisiana.

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