Empoderar al personal para mejorar la salud y la seguridad en los inviernos extremos
21 de mayo de 2024
En lugares como Canadá, en invierno, las condiciones meteorológicas pueden ser extremas. Las temperaturas caen, las nevadas se suceden con frecuencia y muchos canadienses incluso les ponen tacos a las botas para poder caminar sobre la nieve y el hielo.
Una de las operaciones críticas que permite que las personas y las ciudades se muevan de forma segura es el mantenimiento de las carreteras. Aquí, en el área metropolitana de Toronto, nuestros equipos se encargan del mantenimiento de la autopista 401, una de las más transitadas de América del Norte.
Tras una nevada intensa, el personal puede acabar la jornada de trabajo con lesiones por congelamiento o incluso hipotermia si no se adoptan las medidas de seguridad adecuadas. Así pues, ¿Cómo podemos garantizar la seguridad de nuestro personal?
Cuando la seguridad es lo primero, la colaboración es fundamental
La seguridad de las personas es nuestra máxima prioridad. Nos esforzamos por procurar un entorno de trabajo sano y seguro para todo el personal, pues todo el mundo merece volver a casa sano y salvo con sus seres queridos. Priorizar la seguridad fomenta la colaboración, lo que a su vez estimula la innovación y esto, en última instancia, lleva a la excelencia.
Y para ello necesitamos que todos, obreros, soldadores, andamistas, carpinteros, fontaneros, patrulleros, técnicos de carreteras, encargados, ingenieros y directores de proyecto, trabajen juntos para identificar posibles peligros y diseñar nuevas medidas preventivas y de protección.
Por lo tanto, la seguridad no es tarea de una sola persona. Es responsabilidad de todos.
Desde las personas que trabajan sobre el terreno hasta las que están en la oficina y en los puestos directivos, todos pensamos en lo que podría salir mal y en lo que podría provocar un incidente. Así, entre todos, tomamos medidas para evitarlo.
Superar los retos físicos
En los sectores de la construcción y la industria, trabajar en las condiciones extremas del invierno entraña riesgos físicos complejos, como, por ejemplo:
- Exposición a bajas temperaturas, lo que puede provocar lesiones por congelación, hipotermia y reducción de la habilidad.
- Superficies resbaladizas por la nieve y el hielo, lo que aumenta el riesgo de resbalones, tropiezos y caídas.
- Visibilidad limitada durante las tormentas de nieve o ventiscas, lo que supone un peligro para los trabajadores que manejan maquinaria o vehículos.
- Posibilidad de accidentes por mal funcionamiento o avería del equipo a causa del frío.
Para superar estos retos, aplicamos un enfoque por el que nos centramos en las siglas PEME: personas, equipo, material y entorno. Algunas de las iniciativas que se integran en este marco son las siguientes:
- Formación del personal sobre los protocolos de seguridad en invierno y suministro del equipo adecuado para el frío.
- Evaluaciones de riesgos exhaustivas para identificar los peligros potenciales.
- Protección de los equipos y materiales frente a los daños por heladas mediante métodos adecuados de almacenamiento y calentamiento en caso necesario.
- Aplicación de medidas proactivas de mantenimiento.
- Uso de materiales que puedan soportar temperaturas gélidas.
- Eliminación de la nieve y el hielo de las obras para mantener unas condiciones de trabajo seguras.
- Supervisión continua de las previsiones y condiciones meteorológicas para adaptar nuestras estrategias, recursos y calendarios en consecuencia.
- Colaboración estrecha con las autoridades locales para garantizar una respuesta y un apoyo a tiempo durante los fenómenos meteorológicos invernales.
Sin embargo, para lograr una estrategia de salud y seguridad realmente completa y eficaz, es importante no limitarse a los retos físicos.
Mantener al personal informado, comprometido y empoderado
Mantenerse animado y motivado es uno de los mayores retos a los que se enfrentan los equipos cuando las personas trabajan durante muchas horas en condiciones de frío.
Hacer que las personas se sientan valoradas es uno de los factores que contribuyen a reforzar la cultura de la seguridad. Por estadística, el personal que se siente valorado tiene menos probabilidades de incurrir en comportamientos de riesgo que pueden provocar condiciones inseguras y, en última instancia, accidentes.
Cuando el personal está bien informado, comprometido y empoderado para priorizar la seguridad, pasa a ser la primera línea de defensa contra los posibles peligros.
Uno de los métodos que utilizamos son las continuas campañas de sensibilización. De este modo, nos aseguramos de que nuestro personal tenga conocimiento de sus derechos. En Canadá, tenemos tres derechos reconocidos por la ley: el derecho a saber, el derecho a participar y el derecho a rechazar un trabajo inseguro. Asimismo, impartimos formación exhaustiva en materia de seguridad para todo el personal. Ejemplo de ello es nuestra formación específica de temporada sobre los retos físicos y mentales y sobre los recursos disponibles para ofrecer ayuda.
