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Cambio climatico

COP29: ¿en qué ha quedado la cumbre del clima de Bakú?

27 de noviembre de 2024

Meses antes de que se iniciase la COP29 en Bakú (Azerbaiyán), esta era conocida ya como la COP de las finanzas. Se esperaba que en ella los debates principales girasen alrededor del dinero; en concreto, del objetivo de aumentar la financiación de la acción climática de los países en vías de desarrollo.

En el camino para poner freno al cambio climático, la COP de las finanzas ha dejado dos claves: el compromiso de los países ricos de aportar 300.000 millones de dólares anuales para apoyar a los pobres en su proceso de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y el acuerdo de cómo funcionarán los mercados de carbono en el marco del Acuerdo de París.

La COP de las finanzas ha finalizado con unos pactos que no consiguen satisfacer a la mayoría y la sensación de que ha sido una cumbre de transición hacia la siguiente, la COP30 que se celebrará en 2025 en Brasil. Las decisiones necesarias para frenar el cambio climático y adaptarse a sus consecuencias no han terminado de materializarse.

La financiación aumenta

En 2015, se reafirmó el compromiso de que los países desarrollados destinasen 100.000 dólares anuales para financiar la acción climática de los estados en vías de desarrollo antes de 2020. Es decir, que los más ricos –aquellos que más han contribuido a la emisión de gases de efecto invernadero– apoyen a los pobres –los que menos han contribuido al cambio climático y, sin embargo, más sufren sus consecuencias–.

En 2024, este objetivo no ha podido cumplirse. Por ello, la meta principal de la COP29 era crear un objetivo más ambicioso y realista, que superase de forma significativa la cifra de 100.000 millones de dólares.

El acuerdo final de la COP29 establece que las naciones más ricas deberán aportar al menos 300.000 millones de dólares anuales para 2035. Esto supone triplicar la cifra actual, pero está aún por debajo de las necesidades reales de los países del sur global (un informe reciente del Grupo de Expertos Independientes de Alto Nivel sobre Financiación Climática señala que son necesarios, al menos, 600.000 millones de dólares anuales).

A su vez, el texto hace referencia a la necesidad de aumentar los esfuerzos para que la cantidad alcance hasta 1,3 billones de dólares anuales para 2035. ¿Y cómo se prevé llegar a estas cifras? Por primera vez, se ha planteado que este nuevo objetivo (conocido formalmente como Nuevo Objetivo Colectivo Cuantificado sobre Financiación del Climática, NCQG, por sus siglas en inglés) provenga tanto de ayudas públicas y créditos como de inversión privada. Esto plantea nuevos desafíos a la hora de conseguir y canalizar la financiación.

Sin cambios en la lista de los países contribuyentes

Otro de los debates que se abrió durante la COP29 giraba en torno a cuáles son los países sobre los que debe caer el peso de la financiación climática. Actualmente, son Estados Unidos, la Unión Europea, Canadá, Suiza, Australia y Japón. Sin embargo, y de acuerdo con datos del World Resource Institute, la lista de los países que más deberían contribuir (teniendo en cuenta sus emisiones históricas y su desarrollo económico) está liderada también por China y Rusia.

La Unión Europea ha intentado que China pase a formar parte de los estados contribuyentes, una propuesta sin éxito por el momento. Otros países que tampoco aportarán fondos son Arabia Saudí y Corea del Sur.

Un paso adelante en los mercados de carbono

El segundo acuerdo clave de Bakú se ha cerrado tras casi una década de negociaciones. Se trata del esperado mecanismo de mercados de carbono, que abre el camino para crear un sistema internacional para comprar o vender créditos de carbono. En la COP29 se han acordado los elementos finales que establecen cómo funcionará este sistema.

Este nuevo mercado permitirá comprar o vender el derecho a emitir dióxido de carbono (CO2). Por ejemplo, un país que no alcance sus límites de emisiones podrá vender a otro su derecho a hacerlo. Se trata de un mecanismo que ha generado polémica y cuya aprobación se lleva retrasando años. No obstante, todavía está pendiente que se definan algunos aspectos técnicos.

Lo que queda fuera del acuerdo

La agenda de la COP29 contemplaba también la consecución de algunos objetivos que no han podido alcanzarse. Uno de ellos está ligado al mecanismo de compensación por las pérdidas y los daños que causa el cambio climático. Antes de que comenzase la COP, se habían comprometido unos 700 millones de dólares de los 580 000 millones necesarios de aquí a 2030.

Se esperaba que este 2024 se pusiesen más fondos sobre la mesa, pero el acuerdo final solo registra una mención genérica a este tema. Tampoco se han dado muchos anuncios sobre los compromisos de los países para reducir sus emisiones. No obstante, los estados deben actualizar sus planes de reducción de emisiones (NDC) en 2025, por lo que este tema será crucial en la COP30 de 2025.

¿Y qué dice la ciencia mientras tanto? El informe Emissions Gap Report 2024 del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP) indica que es necesario recortar las emisiones un 42 % antes de 2030 y un 57 % para 2050 para evitar que el calentamiento no alcance 1,5 °C de forma prolongada. A su vez, el Servicio Copernicus de Cambio Climático señala los datos disponibles en noviembre de 2024 indican que es muy probable que este año sea el más cálido desde que tenemos registros.

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