El EPI es algo que conocemos todos, especialmente gracias a la COVID. Si alguna vez has usado guantes y mascarilla, eso es un EPI. Si te protege a ti o a alguien que esté cerca, es un EPI. Entre los muchos retos de la construcción, llevar el atuendo adecuado no es el menor de ellos, y no tiene nada que ver con la moda. Hoy repasamos los 5 puntos del EPI (Equipo de Protección Individual) de 5 puntos en las obras, y sus orígenes.
EPIs en el sector construcción
El casco
El casco de los trabajadores es una reliquia del casco militar. Existen ilustraciones, descripciones y pruebas de que los soldados llevaban cascos alrededor del 1000 a. de C., y posiblemente antes. Pero la idea de mantener las cabezas de los trabajadores seguras frente a la caída de objetos parece ser bastante reciente en comparación. Los trabajadores de los astilleros en la década del 1800 tuvieron la idea de cubrir sus sombreros con alquitrán y dejarlo secar al sol. Una vez endurecidos, proporcionaban un cierto nivel de protección frente a cualquier cosa que les golpease la cabeza.
Los cascos de cuero de los bomberos de Nueva York, diseñados por Henry T. Gratacap y que todavía existen hoy, efectivamente se fabricaron siguiendo este principio. No obstante, los cascos de la construcción se atribuyen a Edward Dickinson Bullard, que partiendo del casco de acero utilizado por su hijo en la Primera Guerra Mundial decidió aplicarlo a los riesgos industriales. A lo largo de los años, el diseño se ha ido refinando con materiales como fibra de vidrio, aluminio o poliuretano, que pesan menos y ponen menos presión sobre el cuello.
El chaleco reflectante
El chaleco reflectante es imprescindible en cualquier obra, y frecuentemente se utiliza para distinguir a trabajadores tales como topógrafos en obras donde la construcción todavía no se ha iniciado.
Seguro que recuerdas que en la escuela te enseñaban que los objetos emiten luz o reflejan la luz, o son fluoróforos, que más o menos hacen ambas cosas. Sus moléculas absorben luz con una longitud de onda (o color, como nosotros lo vemos) superior (más azul) y, tras entre 10 u 8 segundos, la emiten a una longitud de onda inferior (más roja). Por eso, cuando llevas ciertos colores bajo una luz negra, brillan. Aunque parezca que la habitación está oscura, los tejidos están absorbiendo la luz ultravioleta invisible de alta energía y emitiendo luz azul (o amarilla, o rosa) de baja energía.
Sin embargo, esto no se limita a la luz ultravioleta. Los tintes fluorescentes diurnos absorben la luz visible de longitudes de onda visibles de alta energía y la emiten a longitudes de onda inferiores. Ahora hay toda una gama de tintes que permiten que quien los lleva brille más que todo lo que le rodea, dando la impresión de que resplandecer.
Combinada con cinta retrorreflectante, la ropa reflectante ha ampliado el rango de momentos y situaciones en las que podemos trabajar con seguridad. Los retrorreflectores (como los ojos de los gatos, por ejemplo) reflejan la luz de vuelta al emisor como un espejo, pero la distribuyen de forma imprecisa a lo largo de un ángulo de unos pocos grados. En lugar de limitarse a reflejar la imagen de un coche que se acerca de vuelta hacia él, la cinta refleja la luz de vuelta hacia el coche en una dirección general, haciendo que la chaqueta parezca más brillante y aparentemente luminosa.
Botas con puntera de acero
Si alguna vez te has dado un golpe en los dedos de los pies, seguro que aprecias unas botas con puntera de acero. Antes de que existiera la disciplina de seguridad y salud moderna, era más barato reemplazar a los trabajadores lesionados que invertir en seguridad. Los trabajadores que valoraban su salud llevaban botas de cuero o incluso zuecos de madera en un intento de evitar de ser despedidos de la plantilla.
El desarrollo de esta práctica se amplió durante la Segunda Guerra Mundial; los suboficiales alemanes empezaron a reforzar sus zapatos con pulseras metálicas. Las primeras botas de este tipo que llegaron a las tiendas estadounidenses fueron fabricadas por la Red Wing Shoe Company. El acero fue el primer material utilizado como refuerzo, pero a día de hoy también se utilizan otros, como materiales compuestos o plásticos (p. ej., poliuretano).
