Los conductores y sus vehículos merecen tener siempre la mejor información posible cuando circulan por las autopistas y ciudades, y también cuando tienen que aparcar su vehículo. Las ciudades inteligentes mejorarán esto proporcionando más información en tiempo real a través de los propios vehículos o los dispositivos móviles. Pero hasta que esto sea una práctica corriente quedan todavía muchos retos que superar. En una de estas áreas se ha dado un pequeño pero significativo paso con la creación de la Alliance for Parking Data Standards (APDS, Alianza para los estándares de datos de aparcamiento) que tal y como indica su nombre velará porque aparcar sea algo al alcance de cualquier vehículo de forma más cómoda y eficiente.
Fundada por diversas organizaciones, entre ellas la European Parking (EPA), la British Parking Asociation (BPA) y el International Parking Institute (IPI) su misión se define como «desarrollar, promover, gestionar y mantener un estándar global uniforme que permita a las organizaciones compartir información sobre los aparcamientos en diversas plataformas a nivel mundial».
Y es que aunque parezca relativamente sencillo, gestionar la información que puede proporcionar un aparcamiento no tiene nada de trivial.
En primer lugar está la labor de la ubicación, que requiere situar los aparcamientos en los callejeros y mapas de las ciudades para que sean fáciles de encontrar – junto con mapas interiores que faciliten la circulación por ellos. Luego está la publicación actualizada del número de plazas totales disponibles, que puede variar con el paso del tiempo – bien porque algunas se alquilen de forma permanente, por labores de mantenimiento u otras razones técnicas.
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Otro terreno complicado es la tipología de las plazas de aparcamiento: puede haber plazas de diversos tamaños, para coches grandes, utilitarios, motos o incluso bicicletas. También puede haber plazas con distintos tipos de características: cubiertas o al aire libre, para personas con movilidad reducida, familias… Y finalmente están las opciones relevantes de las nuevas tecnologías: las plazas que cuentan con cargadores eléctricos, las que puedan estar reservadas para «coches compartidos», coches autónomos y otras posibilidades.
Luego está la cuestión de la información en tiempo real, principalmente saber qué plazas están libres y cuáles ocupadas. Es algo que todas las instalaciones de aparcamientos suelen conocer de forma general pero no todos a nivel de cada plaza individual. Eso sí, cada vez vemos más instalaciones con contadores de plazas por zonas o con luces verdes y rojas individuales que guían a los conductores. Toda esa información puede hacerse publica a través de la Red.
También está la cuestión del precio y las formas de pago: aunque en muchos sitios está regulado y es inamovible (o sólo cambia unas pocas veces al año) en diversos países y ciudades los precios pueden variar de un día para otro – a veces incluso en tiempo real. Al igual que en algunas ciudades sucede con los parquímetros de las calles, el precio de las plazas podría ajustarse a la «oferta y la demanda», subiendo cuando hay pocas plazas, bajando en días u horas de baja ocupación. O quizá los coches limpios reciban descuentos, como sucede en los días de alta contaminación.
En algunas ciudades se ha experimentado incluso con sistemas que permiten reservar a distancia la plaza para el coche: de este modo antes de salir de casa ya se conoce cuánto tiempo se tardará en llegar y se llegará «a mesa puesta», conociendo de antemano cuál es el coste. Si además se puede pagar en todas partes con una app o tarjeta especial, mejor que mejor: los conductores lo están pidiendo a gritos.
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Evidentemente, toda esta información será más útil para todos si existen plataformas estandarizadas y abiertas que puedan ser utilizadas por los diversos actores: los fabricantes de vehículos, los creadores de mapas, los desarrolladores de aplicaciones, las administraciones locales, las entidades que gestionan el tráfico y los propios usuarios finales. La APDS pretende velar porque esto sea así facilitando estándares tanto para las transacciones como para el intercambio de datos: el Parking Industry Payment Standards (IPIPS) y el Data Exchange Standards (IPI-DataEx). Haciendo un símil, es como cuando una entidad global se encarga de estandarizar los símbolos de las señales de circulación, de la información del tráfico o para pagar por Internet.
Actualmente hay varios trabajos de estandarización en marcha que han estado en funcionamiento en Reino Unido, Estados Unidos, los Países Bajos y otros países. Algunos se han ido unificando con el paso del tiempo pero todavía queda mucho camino por recorrer. En España Asesga (Asociación Española de Aparcamientos y Garajes) forma parte de la European Parking Asociation y por tanto también estará en esta iniciativa, aunque todavía sea difícil definir hasta qué punto dado que acaba de nacer. Es un campo en el que toda esta estandarización se considera especialmente importante tiene que ver con las tecnologías del futuro y especialmente con los coches y vehículos de alquiler autónomos, dado que será el propio vehículo quien tendrá que decidir dónde puede aparcar, cómo y a qué precio, idealmente sin la intervención de una persona. Está bien que no tengan demasiadas complicaciones y cuente con toda la información perfectamente preparada para tomar las mejores decisiones.
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