Si aumentar el número de carriles en una autopista muy transitada y céntrica de Washington D.C. ya es de por sí una tarea complicada, imagine lo que es llevar a cabo las obras en un trayecto en pleno funcionamiento con hasta 200.000 vehículos pasando a toda velocidad cada día, cada uno de ellos a una velocidad media de 110 kilómetros por hora. Si a esto le añadimos el trabajo nocturno con plazos ajustados y unas condiciones meteorológicas con frecuencia extremas, puede hacerse una idea de los retos diarios a los que tiene que enfrentarse el brillante y tenaz equipo que está llevando a cabo el Transform I-66 Outside the Beltway project.
Debido a la envergadura del proyecto, las obras de la autopista se han dividido en tres tramos, cada uno de ellos con tres subtramos. Como uno de los directores de proyecto principales, soy responsable de supervisar el subtramo 2C y dirijo un equipo de nueve personas. Mi ambicioso y muy competente subdirector de proyecto, David Kennedy, se incorporó al proyecto apenas un par de meses después que yo, en el verano de 2018, y en la génesis de la construcción. Nuestro viaje hasta ahora ha sido largo y desafiante, pero también ha sido alegre y satisfactorio ver que los planes se hacen realidad y saber que el proyecto aportará numerosos beneficios tanto a la comunidad vecina como a los viajeros.
Por qué el trabajo merece la pena
Con una fecha de finalización fijada para diciembre de 2022, los 10 carriles adicionales proporcionarán a los viajeros unas mejoras muy necesarias, como una reducción de los tiempos de viaje, mayor seguridad vial, posibilidades de desplazamiento más sostenibles, nuevas vías de tránsito y servicios de autobús actualizados.
Hoy en día, los conductores sufren entre 8 y 10 horas de atascos, por lo que la autopista inteligente también contará con otras mejoras tecnológicas, cada una de ellas seleccionada y diseñada específicamente para reducir el tráfico. Esto se logrará principalmente mediante el uso de carriles de peaje.
Al igual que cualquier proyecto importante, la Transformación de la I-66 no está exenta de desafíos y tribulaciones, algunos de los cuales expondré aquí; pero también es importante destacar los numerosos aspectos positivos de mi función.
Desafío 1: proyecto sencillo, proceso complejo
No es que la infraestructura que estamos construyendo sea algo inusual, ni tiene un diseño especialmente problemático. En cambio, su complejidad radica en la gran envergadura de los programas, el número de componentes simbióticos y las relaciones críticas que deben entablarse constantemente si queremos garantizar que todo el proyecto se desarrolle con la mayor fluidez posible.
Trabajamos en una zona muy poblada; el número de habitantes de Washington es actualmente de algo más de 5.300.000. Según el censo de 2020, el crecimiento de la población de Washington DC casi se había triplicado desde 2010, una tendencia al alza que probablemente continuará. Asimismo, mi equipo está llevando a cabo el plan de Transformación de la I-66 ante el gran problema de una autopista operativa con tráfico activo en el corazón de la capital estadounidense, así que, obviamente, es de muy alto perfil. Además, al igual que nosotros, muchos organismos externos tienen interés en seguir de cerca nuestros progresos y ver que el proyecto no solo se completa con éxito, sino también a tiempo.
Uno de nuestros principales objetivos a lo largo de este proyecto ha sido mantener las interrupciones de tráfico al mínimo. Para ello, hemos trabajado muy estrechamente con el Departamento de Transporte de Virginia (VDOT) para ayudar a garantizar que cumplimos sus meticulosas normas y rigurosos requisitos, que contamos con medidas seguras para mantener la seguridad del público y del personal de la obra en todo momento y que solo se cierran los carriles cuando es absolutamente necesario y, siempre que sea posible, solo por la noche.