Además de proteger los dedos de los pies, un buen par de botas también deberían tener protección para lo que hay debajo. Las placas para suelas son láminas delgadas de metal que forran la bota. Si pisas sobre un clavo, evitarán que te atraviese el pie.
Guantes
La Odisea de Homero describe el EPI usado por el padre de Odiseo, Laertes, mientras trabaja en el jardín: “llevaba grebas cosidas de cuero de buey alrededor de las espinillas para protegerlas de los arañazos, y unos guantes en las manos para las espinas”. Aunque las grabas solo han sobrevivido en los disfraces de la comic-con y las espinilleras en los deportes de contacto, los guantes han avanzado y perdurado en el tiempo.
En época medieval, los guantes de los herreros normalmente estaban hechos de piel de oveja; este material barato y flexible proporcionaba al herrero la cantidad necesaria de destreza. Las opciones para manejar brasas y metal fundido eran el cuero o la tela, pero la tela tenía poca durabilidad y el cuero era demasiado caro. La piel de oveja también era el material favorito de los canteros, especialmente para manejar herramientas o materiales peligrosos, mientras que los cazadores preferían (y aparentemente podían permitirse) guantes de cuero.
Para trabajos de construcción, hay varias opciones. Los guantes recubiertos de nylon están muy generalizados, pero deberías comprar unos guantes que se adapten al trabajo: si vas a manejar hormigón fresco, a veces necesitas que sean resistentes a los alcalinos, impermeables y sin costuras. El hormigón fresco puede tener un pH de hasta 13, lo suficientemente alto como para corroer la ropa, y la piel si queda expuesta. Este tipo de guantes normalmente se fabrican utilizando un método que tiene sus orígenes en una historia romántica de 1889:
El proceso de moldeo original de los guantes de goma se desarrolló cuando la jefa de enfermeras del quirófano del Hospital Johns Hopkins, Caroline Hampton, tuvo una desagradable reacción cutánea al cloruro de mercurio. Su prometido, el Dr. William Halsted, preguntó a la Goodyear Rubber Company si podían fabricarle unos guantes de goma finos para proteger sus manos. Unos 5 años más tarde, Halsted haría que el uso de esos guantes fuese obligatorio en el hospital.
Gafas de seguridad
Las gafas protectoras han llegado relativamente tarde al mundo del EPI. Aunque técnicamente las gafas llevan existiendo siglos, fue el inventor afroamericano Powell Johnson quien patentó el primer “protector[es] ocular” en 1880. Su objetivo era proteger la vista de los trabajadores de los hornos, los bomberos y cualquier persona que estuviera expuesta de forma regular a una luz brillante. El invento utilizaba dos capas de tela semiopaca para reducir el resplandor que recibían los trabajadores.
Aunque fueron un desarrollo importante, estas gafas proporcionaban poca o ninguna protección frente a impactos. Esto vendría después, pero solo tras un accidente en un laboratorio en 1903, en Francia: tras tirar una botella de nitrato de celulosa de una estantería, Edouard Benedictus notó que parte de plástico líquido se había adherido a trozos del cristal roto, manteniéndonos unidos. Después, al leer sobre una serie de lesiones provocadas por los parabrisas en accidentes de coche en París, Benedictus se dio cuenta de que podía fabricar un vidrio de seguridad recubriendo los parabrisas con el plástico líquido. Ahora el material ya estaba listo.
Las primeras gafas de seguridad auténticas fueron fabricadas en 1909 por la Julius King Optical Company en colaboración con American Optical. Se denominaron SANIGLAS y dieron lugar a las gafas que conocemos hoy. En la actualidad, la gente que trabaja en fábricas, construcción e industria médica lleva gafas de seguridad para proteger sus ojos frente a impactos, partículas en el aire, brillos e incluso radiación electromagnética dañina.
Así concluye nuestro breve recorrido sobre el EPI. Si trabajas con él, pero no sabías de dónde venía, espero que esto te haga sentir un poco más cómodo.
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