El 28 de enero celebramos el Día Europeo de la Protección de Datos, un día para llamar la atención sobre la importancia que tiene, y cada vez más en el entorno digital en el que vivimos, la protección de los datos personales.
Todas las personas contamos con el derecho fundamental a la protección de nuestros datos personales, el cual nos permite conocer, controlar y decidir qué se hace con aquella información que nos puede llegar a identificar como individuos, bien sea de forma directa o indirecta. Sin embargo, es posible que cada vez con más frecuencia percibamos que ese control se nos escapa.
En nuestro día a día, el tratamiento de datos personales se encuentra muy presente, y existen normas que establecen obligaciones específicas para el tratamiento que pueden realizar las organizaciones sobre nuestros datos personales.
Todos tratamos datos de otras personas, no solo las empresas y organizaciones, sino también nosotros como individuos en nuestro día a día (por ejemplo, al desempeñar nuestro trabajo o realizar otras actividades en nuestro tiempo libre) y, a la vez, nuestros datos son tratados por múltiples organizaciones, sus empleados y por otras personas en su ámbito privado de actividad.
Por ejemplo, cuando navegamos por internet (realizando compras o siendo usuarios de redes sociales), cuando viajamos y organizamos una actividad, cuando participamos en actividades en grupo o cuando buscamos trabajo y nos relacionamos con otras compañías.
¿Por qué es importante proteger los datos personales?
Existen múltiples tipologías de datos personales, que en función de las circunstancias pueden revestir distintos niveles de sensibilidad para sus titulares: desde datos generalmente conocidos, como nuestro nombre y apellidos, a datos de mayor sensibilidad e intimidad, como datos sobre nuestro estado de salud o nuestros patrones de actividad y preferencias.
Protegerlos, sin importar la consideración previa que se dé a su sensibilidad, es muy importante para evitar que un uso indebido de los mismos derive en un perjuicio para las personas, y es que una filtración de nuestros datos, bien sea intencionada o no, puede conducir a su uso con fines desconocidos y potencialmente dañinos, tales como por ejemplo:
- (i) la localización y seguimiento de una persona, pudiendo ubicarla físicamente en un momento determinado;
- (ii) la asociación de múltiples datos y registros, obtenidos de distintas fuentes, llegando a conocer un perfil detallado de la persona y prediciendo su comportamiento ante distintas situaciones que se le puedan plantear; o
- (iii) ser víctima de acciones lesivas para el individuo que pudieran ocasionar un daño económico o reputacional, como el robo de datos de su tarjeta bancaria o la suplantación de su identidad en la contratación y compra de bienes y servicios, o vinculación de la persona con circunstancias o servicios que supongan una lesión a su honor o a su propia imagen.
¿Qué puedo hacer para proteger mis datos y los de otros?
- Infórmate → controla a quién comunicas tus datos y, al hacerlo, consulta la información acerca del tratamiento previsto. Exige esta información en caso de no localizarla fácilmente.
- Conoce tus derechos y ejércelos → las leyes de protección de datos te reconocen diferentes derechos en cuanto a tus datos personales. Por ejemplo, puedes conocer qué información tratan de ti y con qué finalidad o solicitar su rectificación. En función del caso, también puedes solicitar la supresión de tus datos o la oposición a un tratamiento en concreto.
- No comuniques más información de la necesaria → evita compartir información excesiva sobre ti mismo y de terceras personas. Extrema la precaución al hacer uso de las redes sociales.
- Configura y actualiza tus dispositivos informáticos → opta por configuraciones seguras en materia de privacidad y controla qué permisos concedes a las distintas aplicaciones y herramientas informáticas que utilizas en tu día a día, especialmente si eres usuario de dispositivos inteligentes, como asistentes en el hogar o tecnología wearable. Actualiza frecuentemente tus aplicaciones y sistemas de protección.
- Utiliza contraseñas seguras → opta por contraseñas diferentes para los distintos servicios en los que te encuentres registrado. Actualiza frecuentemente tus contraseñas y asegúrate de que éstas sean robustas.
- Evita inicios de sesión → al navegar por internet, evita iniciar sesión en las distintas páginas que visites y, si lo haces, cierra sesión al finalizar la navegación.
- Restringe tus conexiones a redes WiFi públicas y, en su caso, limita la cantidad y tipología de información que comunicas a través de ellas.
- Compras en internet → trata de utilizar tarjetas de pago de uso exclusivo para compras online. Siempre que comuniques tus datos de pago, asegúrate de que la página web donde realizas la compra cuenta con un certificado de navegación segura.
- Normas en el trabajo → conoce las normas y políticas de seguridad en tu empresa para saber cómo actuar y desempeñar tus funciones sin comprometer la seguridad de los datos personales.
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