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Movilidad

La nueva movilidad: comprobación de hechos (Parte II)

07 de abril de 2021

¿Es la nueva movilidad la solución definitiva para el tráfico excesivo y los atascos? Y, de ser así, ¿corre peligro la industria de las autopistas de peaje?

El desarrollo tecnológico está cambiando la movilidad global a un ritmo sin precedentes y promete acabar con los vehículos privados y los atascos. Pero, ¿es cierta esa teoría? ¿Está en peligro nuestro modelo de negocio?

Tomaremos datos reales y las últimas investigaciones para exponer cuatro mitos comunes empleados por los defensores de la llamada «nueva movilidad», que afirman que este concepto es la solución a todos los problemas de tráfico.

Este artículo es la segunda parte del publicado en la edición anterior de Cintra Route, que demostró cómo el crowdsourcing (mito 1) no contribuye a la reducción sino al aumento de los niveles de tráfico y atascos y también cómo el trabajo en remoto (mito 2) tiene varios efectos secundarios además de la reducción del tráfico en las horas punta, que deben analizarse en detalle para comprender su efecto real en los niveles de tráfico.

En este artículo analizaremos dos mitos más relacionados con la «nueva movilidad»: el comercio electrónico (mito 3) y los automóviles eléctricos, conectados y autónomos (mito 4).  

Mito 3: el comercio electrónico

El comercio electrónico reducirá significativamente los desplazamientos en automóvil para comprar, lo que resultará en menos tráfico y atascos… FALSO

De 2014 a 2019, los índices de ventas de comercio electrónico casi se triplicaron a nivel global. La pandemia de COVID-19 está acelerando aún más esta tendencia debido a las restricciones de movilidad implementadas por los gobiernos de todo el mundo. A finales de 2019, solo en torno al 13 por ciento de las compras minoristas en Estados Unidos se realizaron en línea, según Mastercard. A finales de 2020, esa cifra se situó en torno al 20 por ciento, con un crecimiento interanual cercano al 30 %. Amazon, como era de esperar, fue el gran beneficiado por este cambio drástico, haciendo crecer su negocio minorista en Estados Unidos en un 39 por ciento.

comercio electrónico

En cuanto a sus efectos sobre las tendencias del tráfico, muchos estudios a mediados de la década de 2000 argumentaban que las compras en línea reducirían drásticamente el tráfico de automóviles al acabar con los desplazamientos para compras. Sin embargo, esta teoría ha demostrado ser inexacta ya que el extraordinario crecimiento del comercio electrónico en la última década no se ha relacionado con una reducción significativa de los desplazamientos en automóvil. De hecho, el principal efecto del auge de las compras en línea ha sido el aumento de los desplazamientos para las entregas de productos, con efectos negativos en el tráfico, sobre todo en las zonas urbanas.

Esto se debe a varias razones, como el aumento de las compras individuales como consecuencia de la comodidad que supone el comercio electrónico. En otras palabras, al hacer que las compras sean más fáciles, rápidas y, a menudo, baratas, el comercio electrónico no solo reemplaza las compras físicas, sino que aumenta las ventas totales y, en consecuencia, el tráfico relacionado con estas, con desplazamientos personales y de reparto.

En segundo lugar, aunque el comercio electrónico reduzca los desplazamientos para realizar compras, el impacto sobre el tráfico puede ser negativo. Esto se debe a que los desplazamientos para compras se realizan principalmente en horas de menor actividad y durante el fin de semana, mientras que los vehículos de reparto operan durante todo el día, especialmente entre semana. Además, suelen ser más grandes que los automóviles y hacen varias paradas en zonas con gran densidad de población, lo que genera más atascos.

Por último, la creciente dificultad para agrupar las entregas a diferentes clientes, debido a la disponibilidad cada vez mayor de opciones de entrega urgente, y los desplazamientos adicionales asociados a entregas fallidas y devoluciones contribuyen al aumento del tráfico y a los atascos.

El comercio electrónico es un factor que contribuye al aumento de los atascos. De hecho, la reducción limitada de los viajes de compras en automóvil en los períodos de menor actividad se compensa por el extraordinario crecimiento de los desplazamientos de reparto, especialmente los días hábiles.

Mito 4: los automóviles eléctricos, conectados y autónomos

Los automóviles eléctricos, conectados y autónomos reducirán los atascos gracias a la conducción inteligente y la coordinación del tráfico proporcionada por la automatización y conexión del vehículo… QUEDA POR CONFIRMAR, PERO LO MÁS PROBABLE ES QUE SEA FALSO

Se espera que la conducción autónoma y conectada optimice los flujos de tráfico con importantes ventajas en cuanto a la capacidad de la red, ya que los vehículos conducirían de forma más segura y cercana entre sí. Hay quien argumenta que la automatización y conexión totales permitirán incluso acabar con los semáforos en los cruces, ya que los vehículos se comunicarán y coordinarán sin necesidad de señales de tráfico. Sin embargo, para llegar a ese punto son necesarias varias condiciones muy difíciles de lograr, como se explica a continuación.

En primer lugar, para lograr algunos de esos beneficios, una parte importante de los vehículos, al menos el 50 % según varios expertos, deben ser autónomos, estar conectados o circular de forma coordinada. En vista del desarrollo tecnológico actual y el marco normativo, y teniendo en cuenta el elevado coste que supone, no se espera que este objetivo se alcance en un futuro próximo. Como ejemplo, S&P prevé una tasa de introducción de entre el 5% y el 35% en Estados Unidos para 2040.

