La selección natural es el fenómeno por el cual algunas mutaciones favorables hacen que diferentes organismos sobrevivan más que otros que no las tienen, otorgándoles ventajas evolutivas que les dan más oportunidades de supervivencia y de legar esos mismos genes.
A menudo se usa este concepto para hablar del éxito de ciertos sectores, empresas o productos, aunque hay diferencias. La clave está en el adjetivo natural. Mientras que la evolución no tiene influencias conscientes, la economía está repleta de mecanismos de dirección. Pero ¿qué tiene que ver esto con el color de la maquinaria industrial?
Qué es la selección natural
La selección natural es un proceso evolutivo mediante el cual los individuos menos aptos no transmiten sus genes a las generaciones siguientes al no reproducirse antes de morir, y viceversa, los individuos mejor adaptados sí lo consiguen, dando lugar a un fenómeno de selección no intencionada.
Aunque en la actualidad se reconoce que la selección natural no es la única causa de la evolución, sin duda juega un papel fundamental al seleccionar (léase, sin voluntariedad) determinadas líneas genéticas frente a otras gracias al éxito reproductivo. Las más adaptadas tienen más descendencia. Pero, ¿cómo puede aplicarse esto a la ingeniería?
Aptitud y evolución gracias a la selección
En la teoría moderna de la selección natural, el concepto de aptitud es crucial, de ahí que se hable de la supervivencia del más apto. Por descontado, esto aplica a especies enteras, no solo a individuos, y entra en escena la estadística. Si una especie tiene una tasa de fertilidad de 3 y otra de 2,5, la primera desplaza a la segunda.
A medida que las especies más aptas se multiplican, es más probable que emerjan mutaciones que den lugar en el futuro a nuevas especies. Por ejemplo, hace tiempo que la humanidad no sigue la selección natural, sino la selección humana, algo que puede aplicarse a nuestros animales domesticados.
Las variedades bovinas actuales han sido modificadas por el ser humano a lo largo de milenios.
Breve historia de la selección natural
La primera vez que se describió el concepto de evolución biológica por selección natural fue en Charles Darwin en su conocido libro ‘El origen de las especies’ (1859), en el que trata el tema. Sin embargo, bebía de autores previos.
- Carlos Linneo (1707-1778) se dio cuenta de que las especies parecían compartir un árbol genealógico.
- Georges Louis Leclerc, conde de Buffon (1707-1788), entendió la evolución al revés: se pensaba que los chimpancés eran humanos ‘degenerados’.
- Georges Cuvier (1769-1832) inventó la anatomía comparada y señaló que en el pasado hubo eventos cataclísmicos y grandes extinciones.
- Lyell (1797-1875) acertó al decir que había ciclos de destrucción y creación de especies.
- Jean-Baptiste de Monet, caballero de Lamarck (1744-1829), se equivocó en el mecanismo evolutivo (se equivocó mucho) pero dedujo con acierto que existían fuerzas causantes del árbol evolutivo.
Lo que no es la selección natural
A menudo se dice que la selección natural consiste en la «supervivencia de los más fuertes», aunque esto es falso. Las especies con más fuerza no tienen por qué ser las más adaptadas. Una definición más fiable es la de la supervivencia del mejor adaptado, no necesariamente el más fuerte, el más rápido o el más listo. Por ejemplo, puede sobrevivir la especie que mejor resiste una enfermedad o la que se multiplica más rápido.
También es frecuente confundir la selección natural con el lamarckismo, una teoría nunca demostrada que señalaba que los rasgos genéticos cambiaban por exposición al medio y luego eran transmitidos a siguientes generaciones. No parece que la evolución biológica trabaje de esta manera, pero sí la evolución artificial mediante prototipado porque las variaciones efectuadas en un modelo pueden saltar al siguiente.
A veces se usa la selección natural para explicar tendencias del mercado, aunque es un uso inapropiado. El atributo natural implica falta de voluntariedad o injerencia (por ejemplo, normas sociales, leyes o regulaciones), como ocurre en los experimentos naturales que se dan de forma arbitraria y no intencional. Los seres humanos hemos anulado el mecanismo de selección natural para nuestra especie porque intervenimos sobre las posibilidades de transmisión de genes.
Convergencia tecnológica y mecanismos darwinianos
Pese a ello, a menudo se usan dinámicas darwinianas para explicar ciertas adopciones tecnológicas. Por ejemplo, no hay lapiceros con forma de balón, porque es una forma tan poco eficiente que no resulta apta para la mano. Tampoco vemos ruedas cuadradas. No es que no sean posibles, es que su eficacia es nula. Si una empresa las fabrica, probablemente no dure demasiado y se extinga.
Otro ejemplo es el color de la maquinaria industrial. ¿Por qué siempre suele ser amarillo o rojo? Una posible explicación es que el color haya influido en la seguridad. Después de todo, es más fácil ver una carretilla elevadora amarilla que una marrón. Las empresas que usaban otros colores fueron desapareciendo.
Tirando de ese hilo, aquellas empresas que trabajan con mejores aceros, mejores calidades de hormigón y en general calidades demostrables como más adaptadas, tendrán más oportunidades de cara al futuro. En cierta medida, es una mecánica darwiniana.
¿Es el path dependence un tipo de evolución?
A menudo, las propiedades de un objeto son heredadas por la generación anterior del mismo objeto, con frecuencia una versión más simple; mientras que en otros casos propiedades de varios elementos se combinan para dar lugar a uno nuevo.
- La inercia-tecnológica es el camino que sigue la tecnología debido a la existencia de la tecnología previa. Por ejemplo, el teclado del móvil se parece al teclado físico de ordenador, que a su vez es una versión del de la máquina de escribir.
- La emergencia-tecnológica es la manifestación de una nueva propiedad debido a la combinación de elementos más simples. Por ejemplo, el teléfono móvil como mezcla de pantalla, cámara y sensores, entre otros elementos.
A menudo, la evolución tecnológica sigue mecanismos darwinianos en la aparición de nuevos objetos y la extinción de los anteriores. Hoy en día casi nadie usa máquinas de escribir o escucha música en casetes.
Imagen principal: Eugene Zhyvchik,
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