¿Puede un camión luchar contra el cambio climático y hacernos más felices?
10 de marzo de 2021
Filadelfia es conocida por su sándwich de carne y queso fundido y por la escalinata en la que se fraguó el regreso de Rocky Balboa. También por haber sido la primera capital de Estados Unidos. Pero Philly, una de las ciudades con mayor densidad de población del país, es además una de las urbes con más cantidad de zonas verdes. De hecho, un 13,5% de su superficie está reservada a parques. Y el último en construirse llegó montado en un camión.
Filadelfia tiene cerca de 40.000 parcelas vacías en sus calles, espacios sin uso tomados por la maleza. Desde hace un par de años, cualquiera puede coger el teléfono o enviar un email y hacer que esos rincones abandonados se conviertan en un parque en un abrir y cerrar de ojos.
El proyecto Park in a Truck, desarrollado desde la Universidad Thomas Jefferson, tiene un objetivo tan sencillo como ambicioso. Mejorar la calidad de vida de los vecinos mediante espacios verdes y, de paso, reforzar la biodiversidad y minimizar los efectos del cambio climático. Pero quieren hacerlo poco a poco, parcela a parcela.
Barrios saludables, resilientes y equitativos
La idea llevaba tiempo dando vueltas en la cabeza de Kim Douglas, directora del programa de arquitectura del paisaje y del laboratorio de innovación urbana en la universidad estadounidense. ¿No sería posible rehabilitar todos los espacios vacíos de la ciudad para cambiar la vida de los barrios? Sin embargo, durante años, todo parecían barreras: costes, burocracia, bajo compromiso de la comunidad… Había que probar un proceso diferente, y ahí es donde entró en juego Drew Harris, profesor de salud comunitaria.
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Entre ambos, y con la ayuda de un equipo multidisciplinar de alumnos, empezaron a dar forma al proyecto Park in a Truck en 2018. Querían crear una red de pequeños parques por toda la ciudad, zonas verdes que embelleciesen los barrios al tiempo que aportasen oportunidades económicas para la comunidad. Además, el diseño, la construcción y el mantenimiento de los parques tenía que ser tarea de cada barrio. Es decir, con un solo parque podían crear barrios más saludables, resilientes y equitativos.
“Podíamos mejorar significativamente la salud de los barrios al construir espacios verdes”, explica Drew Harris. “Los datos así lo mostraban. Construyes un parque y reduces la violencia en el área de forma inmediata y mejoras los resultados de salud mental”.
El resultado fue una especie de IKEA para parques. Los vecinos solicitan Park in a Truck. Eligen qué tipo de zona verde quieren y qué elementos quieren que la compongan. Todo se carga en un camión y se envía hasta el barrio seleccionado. Allí, los vecinos participan en la construcción del parque asistidos por voluntarios del equipo de Park in a Truck. De hecho, la asistencia se mantiene durante todo el proceso, desde el momento de desarrollar la idea y encontrar fondos para llevarla a cabo hasta la hora de diseñar el mantenimiento.
Por ahora, cuentan con cuatro diseños principales, aunque son personalizables: un parque para reforzar la comunidad artística local, un parque de plantas comestibles, un parque para relajarse y un parque más salvaje en el que experimentar la naturaleza. Pero, ¿cuál es el poder real de una zona verde urbana?
Así son los diseños del proyecto Park in a Truck. / Universidad Thomas Jefferson
Urbanismo de la salud y el medioambiente
“Uno de los mejores indicadores globales de la salubridad de una ciudad es la calidad del aire. Eso es así porque los niveles de contaminación del aire suelen ser bajos en las ciudades bien planificadas que cuentan con buenos sistemas de transporte, calles transitables por peatones y amplios espacios verdes que purifican el aire”, explica María Neira, directora del Departamento de Salud Pública, Medio Ambiente y Determinantes Sociales de la Salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Sin embargo, ocho de cada 10 ciudades en el mundo superan los límites de mala calidad del aire establecidos por la OMS y un 50% de las urbes los triplica. Esto tiene un impacto directo en la salud (cada año se registran siete millones de muertes consecuencia de la contaminación atmosférica) y en el medioambiente. ¿Y qué puede hacer un solo parque frente a este desafío? Según la organización de las Naciones Unidas, existe evidencia suficiente como para afirmar que las zonas verdes en las ciudades tienen los siguientes beneficios.
- Mejoran la salud mental y las habilidades cognitivas de las personas, independientemente de su género o de su grupo social.
- Reducen los riesgos de sufrir enfermedades cardiovasculares. En particular, el uso de parques urbanos influye directamente en la reducción del impacto de enfermedades coronarias e infartos.
- Reducen la prevalencia de diabetes tipo 2, un tipo de diabetes muy ligado al estilo de vida y que puede mantenerse bajo control con hábitos saludables, buena alimentación y ejercicio regular.
- Mejoran la salud de las mujeres embarazadas y los recién nacidos. Sobre todo, se ha encontrado relación directa con el peso de los neonatos, un indicador habitual de salud comunitaria.
- Reducen de forma general de la mortalidad. Las personas que tienen accesos a zonas verdes tienen mejor salud, hacen más ejercicio y tienen acceso a aire de más calidad.
- Minimizan los impactos del cambio climático y, en particular, de las olas de calor.
- Reducen de las emisiones de gases de efecto invernadero en la zona.
- Refuerzan la biodiversidad de los ecosistemas urbanos.
- Mejoran el drenaje de las zonas en las que se ubican y crean áreas más resistentes a tormentas e inundaciones.
Y la lista sigue. Más oportunidades económicas, mayor igualdad socioeconómica, aumento de la salud y la productividad de los trabajadores, embellecimiento urbano… Todos ellos elementos de gran importancia para construir ciudades más felices y más sostenibles. Elementos que, al menos en Filadelfia, caben dentro de un camión.
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