Por diversos motivos (crisis económicas, burbuja inmobiliaria, regulaciones estrictas, etc.) la adopción de la tecnología en el mundo de la construcción no ha sido tan rápida y natural como cabría esperar. Mientras otros sectores han dado un giro de 180 grados a la forma en que se organizan y trabajan, el de la construcción ha pasado por las últimas décadas sin experimentar grandes disrupciones.
Sin embargo, ConstruTech ha llegado para tratar de dar la vuelta a esta realidad y aprovechar las oportunidades que ofrece el sector de construcción. Numerosos agentes están apostando por introducir tecnología en este sector, con el objetivo de mejorar su eficiencia y explorar nuevas alternativas que, a día de hoy, todavía no existen.
En este escenario, las constructoras tienen dos posibilidades: utilizar las tecnologías actuales para optimizar sus resultados o ir más allá y participar en el desarrollo de soluciones que puedan tener un impacto en el futuro.
Las oportunidades de este nuevo mercado
Actualmente, la industria de la construcción representa el 13 % del PIB mundial y da empleo al 7% de la población activa. Se trata de un sector consolidado que, sin embargo, no ha invertido en investigación y desarrollo tanto como otros.
Tal y como se indica en el white paper ‘ConstruTech’, escrito por los departamentos de innovación de Corporación y Ferrovial Construcción, solo alrededor del 1 % de los ingresos de esta industria se invierte en I+D, frente al 3 % de la industria manufacturera o el 10% de la industria aeroespacial. Como resultado, la productividad en la industria de la construcción solo ha experimentado un 1 % de mejora en las últimas dos décadas.
El campo de ConstruTech se presenta como una oportunidad para atraer inversores. A día de hoy, este está formado por más de 2.500 start-ups que buscan aplicar nuevas tecnologías en los procesos de construcción, como la planificación, el diseño o la fabricación de componentes.
Detrás hay más de 900 inversores, atraídos por la idea de poder combinar ambas industrias: la tecnológica, que puede llegar a ofrecer grandes retornos con poca inversión, y la de la construcción, una industria que requiere gran inversión y dominada por los plazos, que ofrece retornos más limitados.
Las principales geografías en las que más se están desarrollando soluciones de ConstruTech son Asia (con mercados bastante cerrados) y Estados Unidos (en donde el entramado de start-ups hace mucho más fácil desarrollar tecnología). Entre 2010 y 2019, Estados Unidos concentró el 74% de la inversión total a nivel mundial. Es ahí, por lo tanto, donde las constructoras deben tener presencia y estar atentas a lo que sucede.
Dos grandes vías para innovar
Este contexto deriva, inevitablemente, en una serie de preguntas: ¿cómo podemos sacar partido a esta industria? ¿cómo nos adaptamos a esta realidad? A la hora de invertir en innovación, hay dos opciones: la primera, probar cómo las nuevas tecnologías ayudan a fortalecer las ventajas competitivas de la empresa y mejorar su status quo actual. La segunda, diversificar acelerando y adquiriendo tecnologías prometedoras que puedan marcar una diferencia en el futuro.
Existe, también, la opción de combinar ambas, mediante la gestión diversificada del portfolio de innovación. Esto permite invertir a corto plazo en soluciones que ofrecen un retorno inmediato y a largo plazo en explorar nuevas ideas y conceptos, para estudiar su viabilidad.
En este escenario se mueve Ferrovial, cuyo espíritu ha estado siempre ligado a la innovación. A corto plazo, la compañía busca mejorar su eficiencia, su sostenibilidad y la seguridad de sus empleados. Con la mirada puesta en los próximos 10 o 20 años, sus objetivos se centran no sólo en mantener su viabilidad sino también continuar siendo referencia empresarial.
Las tecnologías con mayor potencial a corto y a largo plazo
Si mantenemos la mirada en el presente, la utilización de tecnología y algoritmia para recoger y analizar datos está siendo de gran ayuda para mejorar la eficiencia operativa. En el sector de la construcción permite, por ejemplo, analizar el riesgo que presenta la ejecución de las obras, evaluar su progreso o minimizar el impacto de los retrasos. Además, facilita la toma de decisión y la transferencia de información entre los diferentes actores involucrados, haciendo el proceso más eficiente.
A la hora de trabajar con datos entra en juego, también como hemos comentado, la tecnología necesaria para recabarlos, como los drones o los sensores de Internet de las Cosas.
La realidad virtual y la realidad aumentada son otras de las tecnologías con más posibilidades para marcar la diferencia. Permitirían visualizar el resultado final y organizar de forma más eficiente el proceso constructivo, asegurando que todas las partes involucradas tengan la misma información. En este punto, las empresas pueden apoyarse también en los gemelos digitales, que como su nombre indica permiten crear una réplica digital de activos físicos.
Estas tecnologías, bien gestionadas y orientadas, ofrecen la posibilidad de transformar e impulsar una de las industrias más grandes del planeta. Y son solo algunos de los ejemplos: el 5G, la robótica o incluso la creación de nuevos materiales más sostenibles y eficientes pueden ser también grandes protagonistas de este cambio.
Todavía no hay comentarios