Diseño e ingeniería

State Farm Stadium, el estadio de la Super Bowl 2023

10 de febrero de 2023

El 12 de febrero de 2023, el State Farm Stadium (Glendale, Arizona) acoge su tercera Super Bowl (la imagen es de la segunda, en 2019) y da espacio al encuentro entre los Philadelphia Eagles y los Kansas City Chiefs. Este evento, de corte mundial, tiene un invitado especial al que no siempre se presta la suficiente atención: el estadio.

La euforia deportiva y una atención centrada en el deporte hacen que, con frecuencia, el diseño, la arquitectura y la ingeniería de los estadios pase a un segundo plano o directamente no aparezca en la fotografía. En esta Super Bowl nos centramos en la infraestructura que la hace posible, el State Farm Stadium.

Este estadio de 2006 es el único en Norteamérica que incorpora césped y techo retráctil, dispone de una cubierta metálica que aumenta el albedo solar y es capaz de ampliar sus gradas a pie de campo para pasar de 63 400 butacas a 73 000 localidades. Así es el estadio de la Super Bowl.

¿Para qué sirve un estadio?

La pregunta puede resultar un tanto ingenua o demasiado básica, pero lo cierto es que los estadios tienen miles de años de historia y no siempre han acogido finales de la Super Bowl, partidos de fútbol americano o encuentros deportivos. Es más, durante siglos los estadios ni siquiera fueron un lugar.

El estadio (στάδιον) fue una unidad de medida que indicaba distancia, equivalente a unos 600 pies (variable según de quién fuese el pie, claro). No fue hasta el 776 a.e.c. que el estadio de Olimpia dio origen al concepto actual de lugar en el que observar cómo otros practican algo. Aunque en aquel entonces el estadio era poco menos que un descampado de tierra con praderas con ligera pendiente donde sentarse.

primer estadio olimpia en Grecia

Primer estadio Olimpia, en Grecia.Lesekreis.

A medida que pasaron los siglos, los estadios se profesionalizaron. Brotaron las gradas, fueron cavados fosos, las diferentes pistas ganaron su suelo característico y un complejo sistema de túneles y galerías serpenteaba bajo ellas y a su alrededor. El Coliseo fue uno de estos lugares característicos que aún está en pie. Allí se celebraban fiestas de lo más variopinto.

Cuando durante el siglo XX la técnica musical mejoró de forma importante, los estadios empezaron a alojar conciertos. Ya habían sido lugar de reunión, espacio deportivo, sala de voto y hasta hospitales de campaña. Hoy, un estadio es un edificio multipropósito.

El estadio con suelo retráctil

Como ya hemos visto, los estadios no solo sirven a un propósito, y el State Farm Stadium no es una excepción. Este estadio acoge con frecuencia eventos como conciertos, encuentros masivos como ferias, espectáculos de monster trucks o competiciones que no necesitan césped, en cuyo caso esos casi 9000 m² (2,2 acres) se retraen y almacenan fuera.

En efecto, este enorme edificio cuenta con el primer sistema de retráctil de césped natural de Norteamérica, que se desplaza sobre enormes plataformas a unas 7 millas por hora. De este modo, es posible albergar en la misma ubicación el espectáculo artístico propio de la Super Bowl y el encuentro deportivo sobre césped, pudiendo alternar entre ambos si se dispone del tiempo.

Cuando no está en mitad del estadio, la plataforma que contiene el césped sale fuera del mismo. Como si de una bandeja se tratase, esta plataforma se desliza 213 metros (700 pies) sobre 13 raíles en unos 70 minutos. Pasa por debajo de las primeras filas de asientos y se queda literalmente en el exterior, como muestra este vídeo de NBC News.

 

Lejos de ser una fina capa de césped, lo cierto es que este suelo mide un metro de alto (40 pulgadas) porque no solo incluye la hierba en sí, sino también toda la tierra necesaria para su crecimiento, canalizaciones y otros sistemas. También pesa bastante.