Situada en una zona próspera y en rápida expansión, el corredor de la I-66 está rodeado de un gran número de proyectos de construcción en curso. Este hecho nos ha planteado nuevos retos, ya que ha dado lugar a un mercado muy competitivo en cuanto a materiales y a una notable reducción de los recursos laborales disponibles. Para combatirlo, nos hemos vuelto mucho más autosuficientes, asumiendo muchos más aspectos del proyecto que antes y realizando el trabajo «internamente» cuando es posible. Abandonar la vía tradicional de los subcontratistas no solo nos ha permitido aprovechar nuevas oportunidades, sino también ampliar nuestro conjunto de competencias, lo que nos permitirá desarrollar otras áreas de especialización que podremos utilizar en futuros proyectos.
Desafío 2: logística de instalación de vigas de 53 m de largo
Como era de esperar en este proyecto faraónico, nos hemos enfrentado y seguimos haciendo frente a importantes retos logísticos. Esto se hizo especialmente patente durante la entrega e instalación de las vigas. Debido a su tamaño, peso y longitud de hasta 53 m, las vigas que necesitábamos para ampliar la autopista se consideraban una súper mega carga. Por ello, para cada viaje necesitábamos un permiso específico y solo podíamos transportar dos vigas por noche. Sin embargo, nuestro increíble equipo mantuvo el proyecto en marcha, instalando las 105 vigas en poco más de dos meses.
Por desgracia, estas obras también coincidieron con el periodo más frío del invierno, con condiciones de frío extremo, temperaturas muy por debajo de la media y constantes alertas meteorológicas en los medios de comunicación. A pesar de ello, el equipo de construcción siguió adelante y completó la tarea, cumpliendo con la fecha límite de marzo de 2021, y estoy asombrado de lo que consiguieron en tan poco tiempo. Trabajaron noche tras noche en condiciones meteorológicas peligrosas, suspendidos a 9 m del suelo mientras luchaban contra el frío, el viento y el hielo, demostrando un gran compromiso, habilidad y dedicación para terminar el trabajo. ¡Estoy muy orgulloso de lo que han conseguido y no encuentro palabras para agradecérselo lo suficiente!
Desafío 3: estableciendo relaciones
Mantener una buena relación de trabajo con los equipos internos y los socios externos es una parte integral de lo que hacemos. Ha sido un proyecto verdaderamente colaborativo en el que han participado numerosas agencias, empresas y subcontratistas, por lo que hemos tenido que negociar con muchas partes interesadas en cada etapa, así como informarles y ponerles al día.
Por ejemplo, solo para las vigas tratamos con el VDOT para gestionar los cierres de carriles, con los proveedores de vigas para acordar los calendarios de fabricación y envío, con el Departamento de Vehículos a Motor de Virginia para la organización de todos los permisos de transporte, con Webber para la construcción del puente, y con nuestra propia Oficina Técnica de Construcción, que nos apoyó cuando surgieron problemas inesperados y organizó las aprobaciones de alteración de los desvíos.
Hemos mantenido numerosas conversaciones a diario con todos estos grupos y organizaciones y, aunque ya hemos completado la instalación de las vigas (fase 1), el número de personas y organizaciones que hay que coordinar o consultar sigue siendo igual de amplio en el paso a la fase 2.
La recompensa: cambios reales para personas reales
Aunque, por supuesto, hacemos todo lo que está en nuestras manos para minimizar los retrasos durante las obras de la autopista, entendemos perfectamente que algunos viajeros y vecinos a veces puedan sentirse frustrados debido a los cierres de carriles y demás. La «Transformación de la 66» podría compararse con un rompecabezas de mil piezas que los conductores miran y se preguntan qué diablos está pasando. Pero cuando unimos todas las piezas y todos los elementos encajan en su sitio, pueden ver la imagen completa.
Es difícil transmitir lo emocionante que ha sido formar parte de este viaje. A medida que se van reabriendo tramos de la autopista, la reducción de los tiempos de viaje y los beneficios para los viajeros son visibles desde el primer momento. Esto proporciona un feedback inmediato y positivo para mi equipo. Me parece fascinante poder convertir lo que antes era un conjunto de dibujos en algo tangible, ver cómo se altera el paisaje físico y observar cómo estas nuevas estructuras provocan cambios reales en la vida de personas reales. Eso es lo que hace que este proyecto sea tan increíble, y que cada desafío merezca la pena.
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