la Plaza Mayor de Madrid
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La breve historia de la Plaza Mayor de Madrid

06 de enero de 2022

Una cálida noche de agosto de 1790, la Plaza Mayor de Madrid iba a convertirse en el centro de uno de los peores incendios que la ciudad había visto jamás. En el último episodio de nuestro podcast Sonidos de Infraestructuras, nos sumergimos en la historia de la plaza, descubrimos cómo una evasión fiscal inteligente llevó a su creación fuera de los muros de la ciudad y analizamos las decisiones de diseño que se implementaron tras el incendio para garantizar que la plaza nunca volviera a quemarse.

¿Por qué se quemó la Plaza Mayor en 1790?

En aquella cálida noche de agosto de 1790 al principio nadie notó el fuego, pero después un denso humo empezó a salir de una de las tiendas hacia la plaza que, por aquel entonces, se llamaba Plaza del Arrabal (arrabal significa afueras de la ciudad).

Un pequeño grupo de vecinos corrió al lugar y consiguió abrir las puertas pero, en cuanto lo hicieron, se dieron cuenta de su error. El aire que salió de la tienda incendió las vigas de madera, que se convirtieron en una especie de leña para el resto de la plaza. El fuego creció rápidamente, deteniéndose solo al alcanzar partes de la plaza hechas de piedra, como el arco hacia la calle Toledo.

El incendio de la Plaza Mayor de Madrid de 1790

En tan solo 3 horas, el fuego había conseguido destruir la totalidad del muro oeste de la plaza y atraer la atención del rey, Felipe II, que puso al mando de la respuesta al arquitecto Francisco Sabatini. Sorprendentemente, Sabatini se puso al mando desde un edificio dentro de la propia plaza incendiada, la Casa de la Panadería. Tenía dos grupos de personas a su disposición: los vecinos y los militares (ya que por aquel entonces no existían bomberos como tal).

Sin un equipo dedicado de bomberos, la gente trabajó frenéticamente para apagar el incendio. Se hicieron cadenas humanas para transportar cubos de agua, pero sus esfuerzos seguían sin lograr contener suficientemente el fuego. Así que Sabatini, dándose cuenta de que las cosas estaban cada vez más descontroladas, se percató de que la única manera de detener el incendio era tirar los edificios que estaban en la trayectoria del fuego antes de que pudiera quemarlos.

Tras nueve días, finalmente se consiguió apagar el incendio, pero lo que quedaba de la plaza más famosa de la ciudad era un esqueleto chamuscado. Decidieron que tenían que reconstruir la plaza.

¿Cómo consiguieron que la Plaza Mayor fuese ‘ignífuga’?

Curiosamente, el fuego de agosto de 1790 no era el primero que se producía en la Plaza Mayor. En realidad era el tercero. Y después de cada fuego, la plaza se había reconstruido. Pero era evidente que algo fallaba en la forma en la que la habían construido si continuaba incendiándose.

Uno de los principales problemas era que la plaza fue construida (y posteriormente reconstruida) con madera. Se llamó al arquitecto Juan de Villanueva para arreglar esto. Al repasar los incendios anteriores notó que, en todos los casos, las partes de la plaza hechas de piedra habían detenido la propagación del fuego. Su conclusión fue incrementar la cantidad de piedra en partes de la plaza como arcos, alféizares y cornisas, para interrumpir la dinámica de un fuego si llegase a producirse.

Entre otras cosas, Villanueva también redujo la altura de la plaza a una planta para que el agua pudiese alcanzar los pisos superiores en caso de incendio; un problema que se evidenció durante el fuego de 1790.

Proyecto de reconstrucción de la Plaza Mayor de Juan de Villanueva

Renovación de la plaza hoy

Las decisiones de diseño simples pero efectivas implementadas por Villanueva consiguieron que la plaza siga en pie a día de hoy. Y con antelación a su 400º aniversario, el ayuntamiento de la ciudad de Madrid decidió que la Plaza Mayor se merecía una muy necesaria renovación.

Ferrovial llevó a cabo los trabajos de rehabilitación de la plaza que incluyeron la restauración de las fachadas y los techos que dan a la plaza, la rehabilitación de las arcadas y la reparación del pavimento de la plaza y los accesos, entre otros trabajos.

la Plaza Mayor de Madrid

La obra se efectuó mientras la plaza sería abierta a la actividad comercial. Y aunque esto parece fácil de decir, los retos que conlleva conseguirlo son enormes. Mantener contentos a camareros, vecinos, comerciantes y turistas es un gran desafío.

En el último episodio de Sonidos de Infraestructuras, detallamos cuáles fueron estos retos y revelamos los secretos e historias ocultos tras las paredes de la plaza más famosa de Madrid.

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