La nueva estación de Farringdon es considerada por muchos la joya de la corona del Crossrail. Es, también, una pieza clave en la historia reciente de Ferrovial en Reino Unido: fue la primera obra que marcó el camino de la compañía y sus empleados fuera del aeropuerto de Heathrow, y que ayudó a demostrar su valía y su saber hacer.
El proyecto de Farringdon Station ha servido para constatar que una obra de infraestructura no es nada sin el trabajo en equipo: todos nuestros éxitos son el resultado de la colaboración, la motivación, la unión y la confianza generada entre las partes involucradas. Y uno de los mayores beneficios que podemos sacar como compañía es que el conocimiento adquirido se ha podido trasladar a otras obras y otros proyectos.
Hace más de diez años, comencé una nueva aventura en Londres para hacer realidad la estación de Farrindgon y otras partes del Crossrail. Hoy, de vuelta en España, puedo decir que este proyecto me ha hecho crecer a nivel personal y profesional, al igual que lo han hecho el resto de mi equipo y la reputación de la empresa en Reino Unido.
Una estación en el centro de Londres
Farringdon Station es una de las estaciones que se encuentran a lo largo de la Crossrail o Elizabeth Line londinense, una línea ferroviaria subterránea de más de 100 kilómetros de largo que atraviesa la ciudad de este a oeste y fue inaugurada en mayo de 2022. Durante su construcción, que duró más de diez años, fue el proyecto de infraestructuras más grande de Europa.
El consorcio BFK (Bam, Ferrovial y Kier) estuvo a cargo de numerosas partes centrales del proyecto. Entre ellas, la estación de Farringdon, que ha pasado a ser conocida como el corazón del Crossrail por su situación céntrica y estratégica, que conecta los tres aeropuertos de la ciudad, y por el papel fundamental que jugó su construcción durante la creación de la línea.
El de Farringdon fue un proyecto de diseño y construcción de grandes magnitudes. Incluyó la construcción de dos estaciones y el túnel de plataformas que las conecta, entre otros elementos. A lo largo de los diez años que duró su diseño y construcción, pasaron por la obra más de 16400 trabajadores diferentes y se emplearon más de nueve millones de horas de trabajo.
Como no podría ser de otro modo, una obra de estas características supuso numerosos desafíos para la empresa – desafíos que, una vez superados, se transformaron en conocimiento y experiencia.
Diez años en Farringdon: retos y dificultades
Durante la construcción de esta estación nos enfrentamos a numerosos retos que aumentaron la complejidad, ya de por sí importante, del proyecto. Tuvimos que realizar más de 2000 gestiones relacionadas con permisos, asegurar la seguridad y la salud de más de 16000 trabajadores (en algunos picos de trabajo, llegaban a pasar por las obras hasta 1000 operarios al día) y coordinar la actividad de otras empresas externas a nuestro contrato, que se encargaban de elementos como los sistemas de ventilación, las comunicaciones o las señalizaciones de los túneles.
Algunos de los desafíos más importantes estaban ligados al hecho de construir en pleno centro de la ciudad: dado que nuestra obra estaba próxima a otras líneas de trenes y metro, tuvimos que coordinar nuestras actividades con diferentes agentes. Fue complicado, también, gestionar la construcción de los túneles a la vez que trabajábamos en las estaciones que estaban justo encima. A esto se unían las dificultades de hacer llegar los materiales a las obras en pleno centro de la ciudad, implementando una estrategia de entregas just in time.
Como en cualquier megaproyecto, otro de los grandes retos fue terminar las obras dentro de los plazos estipulados. A esto se suma que el cliente añadió un total de más de 2200 instrucciones de cambio que tuvimos que gestionar, muchas veces, sobre la marcha. Durante varios años, llegamos a recibir más de tres cambios al día todos los días de la semana, algo que generó un considerable impacto al triplicar el presupuesto y aumentar el plazo de ejecución de la obra.
Una posición de liderazgo
Debido a diferentes problemas en varios proyectos de la Elisabeth Line, la apertura de la línea se retrasó 4 años. A pesar de este retraso, nuestro proyecto fue siempre el que lideró el programa y fue la primera obra en ser entregada a Crossrail y London Underground. Fue también la primera en recibir el Certificado de Fin de Obra (de entre las constructoras implicadas en las grandes obras de estaciones subterráneas del centro de Londres en el proyecto Crossrail) y la única en cumplir la totalidad de los hitos parciales contractuales.
Los últimos pasos también presentaron sus desafíos: era la primera vez que nuestro cliente, Crossrail, entregaba un proyecto a London Underground, y no existía experiencia previa para realizar este proceso. Al estar detrás de la obra más avanzada en el proyecto, nuestro equipo colaboró con el cliente desarrollando los procedimientos y las herramientas de control del proceso, lo que nos ayudó a seguir labrando nuestra reputación y nuestro liderazgo. Y este fue solo uno de los muchos logros de los que nos sentimos orgullosos.
Éxitos, experiencia y trabajo en equipo
Gracias a la construcción de Farringdon Station, nos hicimos con premios relevantes en el mundo de la construcción, como por ejemplo los concedidos por The British Construction Industry y The Concrete Society (a la mejor propuesta de innovación y a la mejor ejecución de los acabados de hormigón, respectivamente).
Ferrovial fue también reconocida por Crossrail por su innovación en el proyecto: se aceptaron más de 30 propuestas innovadoras para ser recogidas en su plataforma del Crossrail Legacy. Además, la estación de Farringdon es la única de toda la Elisabeth Line que recibió el certificado BREEAM Excellence.
El proyecto de Farringdon fue, en definitiva, un éxito en todos los niveles: seguridad y salud, calidad, gestión de recursos humanos, planificación, ejecución y comercial. Nos sirvió para marcar el camino de nuestra empresa en Reino Unido más allá de Heathrow, construir una reputación y ganarnos la confianza del cliente y los socios. Todas las personas que pasaron por Farringdon hicieron una gran aportación y contribuyeron a su éxito, y se han llevado después la experiencia y los conocimientos adquiridos a otros proyectos.
Para conseguir todo esto, fue fundamental la colaboración de todas las partes implicadas, desde el cliente hasta asistencia técnica y las constructoras, pasando por los diseñadores y subcontratistas. En Farringdon conseguimos que todos entendiesen que lo mejor para el proyecto era también lo mejor para cada una de las partes. Creamos un espíritu de trabajo basado en la confianza, en el que todos dábamos lo mejor de nuestras capacidades y nos sentíamos importantes dentro del equipo.
A esto se unió, además, la motivación y el orgullo de trabajar en esta obra, tan importante para la sociedad londinense. Ayudar a crear este ambiente de trabajo, basado en el respeto, la colaboración y la superación, ha sido sin duda mi mayor input como gerente.
Todavía no hay comentarios