Anteriores aportaciones publicadas por este blog han puesto de manifiesto que el contrato PFI que Amey está desarrollando en Birmingham ha venido de la mano de una innovadora política de Talento y Recursos Humanos. Próximamente trataremos los aspectos de gestión del contrato, explicando cómo la elaboración y el desarrollo de Proyectos Público Privados (PPPs) permite optimizar la prestación y la financiación de los servicios públicos en momentos de importantes tensiones presupuestarias. No obstante, ahora llega el momento de sumergirnos en otro de los ámbitos clave del contrato: la mejora de la iluminación urbana.
En este ámbito, el reto asumido para los cinco primeros años del proyecto pasa por la sustitución de la mitad de los puntos de alumbrado de la ciudad por sistemas de iluminación más eficientes. Con este cambio, Birmingham contará con unas calles seguras, respetuosas con el medio ambiente y, sobre todo, luminosas.
La elección de la última generación de tecnología LED (Diodo Emisor de Luz) contribuye además a que este nuevo alumbrado consiga reducir las emisiones de carbono producidas en la generación eléctrica para el alumbrado público. La apuesta es innovadora y pionera, ya que Birmingham es la primera ciudad del Reino Unido que implanta a gran escala esta tecnología para su alumbrado.
Hablamos, por lo tanto, de un vanguardista salto adelante que, según las estimaciones de Amey, reducirá las emisiones de carbono en más de un 50%, aportando además más luminosidad que las tradicionales bombillas y permitiendo que los operadores controlen y ajusten sus niveles, en función de las necesidades.
Con esta nueva tecnología es posible también ajustar por control remoto el nivel de luminosidad, para adaptarlo al volumen de tráfico y a la actividad de la ciudad. Así, si la circulación urbana es relativamente baja, sería posible atenuar la iluminación durante las “horas valle” de la noche (desde las 12:00AM hasta las 05:00AM), aumentando su intensidad en las “horas pico” (hasta las 12:00AM y desde las 05:00AM).
Cabe señalar que este tipo de alumbrado también redundará en una mayor seguridad para los ciudadanos, ya que la tecnología LED más avanzada permite la percepción de un espectro más amplio de colores, lo que supone una mejor distinción de las personas y sus rasgos faciales. Por contraposición, el alumbrado tradicional genera un brillo naranja que no permite distinguir los matices. También las empresas se beneficiarán del nuevo alumbrado, ya que el proyecto creará un entorno luminoso en el exterior de los negocios cerrados, encaminado a disuadir el vandalismo y los robos.
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