Nuestro deseo es que los trabajadores se impliquen y asuman un papel activo en la mejora de la seguridad. Por eso animamos al personal a que haga preguntas, sugerencias y comparta sus opiniones a través de una iniciativa llamada Programa de la tarjeta amarilla (Yellow Card).
A través de esta iniciativa, el personal puede coger una tarjeta y escribir su opinión, sus retos o sus ideas, ya sea en materia de salud y seguridad o de cualquier otro proceso en el lugar de trabajo. Además, no tienen que escribir su nombre, por lo que es completamente anónimo: cultura sin nombre, sin culpa (No Name, No Blame). Luego, solo tienen que depositar la tarjeta en nuestro buzón cerrado del Departamento de Salud y Seguridad y listo.
Cada vez que recibimos una tarjeta amarilla, creamos un elemento de acción o una oportunidad de mejora empresarial y hacemos seguimiento. Gracias a esto, las personas se sienten valoradas. Saben que se les escucha y se les empodera para hablar y poder lograr un cambio. Eso es lo más importante. Algunas de las otras medidas que tomamos para que el personal se sienta valorado son las siguientes:
- Fácil acceso a la información sobre seguridad.
- Mecanismos claros para compartir feedback.
- Fomento de la participación en comités de seguridad, programas de notificación de peligros e inspecciones de seguridad.
- Promoción de la implicación del personal en la resolución colaborativa de problemas.
- Celebración de los éxitos en materia de seguridad.
Con una plantilla sensibilizada con la seguridad se pueden identificar activamente los riesgos, informar de los incidentes y colaborar en las mejoras de la seguridad. Cuando nuestros equipos están informados, comprometidos y empoderados, creamos lugares de trabajo más seguros y productivos para todos.
Priorizamos el aprendizaje, la colaboración y la seguridad, todo ello sin dejar de reconocer la imperfección humana y el hecho de que podemos equivocarnos, pero fomentando la resolución de problemas por encima de la culpabilización y valorando los errores como oportunidades de aprendizaje.
Acoger nuevas ideas
A través del Programa de la tarjeta amarilla surgen muchas ideas nuevas, gracias a las aportaciones del personal.
Por ejemplo, contamos con un comité conjunto de salud y seguridad que, por ley, debe reunirse una vez cada tres meses. Los miembros de este comité los designa el sindicato para que representen al personal de campo y nos reunimos para tratar cualquier preocupación que tengan y ver cómo podemos ayudarles.
Una de las sugerencias de las tarjetas amarillas fue: «oye, ¿y por qué no vamos un pasito más allá y celebramos estas reuniones una vez al mes?». Y justo eso es lo que hicimos a partir del mes siguiente.
Resultó ser una gran idea.
Las reuniones periódicas mensuales empoderaron a esos representantes para que pudieran ser nuestros ojos y nuestros oídos en los lugares de trabajo. Una vez que se sintieron empoderados, empezaron a hablar con sus colegas y estos, a su vez, empezaron a expresar sus preocupaciones por sí mismos.
Gracias a esta colaboración, el Departamento de Salud y Seguridad puede saber más sobre lo que ocurre en el día a día y lo que podemos hacer para evitar incidentes o situaciones que puedan provocar incidentes. Así que, sin duda, ha marcado la diferencia.
Innovación y nuevas tecnologías
Otro ejemplo de innovación que hemos observado es el uso de sensores de proximidad. Equipamos al personal con dispositivos inteligentes y conseguimos que estos se comuniquen con sensores dentro de la maquinaria que funciona sobre el terreno. De este modo, si el sistema detecta un posible riesgo, alerta a los trabajadores. Así que esta tecnología de seguridad ha sido una gran revolución.
También estamos estudiando cómo podríamos utilizar la inteligencia artificial (IA) para detectar el cansancio de los trabajadores. La idea está en una fase incipiente, pero demuestra que siempre miramos más allá; siempre sentimos curiosidad por las nuevas tecnologías y pensamos en cómo podemos reforzar la seguridad de nuestro personal.
Cambiar la mentalidad sobre seguridad
En nuestro enfoque del rendimiento humano, seguimos una serie de principios que priman el aprendizaje, la mejora continua y la creación de entornos propicios para un rendimiento seguro y eficaz. Reconocemos que, como seres humanos, podemos cometer errores, pero anteponemos la colaboración y la resolución de problemas a la culpabilización. Nos centramos en aprovechar las fortalezas de nuestra gente para impulsar el éxito.
Desde el Departamento de Salud y Seguridad, quiero que todas las personas comprendan que la seguridad no consiste solo en reducir los índices de frecuencia de incidentes o en que no haya accidentes.
La seguridad consiste en dar voz a las personas y escuchar lo que tienen que decir. Colaborar y proponer nuevas ideas juntos. Ser proactivo y no solo reactivo.
Me gusta decir que, en lo que respecta a la mentalidad, estamos haciendo una transición armoniosa de «arreglarlo» a «prevenirlo».
Y así es como llevamos a cabo nuestras operaciones diarias aquí en Ferrovial.
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