Hemos descubierto que los humanos somos muy vulnerables a ciertos invasores que tienen la extraordinaria capacidad de pasar de un huésped a otro sin ser vistos. Pero ahora que sabemos que el coronavirus viaja en las microgotas respiratorias, podemos desarrollar soluciones efectivas para reducir sustancialmente el riesgo de contagio.
El tamaño del coronavirus es inferior a 0,5 µm (0,0005 milímetros), pero sale de nuestro cuerpo en el interior de aerosoles (o microgotas) que poseen un tamaño de 10 µm y, aunque no podemos verlas a simple vista, podemos atraparlas y eliminarlas de distintas formas. El primer filtro que debemos aplicar es la mascarilla, que evitará que la mayoría de las partículas se esparzan solo si se usa correctamente.
La calidad del aire dentro de un avión
Existe la creencia común de que los viajes en avión no son un entorno seguro para el contagio del coronavirus. Es obvio que pasar un largo período de tiempo con muchas personas en un espacio reducido puede aumentar el riesgo, pero el avión proporciona un entorno seguro, no comparable con otros medios de transporte. Según un estudio del Harvard T.H. Chan School of Public Health, dentro de un avión, si todos usan mascarilla, la probabilidad de infectarse es casi nula. Esta conclusión procede del análisis de 300 pruebas realizadas recientemente por el Comando de Transporte de EE. UU. Los experimentos se llevaron a cabo con maniquíes sensorizados a bordo de grandes aviones que volaban dentro del país.
La calidad del aire dentro de un avión es equivalente a la del quirófano de un hospital. El aire se renueva por completo cada tres minutos y pasa a través de filtros HEPA (del inglés High Efficiency Particulate Air), que atrapan el 99 % de las partículas. Por lo tanto, los sistemas de ventilación de los aviones evitan que los virus alcancen altas concentraciones durante un período prolongado.
¿Y los aeropuertos?
Como parte del viaje, los pasajeros pasan una cantidad considerable de tiempo en los aeropuertos. Los sistemas de ventilación de estos edificios poseen un alto grado de complejidad al tratarse de espacios muy grandes con una enorme afluencia de personas. Aunque los edificios de las terminales no se diseñaron con el coronavirus en mente, se han adaptado para proporcionar un entorno seguro en cuanto a calidad del aire y limpieza de superficies.
El avión siempre ha sido y seguirá siendo el medio de transporte más seguro.
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