El Impacto del Vehículo Autónomo Conectado (CAV) en las carreteras del futuro: desafíos y oportunidades
08 de septiembre de 2022
El fuerte Desarrollo del Vehículo Autónomo Conectado (CAV) en los últimos años está cambiando y cambiará aún más en las próximas décadas la forma en la que las nuevas carreteras se diseñan y construyen y en cómo se operan y mantienen las existentes. De ser un activo monolítico casi absolutamente independiente de su principal usuario, el coche, la revolución de los CAVs revolucionará sin duda el concepto de una carretera moderna.
Desafíos de los CAVs
Los desafíos que se presentan por el despliegue de los CAVs en las redes de carreteras son diversos y transversales (desde los puros desafíos técnicos o económicos a los legales), variando de las nuevas carreteras a las ya existentes. A muchos de éstos ya se les está tratando de dar respuesta desde la industria, mientras que hay otros que ni siquiera todavía alcanzamos a vislumbrar.
Si nos centramos en las futuras nuevas carreteras, está claro que los parámetros y principios que las han modelado durante décadas tendrán que ser, si no cambiados, al menos repensados. ¿Tiene sentido seguir considerando los mismos tiempos de percepción y reacción (dos valores clave al determinar las distancias de parada en una carretera y, por tanto, claves en la definición geométrica de la misma), cuando el ser que percibe y reacciona ahora ya no es un ser humano, sino una máquina? ¿siguen siendo los actuales sistemas de seguridad, como las barreras, útiles para los CAVs? ¿seguirá siendo necesaria la señalización vertical de destino necesaria cuando todos los vehículos irán guiados por GPS? ¿cómo aseguramos que la señalización horizontal se mantiene en buen estado, un aspecto clave de seguridad para los CAVs?
En lo que se refiere a las carreteras existentes, la situación es incluso más acuciante. Siendo cierto que todavía llevará algunos años la implementación de los CAVs en su más alto nivel de autonomía (“Level 5 – Full Automation” según la clasificación de la Society of Automotive Engineers SAE), es innegable que, para alcanzar dicho standard e incluso niveles precedentes, una transformación o una adaptación de las carreteras existentes al nuevo paradigma de movilidad será necesaria.
En este sentido, diferentes iniciativas se están llevando a cabo actualmente por diferentes administraciones, siendo el nuevo Framework for Automated Driving System liderado por la National Highway Traffic Safety Administration (NHTSA) o el anuncio hecho por la DGT (Dirección General de Tráfico) española de que en 18 meses habrá una nueva regulación que permitirá el Level 4 (y probablemente el 5), buenos ejemplos de ello.
Oportunidades
Si bien los principales desafíos están en general bien identificados y ya bajo análisis por los participantes clave del sector, que están intentando proveer soluciones efectivas a los mismos, merece la pena destacar las grandes oportunidades que están surgiendo y que surgirán en el futuro de la transformación del concepto de carretera.
Hay un acuerdo general en que la implementación de los CAVs implicará sin duda una mejora apreciable en una serie de diferentes aspectos. Como indica la Association of State Highway and Transportation Officials (AASHTO) en su carta a la NHTSA señalando recomendaciones para el anteriormente mencionado Framework for Automated Driving System Safety, “hay un gran potencial para que los CAVs mejoren la seguridad, impulsando la movilidad y reduciendo el impacto ambiental del sistema de transporte en superficie”. ¿Pero qué hay de esas oportunidades que no son tan obvias?
Sólo por poner un ejemplo, pensemos en la posible reducción del ancho de los carriles en grandes autopistas o incluso en ciudades. Actualmente, el ancho de los carriles, principalmente en autopistas, se determina asumiendo la naturaleza “imperfecta de la conducción humana, proveyendo un ancho extra más allá del estrictamente necesario para absorber las posibles desviaciones del camino teórico del vehículo. Dado que los CAVs serán siempre guiados por el mismo exacto camino, ¿será necesario seguir asumiendo dicha conducción “imperfecta” en las carreteras existentes y futuras? Probablemente no, y eso permitirá ganar varios metros extra en las carreteras existentes. Cómo utilizar ese espacio extra disponible está abierto a discusión, pero las opciones pueden ir desde su recuperación en nuevas áreas verdes, caminos para medios de transporte compatibles con la autopista, paneles solares para proveer energía extra, etc. Si nos centramos en las áreas urbanas, la oportunidad de recuperar miles de metros cuadrados para las ciudades para usos distintos al asfalto es simplemente apabullante.
Casi todo está todavía por hacer
Lo anterior es solo un ejemplo, pero las posibilidades son ilimitadas. Lo que parece claro es que un escenario más complejo de las carreteras requerirá soluciones innovadoras. Para ello, fabricantes de coches y constructores de carreteras ya no podrán trabajar solos, sino que, por el contrario, tendrán que trabajar en estrecha colaboración con otros participantes clave con los que nunca habrían pensado que trabajarían para proveer infraestructuras más seguras, respetuosas con el medioambiente e impulsoras de la movilidad al mismo tiempo que mejoran la calidad de vida de las personas lo que, no debemos olvidar, es el objetivo final que siempre deberíamos buscar.
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