proyecto Tideway
Tuneles

Un túnel para mejorar Londres: ¿qué hace diferente al proyecto Tideway?

19 de febrero de 2021

Mientras las calles de Londres continúan con su ajetreo, su tráfico y su incesante ir y venir de personas, desde el proyecto Tideway avanzamos para transformar la ciudad bajo su superficie: a través de su alcantarillado.

La construcción de un nuevo sistema de saneamiento permitirá evitar que millones de toneladas de aguas residuales acaben en el río Támesis cada año. Además, creará nuevos espacios verdes y de ocio en el paseo del río y reducirá los niveles de contaminación de la ciudad.

Se espera que para 2025, el proyecto Tideway haya transformado la forma en que vivimos y disfrutamos Londres. Sin embargo, no es necesario esperar hasta esa fecha para generar un cambio. La ejecución de las obras se realiza de manera sostenible y, por lo tanto, desde un principio existe un impacto positivo en la ciudad y el medioambiente.

Los problemas de un sistema desbordado

La ciudad de Londres sigue utilizando, todavía hoy, un sistema de saneamiento construido a mediados de siglo XIX y diseñado para dar servicio a una urbe de cuatro millones de personas. Por aquel entonces, Londres sumaba dos millones de habitantes, y las autoridades a cargo del diseño solamente se imaginaban que esta cifra podría llegar a doblarse.

Lo que seguramente no pensaron es que el sistema seguiría en pleno funcionamiento 150 años después y que, en el año 2021, Londres sería el hogar de más de ocho millones de personas. Con tal cantidad de habitantes, el sistema de saneamiento ha quedado obsoleto y se ve a menudo desbordado y sobrecargado.

Para entender mejor este problema es necesario conocer cómo funciona este sistema. Al contrario de lo que sucede en España, el saneamiento de Londres transporta en conjunto las aguas de la lluvia y las aguas negras. Cuando llueve, el agua que se precipita por las alcantarillas de las calles se une a toda aquella que proviene de las viviendas y las industrias, llegando a desbordar el sistema de saneamiento. En estos casos, el agua se escapa por unos aliviaderos que funcionan como vías de escape, yendo a parar al río.

Hoy en día y con ocho millones de personas en la ciudad, esta sobrecarga es algo frecuente. El sistema de saneamiento echa aguas negras al río de forma habitual, dañando el medioambiente y los ecosistemas del río, contaminando y generando mal olor.

Obras para un nuevo saneamiento

Para poner fin a esta situación, desde Ferrovial participamos en la construcción de un gran túnel bajo el Támesis que deje atrás este antiguo sistema y garantice que las aguas residuales no vuelvan a terminar en el río. Una vez terminado, tendrá una longitud de 25 kilómetros y un diámetro más ancho que el de la esfera del reloj más famoso de Londres, el Big Ben.

Con este túnel seremos capaces de interceptar las aguas residuales y pluviales y trasladarlas a una planta de tratamiento fuera de la ciudad. Estas viajarán impulsadas por gravedad por él, a profundidades de entre 30 y 60 metros, por debajo del cauce del río.

Las obras están divididas en tres partes, que cubren el paso del Támesis por Londres. Desde Ferrovial nos encargamos de la parte central, un total de 12 kilómetros y medio. Nuestro trabajo aquí se centra en ocho obras que interceptan y redirigen las aguas del sistema actual hacia el nuevo, siendo estas obras interconectadas por el túnel principal.

Evitar que estas aguas residuales lleguen al río tendrá un gran impacto en la ciudad, ya que reducirá la contaminación. Además, estas obras transformarán la arquitectura alrededor del Támesis: en las zonas próximas al río donde interceptamos el antiguo saneamiento, creamos en el río compartimentos estancos que posteriormente se convertirán en parques y zonas verdes a altura de calle.

Los londinenses hacen mucha vida alrededor del Támesis: hay muchos bares, restaurantes y empresas a lo largo de sus orillas. Tener un río más limpio y con más zonas verdes a su alrededor ayudará a que sea más accesible y se pueda disfrutar aún más.

Una logística más verde

Uno de los aspectos que marcan la diferencia en las obras de Tideway es el esfuerzo por reducir su impacto en el medioambiente. Aprovechando que cerca del 90 % de las obras se realizan en la zona del río, hacemos uso de barcos para retirar todo el material resultante de las excavaciones.

Esto permite reducir el uso de camiones, mucho más contaminantes, y también el número de viajes. Calculamos que, gracias al uso de los barcos, hemos llegado a reducir un 90 % las emisiones de dióxido de carbono (CO2), un 86 % las de dióxido de nitrógeno (NO2) y más de un 50 % las de óxido de nitrógeno (NOx). Además, el año pasado llegamos a evitar 200 camiones al día circulando por Londres.

Esto es especialmente significativo en una ciudad con tanta densidad de tráfico. La solución hace las calles más seguras, más limpias y más agradables para los londinenses. Tres puntos que coinciden, en definitiva, con el objetivo final del proyecto Tideway.

Todavía no hay comentarios