Dura, expuesta, cruda, angular, gris, algo tosco, siempre sincera y tan querida por muchos como odiada por otros, la arquitectura brutalista es una expresión artística de la arquitectura que desarrolla un nuevo tipo de urbanismo. Uno más estricto y neutro dentro del espacio de color. Una muestra vista de dureza y simplicidad tan apática como elegante ¿Qué es la arquitectura brutalista?
¿Por qué se llama ‘brutalista’ a esta arquitectura?
El término ‘brutalismo’ —que en castellano tiene una aparente connotación de rudeza o violencia contenida por el trampantojo de “bruta”— deriva del francés béton brut, que significa literalmente ‘hormigón en bruto’ o en crudo. Sin embargo, el aspecto duro, la preservación visible de los elementos constructivos o formas geométricas angulares parecen encajar como un guante con el término castellanizado de ‘arquitectura brutalista’.
El término francés de béton brut se usa para describir un tipo de ejecución que deja el hormigón ‘sin terminar’ una vez ha sido colado, de forma que sus patrones y costuras impresas por el encofrado quedan vistas y sin ocultar. Es importante destacar cómo el béton brut no es un material per se, sino una forma de trabajar con el hormigón que, a su vez, derivó en expresión arquitectónica.
El origen del brutalismo como arquitectura
Aunque tenga nombre francés, el brutalismo nace en Reino Unido durante la postguerra. La Segunda Guerra Mundial había dejado muchas ciudades en ruinas, y las soluciones habitacionales brillaban por su ausencia. Era necesario reconstruir el país, con urgencia en materia residencial, y el brutalismo se convirtió en una herramienta ideal para hacerlo debido a sus bajos costes.
A diferencia de las viviendas convencionales inglesas, y aquí se incluyen tanto las funcionales modernistas (del modernismo como movimiento, no como cambio de siglo) como las neorenacentistas o las georgianas, los edificios brutalistas permitían una velocidad de ejecución mucho más corta al no ser necesario efectuar retoques estilísticos una vez vertido el hormigón.
En este punto es importante destacar cómo el brutalismo adoptó también elementos industriales como las paredes de ladrillo visto (que en estilos previos eran cubiertos a posteriori), motivo por el que muchas de las viviendas inglesas de 1950 brillan con un estilo de fábrica característico que más tarde se convertiría casi en norma mundial con el posmodernismo (décadas 80 y 90).
¿Y por qué el nombre francés? Mientras Reino Unido reconstruía sus ciudades, los arquitectos modernistas Auguste Perret y Le Corbusier empezaron a trabajar con la técnica del hormigón visto. En el año 1952, Le Corbusier finalizaría, no de muy buen humor por la falta de calidad, la primera Unité d’Habitation, un edificio residencial de estilo modernista pero de acabados brutalistas.
Algunos ejemplos de brutalismo y arquitectura brutalista
La sede del Banco de Londres y América del Sur (Buenos Aires) se levantó en 1959 con un evidente corte brutalista. Durante la década siguiente fue el edificio brutalista más identificable del país y aún hoy ocupa un lugar especial como monumento argentino.
En 1968 se terminaron las obras de las Torres Blancas en Madrid, un edificio brutalista-organicista (de ‘orgánico’) caracterizado por un sistema de curvas elevado a lo largo de 23 plantas. Se trata de viviendas de lujo.
Finalizado en 1968 (la imagen es de 1973), el Ayuntamiento de Boston es un edificio brutalista que en su momento fue particularmente controvertido al no seguir las normas tradicionales de los ayuntamientos estadounidenses.
La Biblioteca Geisel (1970), San Francisco, es uno de los ejemplos más destacados del brutalismo acristalado. Mientras que una vista alejada muestra una estructura ligera soportando el cielo, desde abajo solo puede verse el acabado de hormigón.
Por el uso que se da al edificio, la catedral de Santa María de la Asunción (1971) es un edificio brutalista único. Presenta una disposición única en el mundo, con una planta ancha que reduce su área desde las esquinas hasta formar una cruz solo visible desde el cielo.
En 1973 se terminó en Viena el parque residencial y comercial Alterlaa, caracterizado por viviendas en altura de forma tal que los diez primeros pisos cuentan con terrazas integradas en un bosque verde vertical.
Un año después, en 1974, finalizaba la obra de Choux de Créteil (literalmente, ‘Col de Créteil’) en la ciudad homónima. Los balcones de estos cinco edificios residenciales tienen forma de hortaliza, una reminiscencia del pasado hortícola de la región.
Entre 1965 y 1976, la finca Barbican Estate fue construida en la City de Londres en un área devastada por la Segunda Guerra Mundial. Da servicio a 2000 viviendas y fue anunciada a bombo y platillo durante los 70 como una solución habitacional inteligente. Cerca de 4000 personas viven en sus módulos y torres.
El Palika Kendra (1984, Nueva Delhi) es uno de los edificios de corte brutalista más famosos de la India. Sus 21 pisos fueron durante unos años el edificio más alto del país. Está claramente inspirado en el Alterlaa antes mencionado, aunque en lugar de residencial hace las veces de edificio administrativo.
Eco-brutalismo y críticas al uso de hormigón
El hormigón es un material con una elevada energía incorporada y unas emisiones de CO₂ altas si se compara con otros materiales. Es decir, necesita muchos recursos frente, por ejemplo, al ladrillo. Dejando a un lado la perspectiva estética, completamente personal, es coherente que el brutalismo posmodernista haya recibido críticas ecológicas.
Las dos imágenes de esta sección, la primera perteneciente a un edificio en Suiza y la segunda a uno en Bielorusia, muestran fachadas y acabados en hormigón que podrían haberse ejecutado en materiales de menor impacto. El hormigón armado es ideal para infraestructuras y estructuras internas, pero como envolvente dista de ser una solución de bajo impacto.
De hecho, el hormigón estructural tiene una ventaja imbatible: al permitir edificios en altura es posible un urbanismo de densidad media y uso mixto que minimiza toda huella ambiental (energía, agua, materias primas, emisiones). Dicho esto, las características del hormigón presentan ventajas como las descritas en el ecobrutalismo.
El ecobrutalismo es un movimiento arquitectónico que pretende ligar sus ventajas estructurales con la vegetación y las islas de biodiversidad. Aunque no cabe duda de que los vecinos se beneficiarían de estas nuevas áreas, el coste social de sus emisiones no está del todo justificado, no al menos si se dispone de áreas verdes a ras de suelo. Aunque hay propuestas interesantes.
The interlace (2013), en Singapur, muestra un complejo sistema de edificios de estética ecobrutalista con algo de verde sobre ellos, pero con unos acabados sin el hormigón visto característico del brutalismo modernista. Al elevar los bloques de viviendas sobre el terreno, el suelo queda liberado para las zonas verdes. El ecobrutalismo tiene en este municipio-edificio un ejemplo a seguir.
Imágenes | Simone Hutsch, Iantomferry, Dan DeLuca, Jose Javier Martin Espartosa, NARA, Victor Baro, Andrew Louis, Nick Night, Paul Fleury, Stephencdickson, Ricardo Gomez Angel, Ivan Aleksic, Matej Sajgal, CHUTTERSNAP
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