Además, recordemos que el estadio está en Arizona, un estado caracterizado por la sequía, en el que cada gota de agua ha de tratarse como un tesoro y gestionarse de forma responsable. Es por ello que el césped se almacena dentro ante eventos climáticos extremos como olas de calor, cada vez más frecuentes por la crisis climática.

Estadios multifuncionales, cada vez más frecuentes

Césped del State Farm Stadium

Césped del State Farm Stadium, Bernard Gagnon,

La multifuncionalidad es una característica ahora básica de la arquitectura, aunque hace años no se consideraba. Hubo un tiempo en que en un estadio solo se jugaba a un deporte específico (pero no otro) y en una sala de conciertos solo se tocaba música pero no se jugaba. Esos tiempos ya pasaron.

En la actualidad, gracias a los avances en ingeniería y a un uso más racional de la infraestructura, la mayoría de edificios públicos tienen más de una función. En el State Farm Stadium, construido en principio para jugar al fútbol, es posible hacer mítines y hasta vacunar a la gente.

La multifuncionalidad va a suponer un aspecto clave durante el siglo XXI debido a los enormes ahorros de recursos y energía que suponen no tener que construir un edificio para cada uso (y tener ese edificio vacío).

Una cubierta blanca que aumenta el albedo

Además de pocas lluvias, Arizona cuenta con un clima excepcionalmente cálido, motivo por el que el State Farm Stadium fue diseñado por Peter Eisenman mediante principios de arquitectura bioclimática. Uno de ellos es el uso del albedo como sistema que evita un gasto extra de energía.

El albedo es el porcentaje de radiación reflejado por una superficie. Mientras que las superficies oscuras y mate tienen alberos bajos que retienen el calor y convierten su interior en un horno (esto es útil en países fríos), las superficies blancas y brillantes reflejan casi toda la irradiancia solar. Es el caso del estadio.

Vista exterior del State Farm Stadium

Vista exterior del State Farm Stadium, Troutfarm27,

Visto desde fuera, el estadio se asemeja a un disco plateado apoyado sobre el suelo. Y sí, en efecto, estadios de todo el mundo llevan décadas adoptando formas parecidas. Es el caso del Santiago Bernabéu en Madrid (España), el Tottenham Hotspur en Londres (Reino Unido) o el Arena Aix de Aix-en-Provence (Francia).

Probablemente, el estar rodeado de un parking tan grande no ayude, dado que los aparcamientos sin vegetación son de los sistemas que mejor atrapan calor y calientan el aire. A diferencia del estadio, el parking es negro, mate, y muy extenso.

Una importante ampliación capacidad

Este estadio cuenta con un espacio de grandes dimensiones sobre los que ubicar más localidades. Se trata de las gradas desmontables bajo las cuales pasa la cinta verde en su entrada y salida del campo. En efecto, esta no puede avanzar si hay ocupantes en este hueco.

En este espacio hay dos formas de aumentar la capacidad, ya sea mediante gradas que se montan de forma temporal y que siguen la misma pendiente del resto del estadio, o mediante sillas plegables convencionales. La elección de un graderío u otro depende del evento y la necesidad de sacar el césped.

Gradas desmontables del State Farm Stadium

Gradas desmontables del State Farm Stadium , John Martinez Pavliga,

Techo retráctil, una maravilla de la ingeniería

Uno de los retos más complejos del estadio fue el techo retráctil del State Farm Stadium, que sirve tanto para evitar las pérdidas de climatización como para evitar que la luz solar pueda llegar a molestar a los asistentes. Y es que el techo no solo está inclinado, sino que además forma una curva.

Lo cierto es que los techos retráctiles no son algo nuevo. El Coliseo romano disponía de toldos de estas características, actualmente usados en los estadios Arena Nacional de Bucarest (Rumanía), el Deutsche Bank Park de Frankfurt (Alemania) o el Estadio Nacional de Varsovia (Polonia). Y los techos metálicos llevan décadas usándose.

Sin embargo, este resultaba particularmente desafiante debido a la inclinación. Finalmente, se optó por una superficie semitransparente montada en una placa capaz de desplazarse por raíles de acero. Se trata de una maravilla de la ingeniería.

 

Imagen principal: Blervis,

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