 Proporción de vehículos autónomos del total de vehículos de Estados Unidos Con 270 millones de vehículos en la carretera en la actualidad, pasarán décadas hasta lograr que todos sean autónomos. Proporción de vehículos autónomos del total de vehículos de Estados Unidos
S&P Global «The Road Ahead For Autonomous Vehicles». 2018

Incluso en el caso de que el 100% de los vehículos fueran autónomos y estuvieran conectados, es probable que el aumento de la capacidad de la red de carreteras se vea limitado por una serie de restricciones de seguridad, como interacciones con ciclistas y peatones en zonas urbanas, y estándares de confort que no permitirán viajar a velocidades muy altas o acelerar y frenar de forma abrupta.

Otro aspecto a tener en cuenta es el impacto de esta nueva tecnología en el volumen del tráfico. Algunos estudios prevén un incremento del 30% en la capacidad de la red vial gracias a la proximidad entre vehículos, también denominada platooning, y a la drástica reducción de la tasa de accidentes gracias a la conexión del vehículo y a la automatización. Sin embargo, estas estimaciones suelen ignorar el efecto probable sobre el tráfico general en el supuesto de que todos los vehículos sean eléctricos, autónomos y estén conectados entre sí.

De hecho, los vehículos autónomos permitirán el uso de automóviles a personas que actualmente no pueden conducir (por ejemplo, menores de edad, personas mayores o con discapacidad) y, lo que es más importante, generarán una gran cantidad de viajes vacíos.

Además, la comodidad de viajar en coche en lugar de en transporte público, caminar o ir en bicicleta será mayor que en la actualidad, lo que contribuirá a un aumento general del tráfico. Esto se debe principalmente al mayor confort que proporciona la conectividad y automatización del vehículo, y al menor coste por kilómetro que garantizan los vehículos eléctricos.

Varios estudios predicen que este tráfico adicional superará el aumento esperado en la capacidad de la red de carreteras. Para hacer frente a esta brecha y gestionar el exceso de demanda, será necesario implementar nuevas medidas de movilidad, tecnología y legislación, y serán necesarias importantes inversiones en infraestructura de transporte física y digital.

Otra cuestión relevante es: ¿qué pasará en la transición hasta que un escenario tan futurista se convierta en la nueva realidad? La respuesta más probable es que habrá un largo período de tecnologías mixtas en el que el tráfico de automóviles aumentará debido a la creciente conveniencia, comodidad y competitividad de precios de los vehículos autónomos. Por otro lado, la presencia de una proporción importante de vehículos de conducción manual, más erráticos y oportunistas al haber personas al volante, dificultará las ventajas en cuestión de capacidad que puede ofrecer esta nueva tecnología.

En vista de todo esto, creemos que los vehículos conectados y autónomos no representan tanto un riesgo como una oportunidad para aumentar la demanda de infraestructura de última generación y ofrecer un servicio mejor y más seguro a nuestros usuarios.

Se espera que los vehículos eléctricos, conectados y autónomos multipliquen los desplazamientos por carretera al proporcionar mayor acceso a los automóviles, generar viajes vacíos y aumentar la comodidad del automóvil en comparación con otras opciones de movilidad alternativas. Se prevé que en el largo período de transición en el que coexistirán los vehículos autónomos y los convencionales aumentará el tráfico y surgirán escollos que impedirán el desarrollo de la posible optimización de capacidad que ofrece esta tecnología, lo que probablemente provocará mayores atascos.

En definitiva, ¿cuál es la opinión de Cintra sobre el efecto conjunto de las cuatro tendencias descritas en los dos artículos que abordan la «nueva movilidad»?

Muchos de los argumentos adoptados por los defensores de la «nueva movilidad», que afirman que es la solución definitiva a los problemas de atascos, no parecen basarse en pruebas y, a veces, son sesgados y muestran un optimismo injustificado.

Es probable que la reducción del tráfico provocada por el aumento de la adopción del trabajo remoto, que la pandemia de COVID-19 ha acelerado de forma significativa, sea más limitada de lo que se espera. Esto se debe a efectos secundarios como el posible aumento de los desplazamientos no relacionados con el trabajo y la expansión urbana, que deben investigarse en mayor profundidad.

Se espera que el tráfico de envíos del comercio electrónico siga aumentando como consecuencia del crecimiento continuo de las compras en línea y las opciones de entrega urgente, ejerciendo aún más presión sobre la red de carreteras.

Por último, la diversidad de opciones de movilidad, como el uso compartido de automóviles y los vehículos de alquiler con conductor, el menor coste por kilómetro proporcionado por los automóviles eléctricos y, en el futuro, la mayor comodidad ofrecida por los vehículos autónomos, contribuirán posiblemente a un mayor uso de los automóviles en detrimento del transporte público, caminar o ir en bicicleta. Esto provocará inevitablemente un aumento del tráfico y de los atascos, especialmente en zonas urbanas.

Resumiendo, es probable que cuando pase la pandemia de COVID-19 y la economía vuelva a la normalidad, el efecto combinado de estas nuevas tendencias de movilidad provoque un aumento del tráfico en nuestras carreteras. En este contexto, los activos de Cintra podrían tener una demanda mayor, pero distinta. Cintra jugará un papel clave desarrollando nuevas infraestructuras, optimizando la capacidad de las existentes y gestionando de forma eficiente la demanda futura de movilidad.

 

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